Funcionarios del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) interpretaron que las críticas periodísticas a esa organización se dirigen en realidad contra todo el sistema multilateral internacional.
En réplica a las denuncias del diario británico Financial Times, el subdirector de ACNUR, Soren Jessen-Petersen, manifestó preocupación el viernes porque el artículo "tiene quizá un propósito claro de desacreditar otra vez a las organizaciones multilaterales".
El periódico de los círculos empresariales acusó esta semana a ACNUR de tener una "administración deficiente" y de "despilfarrar millones" de dólares donados por gobiernos occidentales.
Jessen-Petersen recordó que en los últimos tres o cuatro años se han registrado episodios de una campaña internacional de descrédito de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de las agencias del sistema.
La publicación británica estimó que las supuestas irregularidades en la contabilidad del ACNUR "probablemente acrecienten la preocupación del Congreso estadounidense, que ha fijado estrictas condiciones de pago de la deuda de Estados Unidos a la ONU".
"Tenemos que reconocer que el blanco esta vez es ACNUR probablemente debido al enfoque que dimos a la protección de los refugiados, a la forma en que los asistimos y a los términos en que recibimos la financiación", dijo el funcionario.
El subdirector de ACNUR estimó también probable que la denuncia periodística se relacione con una maniobra de medios europeos occidentales para socavar la candidatura de la japonesa Sadako Ogata, actual titular del organismo, que aspira a la reelección a fines de este año.
De todos modos, Jessen-Petersen observó que sería muy extraño que la campaña obedeciera a la existencia de candidaturas europeas porque la Unión Europea formuló un pedido oficial a Ogata para que continúe otro período en funciones.
Jessen-Petersen y el director financiero del ACNUR, Jean-Marie Fakhouri, desestimaron la acusación periodística por "inexacta y tergiversadora". El uso de las fuentes "es dudoso, y muchas son anónimas", dijeron en rueda de prensa.
Sin embargo, los funcionarios aceptaron que en la organización se verifican desviaciones. "Hay fallas institucionales y a veces, lamentablemente, se constatan casos de mala administración", admitió Jessen-Petersen.
Para atender a unos 22 millones de refugiados en todo el mundo, ACNUR ocupa a más de 5.000 personas de más de 100 nacionalidades que trabajan en por lo menos 250 oficinas distribuidas en 120 países.
"Esta es una organización que en todo caso resultaría muy difícil de manejar sin que se produzcan fallas en uno u otro lado", reconoció.
El ACNUR trabaja con 687 asociados, entre gobiernos, otras agencias de la ONU y organizaciones no gubernamentales, "unos con buenas calificaciones y otros con malas", justificó Fakhouri.
La actividad de los asociados de ACNUR también difiere. "Algunos usan computadoras para llevar la contabilidad, mientras otros todavía recurren al libro de caja".
Con operaciones de envergadura, con 995 millones de dólares invertidos el año pasado en "todos esos países y con esos asociados, no hay dudas de que habrá algunos problemas", dijo el director financiero.
Otras agencias de la ONU enfrentan problemas semejantes, aunque ACNUR es probablemente la única que trabaja con socios tan variados.
En los casos de otras agencias, sus problemas se originan en los informes financieros de los gobiernos encargados de la ejecución de los proyectos, refirió Fakhouri.
Las organizaciones de la ONU dedicadas al desarrollo interrumpen el aporte de fondos hasta que los asociados envien sus balances certificados.
Pero la aplicación de ese recurso resulta muy difícil en el caso de urgencias humanitarias, explicó el funcionario. Por eso, ACNUR "tiene que atenerse a las realidades de la situación en el terreno", dijo.
Jenssen-Petersen informó que la institución había recibido comunicaciones de solidaridad de parlamentarios, de altos funcionarios del sistema internacional y de numerosas organizaciones no gubernamentales (ONG).
Oxfam, la ONG con sede en Londres dedicada a la asistencia voluntaria internacional, declaró su inquietud por el informe sobre supuestas irregularidades financieras en ACNUR.
La entidad independiente manifestó su firme apoyo al papel del ACNUR pero se rehusó a comentar las acusaciones específicas porque desconocen el informe en que el diario británico basó sus afirmaciones.
Financial Times sostuvo que las irregularidades de ACNUR constan en un informe sobre la administración de los fondos de la institución preparado por una junta internacional de auditores.
El informe, insistió el diario, "debido a la gravedad de algunos de sus descubrimientos" será elevado a la Asamblea General de la ONU, que iniciará su próximo período de sesiones en septiembre venidero.
Los funcionarios de ACNUR alegaron que el informe citado por la publicación "todavía no ha salido". Por otra parte, el informe tiene como destinatario único y natural a la propia Asamblea General, dijeron.
El estudio contable y financiero se denomina precisamente Informe de la Junta de Auditores a la Asamblea General, explicó Jessen-Petersen, quien afirmó también que el artículo acusador del Financial Times "no resiste el análisis de un auditor". (FIN/IPS/pc-ml/pr-ip/98