PUERTO RICO: Empresas y ecologistas contra vertedero de basura

Organizaciones ambientalistas y empresas de Puerto Rico se oponen al plan del gobierno de esta localidad austral de instalar un vertedero que recibirá 700 toneladas de desperdicios por día.

El terraplén sanitario (un gran pozo que se rellena con basura) ocupará 162 hectáreas y será construido y operado por la compañía estadounidense Browning Ferris Industries (BFI).

La organización no gubernamental Diálogo Ambiental encabeza la oposición al proyecto en Salinas. Los detractores del vertedero, entre ellos el Departamento de Agricultura de Puerto Rico, temen que perjudique el agua subterránea del lugar.

El lugar propuesto para el terraplén se encuentra directamente encima de un acuífero utilizado por la población, las industrias y los agricultores de Salinas.

El acuífero abarca el sistema de la cercana bahía de Jobos, que tiene un santuario de vida salvaje propiedad de los gobiernos de Puerto Rico y Estados Unidos. La bahía alberga a mamíferos como el manatí y el delfín.

BFI asegura que el vertedero no afectará el agua, pero la firma consultora Scientific and Technical Services Inc. analizó el sitio y aseguró que el revestimiento del enorme pozo no será impermeable para siempre.

La presión de miles de toneladas de desechos puede romper el revestimiento, advirtió la firma.

"En la basura hay sustancias aparentemente inofensivas, como la manteca y la margarina, que pueden penetrar el revestimiento", explicó la química Neftalí García, directora de la empresa consultora.

La bahía de Jobos ya tiene suficientes problemas de contaminación con la planta termoeléctrica Central Aguirre, que genera la mitad de la electricidad de la zona metropolitana de San Juan, y se encuentra a cinco kilómetros de una refinería de petróleo y varias fábricas farmacéuticas en la vecina Guayama.

BFI planea construir el vertedero con 15 metros de profundidad porque, asegura, la capa freática se encuentra a una distancia más profunda. Pero los opositores del proyecto sostienen que agricultores de la zona hallaron agua a 15 metros.

Otra cuestión en disputa es la contaminación del aire. BFI afirma que el vertedero no contaminará el aire, pero García discrepa.

La firma consultora advirtió que del sitio emanarán elementos químicos nocivos como metano y dióxido de carbono, y que los camiones que entren y salgan del vertedero representarán otra fuente de contaminación del aire.

El proyecto afectará especialmente a la localidad de El Coqui, ubicada entre el terraplén propuesto y la bahía de Jobos, advierten ecologistas.

"Nuestra comunidad es propensa a las inundaciones. Cuando el huracán Hortensia golpeó la zona en 1996, estuvimos bajo dos metros de agua", relatóo José Ortiz, habitante de El Coqui e integrante de Diálogo Ambiental. El activista teme que una inundación arrastre la basura del vertedero hacia El Coqui.

BFI y el alcalde de Salinas, Basilio Baerga, aseguran que el vertedero traerá beneficios económicos, pero muchos temen que el proyecto acabe con la agricultura local, de gran importancia en el pueblo.

Junto al terreno del vertedero propuesto se encuentran las empresas agrícolas Hacienda Santa Elena y Ganaderías del Sur, pertenecientes a la familia Fonalleda.

Las haciendas tienen cientos de cabezas de ganado y plantaciones de maíz, sorgo y heno. La familia Fonalleda, ricos latifundistas con intereses en la construcción, respalda la campaña de Diálogo Ambiental para detener el proyecto del terraplén.

Los Fonalleda pretenden gastar decenas de millones de dólares en una hacienda ganadera modelo en Santa Elena, pero la inversión depende de cómo se resuelva la batalla contra el vertedero.

En la zona también hay una gran concentración de granjas avícolas, como El Hucar, fuente de 300 empleos, situada un kilómetro al este del sitio del proyecto.

Los granjeros avícolas de Salinas temen que los elementos contaminantes del vertedero afecten los sistemas inmunológicos de las aves y las hagan vulnerables a enfermedades infecciosas.

La Villa Olímpica, un importante centro cívico y deportivo, también se encuentra cerca del lugar del proyecto. Germán Rieckehoff, quien fuera director del Comité Olímpico de Puerto Rico, dedicó sus últimos días a luchar contra el proyecto de BFI.

Diálogo Ambiental y la organización de Guayama Sur Contra la Contaminación estiman que el vertedero de Salinas está vinculado a la construcción de una planta de energía a carbón en Guayama.

Guayama Sur encabeza la oposición a la planta a carbón, que será construida por la compañía AES, de Estados Unidos.

Ambas organizaciones creen que el terraplén y la planta de energía se complementarán. "La planta a carbón producirá toneladas de cenizas tóxicas, y AES cuenta con que BFI construya el vertedero porque allí arrojará las cenizas", aseguró Ismael Muller, de Guayama Sur. (FIN/IPS/tra-en/cr/wg/aq-ml/en/98

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