La apertura petrolera de Brasil representa para Venezuela una oportunidad de elevar sus ventas de lubricantes en Sudamérica de 1,8 a seis millones de galones al año, según fuentes de la industria.
En las próximas semanas, Deltaven, filial del grupo estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), comenzará sus despachos hacia destinos del norte brasileño, estimando colocar este semestre entre 200.000 y 250.000 galones, dijo este martes al diario El Universal su gerente de negocios Olinto Quevedo.
El objetivo al que se apunta, sin embargo, es el rico mercado de Sao Paulo, al sur, donde circulan 2,5 millones de automotores. En conjunto, Deltaven espera que su marca PDV conquiste entre cinco y ocho por ciento del mercado brasileño en cinco años.
Venezuela, durante el largo período de explotación petrolera a cargo de empresas trasnacionales (1914-1976) y luego durante los primeros lustros de nacionalizada la industria en manos de PDVSA, se concentró en sus mercados tradicionales de Estados Unidos y Europa, desestimando a los vecinos.
Por su parte, los consumidores del área, y en particular Brasil, mantuvieron fieles lazos con otros proveedores a pesar de la cercanía de Venezuela. Pero todas esas coordenadas cambiaron al progresar la apertura económica en toda la región y a medida que se globalizaban compras y ventas.
Un caso particular fue el de 11 países de América Central y del Caribe, beneficiarios del Acuerdo de San José, por el que México y Venezuela se repartieron a partes iguales el suministro de 160.000 barriles diarios de petróleo, financiando parte de la factura.
Ese acuerdo, que comenzó en 1980 como muestra de solidaridad de los gigantes petroleros de la región para con vecinos más pobres y pequeños, devino al paso de los años en oportunidad de beneficios mutuos, al garantizar un mercado seguro y cercano en tiempos de baja de la demanda.
PDVSA, por su parte, aprendió desde 1983 las ventajas de la integración vertical de la industria luego de que, comprando refinerías y redes de distribución en Europa y Estados Unidos, o asociándose a ellas, avanzó desde exportador de crudos a vendedor de productos.
Los mercados latinoamericanos y en particular los de América del Sur, en franca expansión y con economías liberales que arrojaban pingües ganancias, dejaron de ser un nicho soslayable y hasta despreciable para convertirse en verdaderos campos de batalla por productivos negocios.
Es así como Deltaven entró a Chile con sus lubricantes Maraven, y en ese mercado donde compiten 70 marcas avanzó desde hace año y medio con sus aceites PDV, "ya colocados hasta en la Tierra del Fuego", dice Quevedo.
Los primeros despachos para Argentina se hicieron en abril de este año, y en julio ya se facturaron 60.000 galones, habiéndose establecido alianzas con 20 distribuidores. El objetivo es vender hasta dos millones de galones para dentro de cinco años.
En Ecuador y Bolivia, países petroleros ellos mismos, la participación de Deltaven en el mercado de lubricantes ya oscila entre seis y ocho por ciento. En Perú, PDVSA ha intentado incursionar adquiriendo incluso refinerías, pero ante los términos específicos de su venta ha retrocedido.
Hacia América Central, en cambio, PDVSA se ha abstenido de enviar lubricantes, para dejar ese espacio a su filial estadounidense, la Citgo, verdadera "joya de la corona" dentro de la industria por su parque refinador y la distribución de combustible a 16.000 estaciones de servicio.
Una nota colorida en este negocio de "oro negro" es que, merced a la fuerte inmigración española y portuguesa en Venezuela (cada colonia más sus hijos y nietos suma al menos un millón de individuos), los productos PDV tienen una fácil acogida en la península ibérica.
Al cierre del primer semestre, Deltaven había colocado 700.000 galones de productos en suelo portugués. "Nos favorecen los precios, pero también que ex inmigrantes o parientes de quienes emigraron conocen Venezuela y acceden con simpatía al producto PDV", dijo Quevedo.
El Universal ilustró su informe con la fotografía de un auto compitiendo en un "rally" portugués bajo el patrocinio de "Lubrificantes PDV".
PDVSA es una corporación energética (petróleo, derivados, carbón, gas, orimulsión, petroquímica) propiedad del Estado, aunque asociada a trasnacionales dentro y fuera de Venezuela, con una facturación global por sus negocios de unos 30.000 millones de dólares anuales. (FIN/IPS/jz/mj/if en/98