La primera impresión que produce esta localidad costera de Sudáfrica es la de un pueblo apacible y tranquilo, pero basta desviar un poco la mirada para descubrir su verdadera naturaleza: se trata de uno de los puertos marítimos más activos de toda Africa.
Richards Bay tiene 128.000 habitantes. Pero sus límites también albergan uno de los más grandes productores de aluminio del mundo, fábricas de maquinaria pesada, terminales carboníferos. Además, es un destino turístico y un eje para las rutas comerciales del sur del continente.
El fin de semana pasado, Richards Bay recibió un nuevo estímulo: un fondo de 5.000 millones de dólares para inversiones destinadas a crear 5.470 nuevos empleos.
Los recursos están orientados hacia los sectores siderúrgico, automotor y químico, y deberían impulsar aún más el crecimiento de esta región, que con un promedio de 6,4 por ciento anual durante la última década está muy por encima de lo que se logra a nivel nacional.
El secreto de Richards Bay es que se trata de una de las nueve Iniciativas de Desarrollo Territorial (IDS), en las que se estimula la inversión rápida en sectores que habían sido subutilizados, con el fin de contribuir a generar empleos.
"Creemos que las IDS constituyen una buena manera de crear empleos. Queremos abandonar la estrategia de sustitución de importaciones y mirar hacia afuera con capacidad para competir", dijo la encargada del proyecto de Richards Bay, Claudia Manning.
El empresario Dolf van Huyssteen, director de la organización Empresas Contra el Crimen, destacó que "ésta es la primera iniciativa concreta del gobierno para generar crecimiento en este puerto desde que fue construido".
El puerto existe desde los años 70, y ahora se espera la construcción de una terminal de contenedores para aumentar en 35 por ciento la capacidad de las instalaciones. En Richards Bay circula 55 por ciento de la carga de Sudáfrica.
Las IDS tienen como objetivo atraer al sector privado. De acuerdo con lo previsto por los promotores de esta iniciativa, las nueve zonas deberían generar inversiones por 20.000 millones de dólares, capaces de crear 120.000 puestos de trabajo.
"El problema de Sudáfrica es que para ser competitiva a nivel internacional debería ofrecer grandes proyectos basados en el capital que generan pocos empleos, pero en vez de eso necesita concentrarse en la generación de puestos de trabajo para la población", dijo van Huyssteen.
Las inversiones en Richards Bay están concentradas en grandes proyectos industriales, como los de la empresa sudafricana Bell, que fabrica camiones pesados y los exporta hacia unos 60 países.
"Esta estrategia no se trata de buenas intenciones, de desarrollar al país, ni de igualdad de género o reducción de la pobreza. Lo que buscamos son inversiones", precisó Manning, quien advirtió contra "expectativas irreales" de que las IDS puedan resolver todos los problemas del país.
El desempleo de Sudáfrica alcanza a 40 por ciento de la población activa, y su economía crecerá apenas entre uno y 1,5 por ciento este año.
La contribución financiera del gobierno a las IDS no superaría en ningún caso el 10 por ciento del total de capitales comprometidos, y por esa razón en zonas como Richards Bay la participación de los privados es crucial. Pero la inversión extranjera directa es escasa en Sudáfrica.
En los últimos 30 años, Richards Bay se convirtió de un pequeño pueblo de pescadores en uno de los principales centros para la distribución de carbón en el mundo. Y cada año, 80 millones de toneladas de productos pasan por este puerto.
Ahora se dará otro gran paso con las nuevas inversiones.
"Aquí no había nada antes de 1971. Ahora estamos comprometidos con la promoción de la industria y el turismo", dijo Glen Martin, presidente de la IDS de Richards Bay.
"Ahora es como una tienda: tenemos nuestras ofertas en el escaparate", destacó. (FIN/IPS/tra-en/gm/mn/lc-ml/if/98