El presidente de la República Democrática de Congo (ex Zaire), Laurent Kabila, refuerza la limpieza étnica de personas ruandesas de origen tutsi iniciada cuando grupos de banyamulengues lanzaron una insurrección contra el gobierno de Kinshasa.
"Ya no hay tutsis en las calles. Están escondidos", dijo un periodista en la capital de RDC. Su vecino, un tutsi, fue detenido el primer día de la rebelión banyamulengue, el 1 de agosto, golpeado y mantenido prisionero durante tres días.
El vecino regresó, pero las fuerzas de Kabila "volvieron después por su esposa e hijos", destacó el periodista.
Mientras, editoriales en diarios oficiales de RDC han incitado a los congoleños a denunciar a los tutsis y presentar información sobre su posible escondite.
Los banyamulengues son tutsis provenientes de Ruanda que se instalaron en el este de RDC en los siglos XVIII y XIX. Los banyamulengues colaboraron con Kabila en la insurrección de siete meses que el año pasado derrocó al fallecido Mobutu Sese Seko, dictador que gobernó el ex Zaire durante 32 años.
El presidente Kabila ordenó recientemente el retiro de soldados ruandeses dentro de su país e inició una campaña de acoso contra políticos de origen tutsi dentro de su gobierno. La insurrección banyamulengue comenzó poco después que Kabila expulsara a las tropas ruandesas.
El ex ministro de Relaciones Exteriores de Kabila, Bizima Karaha, un banyamulengue, se sumó la semana pasada a la rebelión en el este. Karaha acusó a Kabila de corrupción y de cometer abusos contra los derechos humanos de congoleños de origen tutsi.
Según informaciones, decenas de ruandeses y otras personas acosadas por las fuerzas de Kabila buscaron refugio en Congo- Brazzaville. "Dejamos atrás a muchos de los nuestros (…) muchos fueron asesinados", dijo una mujer ruandesa.
La Asociación Zaireña de Derechos Humanos (AZADHO) expresó su preocupación por la guerra, en la cual, aseguró, tanto los insurgentes como las tropas del gobierno atacan a comunidades étnicas.
En los territorios bajo control insurgente, las tropas ruandesas atacaron poblaciones de katangueses (congoleños indígenas), dijo Jerome Ngefa, presidente de AZADHO.
"Los detenidos son ejecutados, los empleados públicos son forzados a trabajar para la rebelión y el gobierno público depende de las arbitrariedades de los rebeldes", sostuvo Ngefa.
La situación es peor en las áreas bajo control rebelde, debido a la caza de brujas de personas de origen tutsi, agregó el presidente de AZADHO.
Ngefa destacó con preocupación que el jefe de servicios de inteligencia de RDC dijo recientemente que "hemos limpiado Kinshasa", un eufemismo para significar que los tutsis fueron retirados de la capital.
Según la Agencia de Noticias de Ruanda, que citó fuentes diplomáticas en Kinshasa, sólo en la capital más de 100 personas de origen tutsi fueron asesinadas en la caza de brujas. Alrededor de otras 1.000 estarían detenidas en uno de los estadios de la capital.
Las viviendas de los considerados "enemigos" en Kinshasa fueron rodeados por las fuerzas de seguridad y los habitantes conducidos a destinos desconocidos. Mientras, muchos tutsis que huyeron de la capital fueron asesinados en barricadas de las rutas y caminos del ejército congoleño.
Misiones diplomáticas en Kinshasa han sido allanadas por soldados de Kabila en busca de posibles tutsis escondidos. Dos docenas de soldados ingresaron al complejo de la embajada de Estados Unidos en la noche del jueves.
También se informó sobre la desaparición de varios intelectuales y empresarios de origen étnico tutsi en RDC. Entre ellos, Clement Ngirabatware, experto del Instituto Pedagógico Nacional en Kinshasa, y Leonard Bukombe, empleado ruandés de la empresa petrolera Petro-Congo.
Se desconoce el paradero del empresario ruandés Alfred Kalisa, gerente del Banco de Comercio e Industrias, desde su detención por la policía de Kinshasa.
Ex integrantes del ejército del régimen de Mobutu, de lengua kinyarawanda, y reintegrados al nuevo ejército, no se salvan de la limpieza étnica, a medida que la purga se generaliza en el ejército.
Autoridades ruandesas manfiestaron su indignación ante la caza de brujas de sus ciudadanos y personas de origen tutsi dentro de RDC. Aunque han negado su participación en la rebelión, las autoridades afirman que las detenciones y matanzas son "un caso de provocación".
El presidente ruandés, Pasteur Bizimungu, a su retorno de una cumbre con líderes regionales sobre la insurgencia en RDC, realizada el fin de semana en Victoria Falls, Zimbabwe, dijo que la limpieza étnica de ruandeses podría causar que las relaciones entre Ruanda y RDC empeoren.
Bizimungu no descartó la intervención de Kigali en el conflicto. (FIN/IPS/tra-en/jbk/pm/lp/ip hd/98