La economía mexicana, hoy "injustamente golpeada" por la crisis financiera mundial, según las autoridades, no parece estar tan sana como la pintan, advierten expertos.
El gobierno esgrime el crecimiento del producto interno y de las exportaciones y el equilibrio fiscal como argumentos para augurar que, cuando pasen las tormentas foráneas, México demostrará que sigue fuerte.
Para el Fondo Monetario Internacional quizá esos sean excelentes argumentos, pero no para muchos mexicanos. "Es el momento de desmitificar el discurso de que los fundamentos de la economía son buenos", dijo a IPS el analista financiero Ignacio Catalán.
Parte de los problemas son la distribución del producto interno (20 por ciento de los habitantes concentra 55 por ciento del ingreso) y el crecimiento productivo desigual (la industria repuntó el primer semestre 7,5 por ciento, mientras el sector agrícola cayó 5,3), explicó Catalán.
Además, los salarios son hoy 30 por ciento menores a los de 1994, la pobreza afecta a 50 millones de personas, el dinero encarece por el aumento de las tasas de interés y proyectos de desarrollo se suspenden por medidas de disciplina fiscal.
Los tres recortes presupuestales que aplicó este año el gobierno para mantener el equilibrio fiscal y así exhibir buenas cartas a organismos internacionales e inversionistas frenaron varios proyectos de desarrollo y programas sociales.
Mientras tanto, las medidas para restringir el dinero circulante y evitar así mayor inflación y devaluación de la moneda, fenómenos derivados de los problemas financieros en Rusia y Asia, elevaron las tasas de interés interbanciario a 37,5 por ciento esta semana, el doble que en enero.
Se calcula que solo por el aumento de los intereses, las deudas internas del país aumentaron 880 millones de dólares los últimos días. Los bancos, aún convalencientes de la crisis estallada en 1994, recomendaron a sus clientes no gestionar préstamos.
En materia de cotización de la moneda y negocios bursátiles, la situación no es mejor. El peso se ubicó los últimos días en 10 unidades por dólar, 30 por ciento más que hace un año, mientras la Bolsa de Valores cayo 66 por ciento de octubre de 1997 a la fecha.
No obstante los temores y las críticas, México saldrá bien librado de la inestabilidad, reiteró este viernes el secretario (ministro) de Hacienda, José Gurría.
El funcionario pidió tranquilidad a los agentes económicos y a no "realizar cálculos que afecten las grandes decisiones estratégicas en base al tipo de cambio del día o el nivel de la Bolsa".
"Es injusto lo que está pasando. La situación real del país es buena", expresó Manuel Robleda, presidente de la Bolsa de Valores.
El crecimiento del producto interno bruto de México será este año de más de cuatro por ciento, uno de los más altos del mundo, coinciden todos los analistas.
El costo de ese crecimiento es un menor "el desarrollo económico y social de las mayorías", dijo Catalán.
El experto recordó que la economía repunta animada en gran parte por el motor que representan las exportaciones, de las cuales más de la mitad corresponden a empresas maquiladoras, cuyos insumos son 90 por ciento extranjeros, y a otros sectores industriales minoritarios.
Enrique del Val, ex portavoz de la secretaría de Desarrollo Social del actual gobierno, advirtió que, si México no altera la distribución de su ingreso, la erradicación de la pobreza extrema puede llevar hasta 40 años aunque el crecimiento económico supere el cinco por ciento anual.
De 1994 a 1998 los recursos que se destinan a programas sociales se redujeron 42,6 por ciento en México, en tanto su participación en el producto interno cayó de 0,6 a 0,4 por ciento.
Con la pobreza actual, el aumento de las tasas de interés, la depreciación de la moneda y los desequilibrios en el ingreso, no se puede afirmar que los actuales golpes financieros sean un hecho pasajero, dijo Catalán.
La situación no es tan crítica como en 1994, cuando estalló la crisis, pero es difícil y así debe reconocerse, concluyó. (FIN/IPS/dc/mj/if/98