Sierra Leona propuso a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) un programa de 34 millones de dólares para desarmar, desmovilizar y reintegrar a la sociedad civil a 33.000 combatientes que lucharon en la guerra civil del país africano.
La propuesta "se hizo en un momento crítico de la transición hacia la paz", señala un informe del Comité Nacional de Desarme, Desmovilización y Reintegración.
El estudio, presentado el martes al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sostiene que el programa puede servir como un "incentivo para los combatientes ocultos en la selva".
El programa sería financiado por el Banco Mundial, varias agencias de la ONU y países donantes como Estados Unidos, Gran Bretaña y Japón.
El programa brindará asesoramiento, respaldo financiero, capacitación vocacional y empleo a los ex combatientes, cerca de 8.000 efectivos pertenecientes a las Fuerzas Armadas de Sierra Leona y el Frente Revolucionario Unido (FRU), bajo control del gobierno, y 25.000 soldados de las Fuerzas de Defensa Civil.
Tras la guerra que duró cinco años, mató a más de 10.000 personas y desplazó a cientos de miles, el gobierno democrático del presidente Ahmed Tejan Kabbah firmó un tratado de paz con el FRU en noviembre de 1996.
Kabbah fue derrocado por un golpe de Estado en mayo de 1997, pero fue devuelto al poder con la ayuda de ECOMOG, la fuerza militar de la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental.
Aunque Kebbah retomó la presidencia en marzo, tras 10 meses en el exilio, fuerzas del FRU continuaron luchando en las provincias del norte y este del país.
El estudio asegura que los ex combatientes representan un grupo de riesgo capaz de socavar los actuales avances en materia de seguridad y por tanto requieren ayuda específica.
La "desmovilización de los combatientes debe ser social y políticamente viable, a través de un programa de reintegración", señala el estudio.
El gobierno pretende entregar 300 dólares a cada ex combatiente, calculados sobre la base de un conjunto de necesidades básicas que una familia promedio necesita para sobrevivir durante una temporada de cultivo.
El gobierno tiene especial interés en desmovilizar a 2.500 niños soldados que combatieron en la guerra civil. Los niños participarán en un programa de reunificación familiar y tendrán acceso a la enseñanza formal.
Los menores de edad recibirán dinero, asistencia para cubrir costos básicos de educación y matrícula, y materiales educativos para los niveles de primaria y secundaria.
El gobierno aplicará el proceso de desarme y desmovilización en cooperación con ECOMOG y la misión observadora de la ONU en Sierra Leona (Unomsil).
El mes pasado, el Consejo de Seguridad aprobó la creación de Unomsil, integrada por 70 observadores militares y una pequeña unidad médica. La misión tendrá una duración inicial de seis meses, hasta el 13 de enero, y un costo de 18,3 millones de dólares.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, declaró que la misión dará nueva vida al programa de desarme y desmovilización.
Mientras, el embajador de Estados Unidos ante la ONU, Bill Richardson, dijo que su país está muy preocupado por los combates, las masacres y la gran cantidad de refugiados y personas desplazadas en Sierra Leona.
"La situación humanitaria necesita la atención urgente de la comunidad internacional", agregó.
Estados Unidos entregará 55 millones de dólares de asistencia a Sierra Leona y a sus refugiados en países vecinos, anunció Richardson.
En su informe al Consejo de Seguridad, Annan describió un panorama sombrío sobre la situación en el país africano. "El estado de salud de la población es malo. La esperanza de vida es de sólo 43 años, una de las más bajas en el mundo", dijo.
El subsecretario general de la ONU, Olara Otunnu, tras una visita a Sierra Leona en mayo, solicitó la urgente asistencia internacional para ayudar a las víctimas de atrocidades, cuyos brazos y piernas fueron cercenados por grupos armados que luchan contra el gobierno.
Otunnu vió al menos a 300 víctimas en el hospital Connaught, en Freetown. "Se estima que esta es sólo una pequeña cantidad de los que resultaron lisiados", señaló.
"Las necesidades de los niños de la calle, los niños soldados y los desplazados son claramente el desafío más apremiante del país", destacó Otunnu.
La democracia, así como el futuro de la estabilidad, podrían estar en peligro si la comunidad internacional adopta una actitud pasiva hacia Sierra Leona, advirtió Otunnu. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/aq-ml/ip/98