La oposición en México recibió un nuevo impulso el domingo con el triunfo del Partido Acción Nacional (PAN) en las elecciones locales de Aguascalientes, octavo estado que arrebatan al gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 10 años.
Pero el PRI demostró que no desmaya y retuvo las gobernaciones de Oaxaca y Veracruz. En las elecciones estaduales del domingo, considerados por analistas preparatorias de las presidenciales del 2000, también se renovaron congresos locales y municipios.
El PRI, uno de los partidos más antiguos del mundo, controla ahora 24 de los 32 estados del país. En 1988 gobernaba todos.
Según los resultados oficiales preliminares y encuestas a boca de urna, el conservador PAN triunfó en Aguascalientes, estado del centro del país, por un amplio margen.
El PRI ganó de forma apretada en Oaxaca, en las costas del océano Pacífico, y con gran ventaja en Veracruz, en la costa del Golfo de México.
La oposición controla, tras las elecciones del domingo, ocho estados donde residen 30 por ciento de los 96 millones de mexicanos.
La dirigencia del PRI reconoció este lunes la derrota en Aguascalientes, pero afirmó que sigue siendo el primer partido político de México y que su decadencia y desaparición, vaticinada por la oposición, "es una fantasía".
El partido oficialista recuperó en julio la gobernación del estado de Chihuahua, luego de derrotar al PAN, que en 1992 había conquistado ese cargo.
"Los resultados electorales muestran que, a nivel nacional, el PRI tiene el mayor número de seguidores que cualquier otro partido y que partidos como el PAN ya llegaron a su máxima captación de votos y están perdiendo terreno", afirmó un comunicado del PRI.
El centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), que perdió por un pequeño margen en Oaxaca, puso en duda el triunfo del PRI en ese estado y dijo que analizará la posibilidad de presentar una impugnación.
Aunque el PRI es a nivel federal el partido que tiene ahora el mayor número de diputados y senadores, el PAN y el PRD juntos hacen mayoría.
El PRI sufrió en julio de 1997 su peor derrota electoral a nivel federal, cuando perdió el control absoluto que había tenido por décadas en la Cámara de Diputados.
El líder del PRD, Porfirio Muñoz, sostuvo que, si bien los partidos de oposición avanzan, aún no logran traducir en votos estatales todas sus propuestas y críticas al gobierno de Ernesto Zedillo.
Muñoz confía que esa situación podría revertirse en las próximas elecciones estaduales en Tamaulipas, Sinaloa, Tlaxcala y Puebla, programados para octubre y noviembre.
En el 2000, cuando concluya la gestión de Zedillo, los opositores confían en el PRI sufra una contudente derrota, poniendo fin a siete décadas de continuos triunfos, muchos de los cuales fueron calificados de fraudulentos.
Los partidos barajan hace más de un año nombres de algunos candidatos, pero ninguno ha tomado decisiones en ese sentido, ni siquiera en torno a los mecanismos de designación.
En el PRI se mencionan al actual secretario (ministro) de Gobernación (Interior), Francisco Labastida, y al de Desarrollo Social, Esteban Moctezuma.
Además, el gobernador de Puebla (localidad vecina a la capital), Manuel Barlett, y el de Tabasco (sur), Roberto Madrazo, expresaron su interés en aspirar a la presidencia.
Sobre la designación, el presidente Zedillo aseguró que no será más producto del "dedazo", término con el que se denomina la forma en que los anteriores mandatarios salientes definían, en secreto y sin ningún proceso democrático interno, al candidato del PRI.
En la oposición, el PRD menciona como posibles candidatos al alcalde de la capital Cuahutémoc Cárdenas y al diputado Muñoz, mientras en el PAN el gobernador del estado central de Guanajuato, Vicente Fox, reconoce estar en campaña. (FIN/IPS/dc/mj/ip/98