Las regiones productoras de granos de Rusia sufren altas temperaturas y prolongadas sequías, mientras las autoridades, que planificaron grandes exportaciones, temen ahora no poder cubrir las necesidades internas de este país.
El ministro de Agricultura ruso, Viktor Semyonov, estima que el sector agrícola ruso podría perder hasta 1.500 millones de dólares debido a la sequía.
Se estima que la cosecha de granos de este año se situará 12 millones de toneladas por debajo del nivel de 1997, pero Viktor Shevelukha, vicepresidente de la cámara baja del parlamento ruso y experto en agricultura, cree que las pérdidas alcanzarían 25 millones de toneladas.
Desde comienzos de 1998, 39 de las 89 regiones de Rusia han sido golpeadas por la sequía, amenazando 40 millones de hectáreas de tierras arables.
El primer ministro, Sergei Kiriyenko, destinó 23 millones de dólares a ayuda de emergencia a las granjas golpeadas por la misma sequía que afecta a Africa y el centro de Estados Unidos.
Pero la caída de la producción no revertirá los esfuerzos de Rusia por romper su dependencia de granos extranjeros, en especial para alimento de ganado.
Rusia aún tiene parte de las reservas del año pasado y la industria ganadera está subdesarrollada, mientras la gente es demasiado pobre para comprar más leche y carne.
En septiembre del año pasado, el presidente Boris Yeltsin urgió a vender al mercado mundial 10 millones de toneladas de granos de 1997, pero la meta no podrá ser cumplida debido a las sequías de este año.
En 1997, la cosecha de granos alcanzó 88,5 millones de toneladas, casi 20 millones más que en 1996.
Durante los últimos años de la guerra fría, entre 1985 y 1990, Rusia importó casi un tercio de su alimento, en general granos. Entre 1991 y 1997, a medida que caían las importaciones, el aumento de las importaciones de alimentos procesados, sobre todo leche y carne, mantuvo a Rusia dependiente.
Aunque se estima que las importaciones de productos alimenticios podrían caer 10 por ciento este año, los alimentos importados siguen siendo centrales en el abastecimiento del país.
La importación de carne de pollo sigue cubriendo 65 por ciento del mercado de aves. Los aceites vegetales importados cubren 31 por ciento del mercado interno y el azúcar importada 69 por ciento.
La situación impulsó llamados a medidas proteccionistas para ayudar a agricultores en Rusia. Semyonov prometió presionar para mayores tarifas arancelarias para proteger a los granjeros de los efectos de altos volúmenes de alimentos importados.
Algunos expertos afirman que Rusia ahora importa hasta la mitad de sus alimentos, pero el gobierno lo niega.
Alexander Korolyov, director del Departamento de Mercado de Alimentos del Ministerio de Agricultura, afirma que las importaciones anuales de Rusia alcanzan 10.000 millones de dólares, y el país exporta aceite, gas y otros recursos naturales para cubrir la brecha.
La situación real es difícil de medir. Las largas colas para el abastecimiento ocasional de frutas y vegetales, comunes en la década de los 80, han desaparecido.
Los comerciantes privados importan todo, incluyendo trigo y frutas frescas, y la oferta suele superar a la demanda, dado que millones de rusos no han recibido sus salarios, en casos desde hace un año.
Como resultado, los rusos comen más pan y papas locales, y el consumo de carne y leche, predominantemente importados, cayó a los niveles de 1960, según un estudio reciente.
En diciembre, la Duma, camára baja el parlamento, sancionó una ley de Seguridad Alimentaria según la cual las granjas rusas deben garantizar al menos 80 por ciento de las necesidades mínimas de la población.
Pero las reformas agrícolas se mueven lentamente y muchos agricultores aún deben adaptarse al libre mercado. A pesar de la mejor cosecha de 1997, 70 por ciento de las empresas agrícolas registraron pérdidas ese año, en relación a 80 por ciento en 1996, según el Ministerio de Agricultura.
Aunque más de dos tercios de la economía rusa está ahora en manos privadas, el mercado de tierras aún no fue liberalizado. Muchos rusos poseen lotes pequeños en ciudades y suburbios, pero la mayoría de la tierra arable es propiedad del Estado. (FIN/IPS/tra-en/sb/rj/lp/dv/98