Los 57 días en los que Javier Valle Riestra se desempeñó como primer ministro de Perú no permitieron desentrañar los motivos del presidente Alberto Fujimori para designar en ese cargo clave a un político opositor que, además, es enemigo de su reelección para un tercer período.
"Se sabe por qué renunció Valle Riestra, pero hasta ahora ignoramos para qué lo nombró Fujimori", dijo este lunes Federico Salazar, comentarista político del canal 4 de Televisión de Lima, después de entrevistar al primer ministro renunciante.
Valle Riestra anunció su renuncia el viernes pasado, dos días después de discutir sobre derechos humanos con Victor Joy Way, jefe de la bancada parlamentaria oficialista, y al día siguiente que sus comentarios sobre las condiciones de detención de los dirigentes guerrilleros fuera criticado por los militares.
El enfrentamiento con Joy Way se produjo cuando el líder parlamentario se opuso a modificar la agenda del Congreso para que se discutieran de inmediato varias reformas legales tendientes a recuperar la institucionalidad democrática y proteger los derechos humanos, como reclamaba Valle Riestra.
"El tema de los derechos humanos no es tan urgente como los asuntos económicos", arguyó Joy Way, quien aludió con sarcasmo a la propensión del primer ministro a declarar "con exceso" a la prensa y al hecho de que no hubiera abandonado su costumbre de salir todas las mañanas en bicicleta.
"Sus comentarios me parecieron fascistas, descorteses y provocadores", replicó Valle Riestra. "Como no era posible pedir que renuncie el presidente del Congreso de la República, opte por hacerlo yo".
Añadió que tampoco aceptó "el tono del comunicado de Consejo Superior de Justicia Militar" sobre sus declaraciones a la prensa.
Ahora queda por saber si Fujimori canceló el singular experimento iniciado con el nombramiento de Valle Riestra o si buscará a otro personaje para que le haga "oposición desde el poder".
Durante los 57 días que duró en el cargo, Valle Riestra reclamó el cambio de la política económica y de derechos humanos del gobierno y gestionó el indulto de numerosos presos que fueron sentenciados por subversión con pruebas insuficientes.
En su única exposición ante el Congreso, pidió que el Poder Legislativo cerrara el paso a la presunta intención de Fujimori de postularse ilegalmente para un tercer periodo consecutivo.
Valle Riestra aún continúa en su cargo, insistiendo desde hace tres días que Fujimori aceptó su renuncia y que se irá cuando sea designado su sucesor, en tanto que el mandatario, fiel a su estilo inescrutable y sorpresivo, no dice una palabra.
El primer ministro declaró que recomendó como sustituto a Luis Bedoya Reyes, líder del Partido Popular Cristiano, otro encendido opositor de Fujimori, o a Carlos Ferrero, el más independiente de los parlamentarios "fujimoristas".
"Cuando le sugerí los dos nombres, Fujimori se comportó como siempre lo hace: escuchó cortesmente, y no dijo nada", comentó.
Valle Riestra dijo a IPS que formuló esa sugerencia "como un test para saber si Fujimori sigue dispuesto a tener como primer ministro a un comisario Defensor de los Derechos Humanos".
"Nadie, tampoco sus partidarios, sabe si Fujimori mantiene su intención de postularse en el 2000, forzando la Constitución, o si quiere preparar una transición para acabar con buena imagen este periodo y postularse en el 2005", añadió.
El primer ministro señaló que Fujimori está rodeado de "cortesanos aduladores, que insisten en convencerlo, a pesar de que las encuestas dicen lo contrario, que ganará si se presenta en el 2000 a una segunda reelección".
"Son ellos los más interesados en la reelección, porque sin Fujimori desaparecen, no serán parlamentarios ni nada", dice.
Pero los dirigentes de oposición no dan crédito a esta hipótesis sobre una posible voluntad de cambio de Fujimori y la mayoría consideró que la designación de Valle Riestra era una maniobra del mandatario para confundir a la opinión pública.
Los opositores estiman que el presidente optará por el ex primer ministro Alberto Pandolfi, cuyos mayores méritos fueron discreción y disciplina, o por el ex ministro de Economía Jorge Camet, quien aplicó con mano firme un drástico programa económico neoliberal.
El nombramiento de Pandolfi o Camet implicaría el entierro definitivo del singular experimento político iniciado hace dos meses por Fujimori y un retorno al clima previo al nombramiento de Valle Riestra.
Giovanna Peñaflor, directora de la empresa encuestadora Imasen, recordó que tanto Pandolfi como Camet abandonaron el gabinete ministerial con alta desaprobación popular.
La politóloga Carmen Rosa Balbi indicó que la renuncia del primer ministro demuestra que Fujimori no está dispuesto a retroceder un solo paso en el tema de la reelección por un tercer periodo consecutivo.
"Considero que la renuncia de Valle Riestra puso en evidencia la férrea resistencia gubernamental respecto de la revisión de las leyes que han desnaturalizado el Estado de Derecho y el sistema democrático", concluyó Balbi. (FIN/IPS/al/ag/ip/98