R.D. CONGO: Toque de queda tras insurrección de banyamulenges

El gobierno de la República Democrática de Congo (RDC, ex Zaire) impuso hoy un toque de queda nocturno en todo el país debido a los enfrentamientos entre el ejército y fuerzas opositoras.

Los combates se suceden desde el domingo en la capital, Kinshasa, y en el este del país.

Las partes en pugna son el ejército nacional y rebeldes banyamulenges -congoleños que comparten el lenguaje y origen étnico con los tutsis ruandeses-, supuestamente respaldados por fuerzas armadas de Ruanda, informó este lunes una fuente diplomática en Brazzaville.

El gobierno encabezado por Laurent Kabila exhortó a todos los congoleños y residentes extranjeros a permanecer calmos y en casa "hasta nuevo aviso, mientras el ejército restaura el orden y neutraliza elementos no cívicos"

El mensaje gubernamental fue difundido por la radio estatal cada media hora, que por la tarde informó que la situación estaba retornando gradualmente a la normalidad.

Radio France Internationale y Africa Numero Un también informaron sobre los enfrentamientos.

Ambas estaciones de radio sostuvieron que los combates comenzaron en las localidades de Bukavu y Goma, en la región oriental de Kivu, donde grupos de banyamulenges supuestamente respaldados por tropas ruandesas se levantaron en armas para liberar a otros banyamulengues detenidos tras un motín.

Trascendió que el aeropuerto de Goma permaneció bajo control de las fuerzas del gobierno y fue cerrado por razones de seguridad.

Sin embargo, un corresponsal occidental establecido en Kinshasa señaló que es muy difícil verificar la información, dado que la capital no puede comunicarse telefónicamente con el este.

"Por el momento nos manejamos con esta tranquilizadora noticia que obtuvimos de una fuente oficial", dijo el periodista.

Los banyamulenges, conocidos como tutsis en Kinshasa, se levantaron en armas en septiembre de 1996 luego de que el gobierno intentó despojarlos de su nacionalidad zaireña y de reiteradas persecuciones contra su comunidad, que ha vivido durante siglos en el este del país.

La rebelión se convirtió en el comienzo de una insurgencia que provocó la expulsión, en mayo de 1997, del dictador Mobutu Sese Seko por la Alianza de Fuerzas Democráticas para la Liberación de Congo-Zaire (AFDL), encabezadas por el actual presidente Kabila.

Los banyamulenges tuvieron un papel esencial en el movimiento insurgente, junto con fuerzas de Ruanda, Uganda y Angola.

Los enfrentamientos de esta semana suceden días después de que Kabila ordenara el retiro del país de las fuerzas ruandesas que lo ayudaron a llegar al poder.

Los tiros de armas automáticas y el fuego de artillería en Kinshasa, que comenzaron la noche del domingo y continuaron este lunes, se escuchaban con facilidad desde Brazzaville, ya que lo único que separa a ambas capitales es el río Congo.

Violentos enfrentamientos ocurrieron este lunes en el vecindario de Mbinza, en el centro de la ciudad, entre soldados congoleños y tutsis banyamulenges, informó otro corresponsal a IPS.

"El ejército congoleño ingresó durante la noche del domingo al campamento de Tsatschi para recuperar equipos de comunicación que los soldados ruandeses dejaron a los soldados tutsis banyamulenges. Entonces ocurrió el primer intercambio de disparos, que costaron la vida a dos soldados", dijo la fuente.

El periodista sostuvo que reinaba la confusión en Kinshasa, donde congoleños de origen bantú perpetraron abusos contra personas que parecían tutsis. La creencia popular es que los tutsis y banyamulenges son altos y delgados, con rasgos ligeramente aguileños.

En 1997 hubo persecuciones similares contra refugiados ruandeses y banyamulenges en Kinshasa, mientras las fuerzas de Kabila ocupaban pueblo tras pueblo en su marcha hacia la capital.

"Ahora, como en 1997, congoleños de origen bantú persiguen con fervor a los tutsis banyamulenges. Muchos tutsis huyeron al distrito de Kintsuka, en la frontera con Congo-Brazzaville", sostuvo el periodista.

Funcionarios de origen banyamulenge tampoco se salvaron de las últimas persecuciones. El canciller Bizima Karaha y el secretario general del AFDL, Deogratias Buguera, cofundador de la alianza gobernante, habrían huido del país.

Se cree que ambos instigaron una rebelión de banyamulenges contra la decisión de Kabila de repatriar a los soldados de Ruanda y Uganda.

En un mensaje a la nación transmitido este lunes, el ministro del Interior Mwenze Kongolo exhortó a la población a "seguir atentos y rastrear al enemigo y a quienes los apoyan". (FIN/IPS/tra-en/lo-nrn/kb/ml-aq/ip/98

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