El presidente de Paraguay, Raúl Cubas, perdió a los cuatro días de instalarse en el poder el apoyo de su partido, el Colorado, y podría incluso ser destituido, por poner en libertad de modo discutible a su aliado político Lino Oviedo.
El Partido Colorado y los opositores Liberal Radical Auténtico y Encuentro Nacional resolvieron este miércoles llevar adelante el juicio político de Cubas, que podría comenzar el jueves.
La crispación política causada por la decisión de Cubas de conmutar la pena de Oviedo de manera de lograr su libertad inmediata, tomada el martes, obligó incluso al gobierno a aclarar este miércoles que las Fuerzas Armadas permanecen en calma y que todos los poderes cumplen normalmente sus funciones.
Los grupos que respaldan la propuesta de juicio político tienen mayoría en la Cámara de Diputados, que debe presentar la acusación. Pero es difícil que logren el voto favorable de dos tercios en el Senado exigido por la Constitución para destituir al presidente.
El decreto de Cubas, que redujo la condena a 10 años de Ovievo a sólo un arresto de tres meses, ya cumplido largamente, fue desaprobado incluso por los tres hermanos del presidente.
Uno de ellos, el capitán Carlos Cubas, renunció a su cargo de ministro de Industria, tan sólo un día después de ocuparlo, y los otros dos, el senador Emilio Cubas y Luis Cubas, asesor del presidente, se pronunciaron a favor del dimitente.
Carlos Cubas dijo que resolvió renunciar en desacuerdo "con el procedimiento" seguido por el presidente para poner en libertad a Oviedo, a quien el decreto también devolvió su condición de militar.
Así mismo, la Corte Suprema de Justicia realizó una aclaración formal, que podría ser utilizada por los adversarios de Cubas para pedir la anulación del decreto.
La Corte Suprema señaló que, contrariamente a lo manifestado por portavoces oficiales, el Poder Ejecutivo no consultó su opinión acerca de las potestades del presidente para conmutar la condena de Oviedo.
Una ley votada en junio por la legislatura anterior impedía a Cubas indultar a Oviedo antes de que éste pasara cinco años en la cárcel, la mitad de su condena. Por eso el presidente recurrió a la conmutación de la sentencia, una facultad que los tres grandes partidos políticos afirman que no podía usar en este caso.
Mientras, los partidarios de Cubas aseguran que éste actuó de acuerdo con sus atribuciones constitucionales.
Los observadores advierten que, sea cual fuere el resultado de la moción de juicio político, la estabilidad del gobierno está comprometida, ya que Cubas ha perdido incluso el apoyo del sector mayoritario del partido que lo llevó al poder, el Colorado.
El prsidente del Partido Colorado, Luis Argaña, es adversario político de Oviedo. Argaña es también vicepresidente de la República, de modo que sería el sucesor de Cubas si éste fuera fuera destituido por el parlamento.
Mientras, Oviedo guarda silencio. Su portavoz, Alejandro Velásquez, explicó que el general retirado aguardará cien días antes de conceder entrevistas y en tanto, reealizará "una gira patriótica" por el país.
Oviedo ganó en octubre la candidatura presidencial del Partido Colorado, aventajando a Argaña.
Pero en diciembre fue arrestado por orden del entonces presidente Juan Carlos Wasmosy, que lo acusó de desacato, y luego perdió su derecho a todo cargo electivo al ser condenado por sedición por un tribunal militar extraordinario
Los hechos por los que fue juzgado se remontan a abril de 1996, cuando Oviedo intentó desconocer la orden de Wasmosy de ceder el mando del ejército. La sentencia militar fue refrendada por la Corte Suprema de Justicia. (FIN/IPS/ct-ff/ip/98