VENEZUELA: El "efecto arepa" desploma la moneda y la bolsa

El gobierno de Venezuela reiteró hoy que no proyecta una devaluación del bolívar, pero la desconfianza sobre la situación de la economía y el manejo de la crisis ahondó el desplome de la moneda local y del mercado bursatil.

Tras el "jueves negro" en que la Bolsa de Valores de Caracas cayó 9,5 por ciento ante anuncios de una no consumada devaluación de 20 por ciento, el nerviosismo llevó al corro venezolano a un nuevo derrumbe de 8,43 por ciento, al cierre de la semana.

El bolívar se depreció por segundo día consecutivo 1,25 por ciento, para situarse en 576 unidades por dólar, pese a la muy decidida intervención del Banco Central para frenar la alarmada demanda.

El ministro de Planificación, Teodoro Petkoff, denunció que agentes especuladores conspiran con informaciones falsas y anónimas sobre medidas de control de cambios y una devaluación, pero subrayó que el gobierno mantiene su posición de no devaluar.

El director del Banco Central, Domingo Maza, aseguró que el nivel de reservas, de 14.150 millones de dólares, es suficiente para garantizar las operaciones de la economía por un año, en materias como pago de importaciones y de la deuda.

Pero admitió que la fuerte demanda de divisas de los últimos días por razones especulativas y cautelares ante la expectativa de una devaluación ha generado "una embestida turbulenta" contra el bolívar, que no se sabe cuánto pueda contenerse.

Maza dijo que la situación monetaria es delicada y que los combinados efectos de desconfianza política y económica provocan "un escenario donde difícilmente se puede trazar una orientación precisa y definida y obtener éxito", en defensa del bolívar.

El directivo del Banco Central anticipó que la entidad va a adoptar medidas como dar mayor flexibilidad al sistema de bandas en que flota la paridad cambiaria, pero precisó que debe equilibrarse la defensa del bolívar y de las reservas.

La ministra de Hacienda, Maritza Izaguirre, dijo al concluir la sesión de este viernes del gabinete económico que esa flexibilidad se daría mediante una acentuación del declive de la paridad cambiaria, que está fijado ahora en 1,28 por ciento mensual.

Izaguirrre y Petkoff insistieron que el gobierno tiene instrumentos para evitar una devaluación "que afectaría a la población con un brutal aumento de precios", y va a demostrar que está dispuesto a usarlos para que "los falsos anuncios de devaluación no se transformen en una profecia cumplida".

El analista económico independiente Alexander Guerrero definió la situación como de "una burbuja de expectativa, donde al quitar cualquier válvula a la caldera, la caldera explota".

El presidente de la Asociación de Corredores (de bolsa) de Venezuela, Luis Benshimol, dijo que "los hechos han avalado lo que el gobierno dice en materia cambiaria" y que las medidas restrictivas del Banco Central son apropiadas, "pero hay un sobrecastigo por la desconfianza en el gobierno y la incertidumbre política".

Los operadores financieros internacionales actúan con la percepción de que tras la devaluación de Rusia, las economías latinoamericanas serán afectadas y que el "efecto wodka" entrará por la plaza más vulnerable de la región: Venezuela.

De hecho, en plazas como Nueva York y Madrid se aseguró que ya nació un "efecto arepa" (torta de maíz venezolana), y que la caída de la bolsa venezolana el jueves abrió el derrumbe general de los corros regionales y afectó incluso a Madrid.

En Caracas se desestimó como "poco serio" que un mercado mínimo como el de Caracas pueda arrastrar a las demás bolsas de la región y menos a la española, si bien se coincidió que "todo conspira para que nuestro corro caiga a niveles irracionales", según sintetizó el corredor Umberto Uzcategui.

"Aún con una devaluación de 20 por ciento, los papeles líderes venezolanos serían más atractivos como inversión que el dólar, porque no puede sostenerse por mucho tiempo que la principal acción valga casi la mitad de un café", comentó el presidente de la firma Cavelba, Rafael Alcantara.

Leopoldo Díaz Bruzual, quien era presidente del Banco Central en 1983 cuando se produjo la primera devaluación venezolana en dos décadas, dijo que "hoy no hay ninguna necesidad de devaluar, pero no se sabe que pasará en una semana o diez días".

"Si aumenta la hemorragia de capitales para repararse en dólares" se podría hacer forzosa una devaluación, puntualizó.

Venezuela llegó a tener en noviembre de 1997 más de 18.000 millones de dólares de reservas internacionales, pero el hundimiento de los precios del petróleo, con una caída de ingresos para el país de más de 5.000 millones de dólares este año, echó por tierra la confianza en la economía local.

A los errores y contradiciones que han signado la conducción económica del gobierno de Rafael Caldera, se sumó para multiplicar la desconfianza la confusa perspectiva electoral, en que el favorito para las elecciones presidenciales de diciembre es Hugo Chávez, líder de un cruento alzamiento en 1992.

Chávez, quien encarna el resentimiento popular contra el modelo de partidocracia local y la pauperización de las condiciones de vida, propone una política nacionalista en lo político e intervencionista en lo económico, con anuncios como una moratoria de la deuda que asustan a los inversores.

En lo que va de año y hasta este viernes, la bolsa venezolana cayó 74 por ciento, precisó Benshimol.

El bolívar, por su parte cayó 72 unidades desde enero, debido al convencimiento de que su valor esta sobrepreciado en forma artificial y que el gobierno no logrará "correr esa arruga" (aplazar el problema) hasta la instalación de sus sucesores.

La fuga de capitales no ha hecho sino comenzar, para algunos analistas. Sólo en los últimos dos días salieron 270 millones de dólares, según agentes de cambio, en una presión que comenzó desde que en abril Chávez pasó a comandar las encuestas y el derrumbe de los precios del petróleo se consolidó.

Al telón de fondo de la incertidumbre electoral, petrolera y cambiaria, se suma un déficit fiscal que el gobierno se había comprometido a contener en 2,5 por ciento del producto interno bruto y que según cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI) alcanzará a cuatro por ciento (4.000 millones de dólares).

Una misión del FMI analizó con el gobierno esta semana el cumplimiento de las metas contempladas en un "acuerdo sombra" sin desembolsos que se pactó en junio, para avalar la economía local ante la comunidad internacional, y según los trascendidos el diagnóstico es de una fuerte reprobación.

La inflación que debía contenerse en 28 por ciento anual cerraría, según calculos preliminares del FMI, en cerca de 37 por ciento, el bolívar cayó más de lo previsto, mientras que el gasto corriente no se contuvo en los niveles pautados.

Además, la economía entró en una nueva etapa recesiva tras el oasis de 1997 y, de acuerdo con la ministra de Hacienda, Izaguirre, se contraerá el último año del quinquenio de Caldera en 1,5 por ciento, mientras la desocupación alcanzaría a 13 por ciento a fines de año, por el frenazo a la actividad petrolera. (Fin/IPS/eg/ff/if/98

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe