Organizaciones pacifistas e independentistas de Puerto Rico están indignadas por las maniobras militares multinacionales que tienen lugar en este estado libre asociado de Estados Unidos.
Las maniobras tienen lugar en Camp Santiago, una base militar estadounidense en la sureña ciudad costera de Salinas, con la participación de soldados de Argentina, Bolivia, Chile, Estados Unidos, Paraguay y Uruguay, además de la Guardia Nacional de Puerto Rico.
Pese a su nombre, la Guardia Nacional es controlada directamente por el Departamento de Defensa de Estados Unidos.
El propósito declarado de estos ejercicios militares, que terminarán el día 22, consiste en entrenar soldados para futuras misiones de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Entre las actividades que practican los soldados se incluyen la detección de minas de tierra, el control de movimientos de refugiados y la búsqueda de vehículos civiles.
Los opositores de estos ejercicios se preguntan si lo que los soldados aprenden sólo será utilizado en misiones de paz de la ONU, y temen que los soldados sudamericanos lo pongan en práctica en sus propios países.
Organizaciones pacifistas nacionales señalaron que varios de los ejércitos sudamericanos involucrados en las maniobras son actualmente el centro de acaloradas controversias en sus países.
Tales controversias se centran en la impunidad de altos oficiales que cometieron crímenes como tortura y asesinato de disidentes durante las dictaduras militares de las décadas de 1970 y 1980.
El Proyecto del Caribe para la Justicia y la Paz, con sede en Puerto Rico, acusó al Pentágono (Departamento de Defensa de Estados Unidos) de faltar el respeto a los portorriqueños al utilizar la isla para prácticas de tiro.
La organización declaró que los ejercicios militares en Salinas son contrarios al derecho a la paz, ponen en peligro la seguridad de los portorriqueños y destruyen el ambiente.
"Las maniobras aumentan la contaminación del aire, la tierra y el agua, debido a las sustancias tóxicas y otros desechos peligrosos producidos por las municiones, los explosivos y el combustible, en detrimento de la salud y la calidad de vida de los habitantes de Salinas y todo Puerto Rico", agregó.
El legislador Víctor García, del Partido por la Independencia de Puerto Rico, también repudió los ejercicios militares.
García hizo referencia a un informe emitido en septiembre de 1997 por el Comando Sur del ejército de Estados Unidos que aseguraba documentar todas las actividades militares previstas en Puerto Rico como resultado del traslado allí del Comando, a fines de este año.
El Pentágono proyecta trasladar al Comando Sur de Panamá a Fort Buchanan, en Guaynabo, Puerto Rico.
El documento citado por García hace referencia específica a Camp Santiago, pero no menciona ninguna maniobra militar del estilo que tiene lugar actualmente.
"Esta situación, en la que las fuerzas armadas de Estados Unidos dicen que van a hacer una cosa y luego hacen otra totalmente diferente, se ha reiterado a lo largo de nuestra historia", sostuvo el legislador.
García también se refirió al uso de Puerto Rico como laboratorio experimental por parte del ejército estadounidense, y citó como ejemplo las pruebas realizadas con desfoliantes tóxicos como el agente naranja en el bosque tropical del país caribeño. (FIN/IPS/tra-en/cr/wg/ml/ip/98
