Un grupo independiente lanzó esta semana una campaña de recolección de fondos en Sudán para ayudar a 2,6 millones de personas en riesgo de morir de hambre, pero podría enfrentarse a la ira del gobierno.
Esta es la primera vez que una organización de este tipo intenta recolectar fondos sin el consentimiento del régimen islámico, que en 1989 derrocó del a un gobierno elegido por el pueblo.
El grupo está integrado por periodistas, trabajadores de ayuda, políticos y militares retirados.
"Durante una o dos semanas recibiremos contribuciones de nuestra gente, si el gobierno no impide que la población ayude", informó Ghazi Suleiman, quien participa en la operación de asistencia.
La población está dispuesta a ayudar, pero se ha visto impedida de hacerlo por la interferencia del gobierno en el trabajo de ayuda, opinó Suleiman.
Además, acusó a las autoridades de usar el control de los alimentos como arma contra la población civil en los territorios del sur, dominados por los rebeldes.
"El gobierno es responsable de la crisis actual, y su negativa a movilizar a los ciudadanos significa que quiere que la gente muera", afirmó.
Mazuamail Ghadour, un ex militar, compartió esta opinión, diciendo que el gobierno intenta despoblar el sur usando la falta de alimentos como arma.
El militar retirado urgió a la población a contribuir con dinero, alimentos, ropa y medicinas, que el grupo enviará a la zona sureña de Bahr el Ghazal, gravemente afectada por el hambre.
Akbar Thieh, un diario independiente, lidera la campaña, que se lanzó el jueves en la capital, Jartum.
En el momento del lanzamiento, el jefe de redacción del periódico, Mohamed al Tayeb, también criticó al régimen islámico por no haber movilizado a la ciudadanía para ayudar a superar la crisis.
El gobierno no hizo comentarios sobre esta campaña, pero insistió en que toda ayuda debe darse por canales oficiales.
Hace tres meses, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) informó que 350.000 personas estaban en riesgo de morir de hambre en Sudán, y ahora sostiene que hay 2,6 millones de habitantes que necesitan asistencia alimenticia urgente, especialmente en el sur, donde la tasa de desnutrición aumentó a 60 por ciento.
Al Tayeb dijo que su periódico lanzó la campaña porque "lo que está ocurriendo en el sur es una vergüenza", y reprochó al gobierno del general Omar Hassan al Bashir el dejar en manos de las agencias internacionales de ayuda la tarea de alimentar a la población hambrienta.
El Consejo de Iglesias de Sudán también estableció centros donde se recolectó dinero para las víctimas de la guerra.
En el lanzamiento de la campaña, editores, periodistas, ex militares, el ex jefe de estado Abdel Rahman Sawar El Dahbab y el ex vicepresidente Abdel Alier urgieron a sus compatriotas a no olvidar a los miembros menos afortunados de la sociedad.
Dos semanas atrás, la directora de Unicef, Carol Bellamy, advirtió que el sur de Sudán está enfrentando el peor desastre humanitario de los últimos 10 años.
Tras visitar la región de Bahr el Ghazal, instó al gobierno y a los grupos rebeldes a respetar el cese del fuego acordado anteriormente como primer paso para evitar un deastre de magnitudes mayores.
Esta no es la primera vez que la hambruna golpea a Sudán. Más de 300.000 personas, la mayoría no combatientes, murieron en 1987 de enfermedades relacionadas con la inanición, motivando a la ONU a establecer una operación especial para evitar una catástrofe similar en el futuro. (FIN/IPS/tra-en/nb/di-ml/dv-ip/98