La última vez que Iraq había desafiado la inspección de armamentos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Estados Unidos movilizó sus tropas hacia el Golfo, mientras los medios señalaban el peligro de una nueva guerra.
Pero ahora hay un cambio de actitud. Esta vez, la decisión del régimen de Bagdad de no cooperar con los inspectores de la ONU fue recibida con amenazas de reforzar las sanciones, pero ningún diplomático estadounidense mencionó la posibilidad de guerra.
Este cambio puede ser interpretado como una señal de que el presidente iraquí Saddam Hussein logró resultados con su estrategia de cooperar ocasionalmente con la Comisión Especial de la ONU (UNSCOM) encargada de la inspección, lo cual no impide que de vez en cuando provoque pequeñas crisis en esta relación.
En febrero, cuando Iraq también paralizó la labor de la UNSCOM, el Consejo de Seguridad de la ONU amenazó con "graves consecuencias", lo cual, según comentaron en ese momento algunas fuentes diplomáticas, no requería mayores explicaciones.
Estados Unidos envió entonces a la zona del Golfo una flota de 300 aviones y varias unidades navales preparadas para iniciar operaciones si Bagdad no permitía la entrada de la UNSCOM a una serie de palacios presidenciales donde se sospechaba que podía haber información sobre programas de armamento prohibido.
Pero en esta ocasión no se habla de "serias consecuencias", y el Consejo de Seguridad ni siquiera mencionó que la suspensión de la cooperación con UNSCOM anunciada esta semana pudiera violar un acuerdo firmado por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y el viceprimer ministro iraquí Tariq Aziz.
La suspensión de las inspecciones de la UNSCOM desde el jueves fue calificada por el presidente del Consejo de Seguridad, el esloveno Danilo Turk, como algo "inaceptable", que "contraviene importantes resoluciones de este Consejo y el memorándum de entendimiento firmado en febrero" por Annan y Aziz.
Diplomáticos de la ONU hicieron notar que la declaración de Turk, negociada en el Consejo de Seguridad, se limita a decir que la decisión iraquí "contraviene" el acuerdo, pero no lo "viola".
La diferencia en la terminología habría estado relacionada con el hecho que en esta oportunidad, Iraq no anunció la expulsión de los inspectores, lo que si ocurrió en febrero. Por otra parte, los gobiernos involucrados no parecen desear una escalada militar.
"Este problema debe solucionarse mediante el diálogo y la negociación", dijo el embajador de China en la ONU, Qin Huasun, quien elogió el plan de Annan de revisar las relaciones entre Iraq y el foro mundial.
Incluso Washington dejó en claro que en esta oportunidad no será necesario desplegar tropas. "No caeremos en las provocaciones de Iraq ni de otras naciones irresponsables", aseguró el embajador Bill Richardson. "Queremos que esta crisis se resuelva", añadió.
El portavoz del Departamento de Estado, James Foley, confirmó que Estados Unidos "no caerá en la jugada" de Saddam Hussein, si es que su última decisión tiene por objeto "provocar algún tipo de respuesta que le permitiera debilitar el respaldo a las sanciones" internacionales que Iraq soporta desde 1990.
La cautela de Estados Unidos se debería al resultado del episodio de febrero, del cual Hussein salió con ventaja. Una de esas consecuencias fue que la responsabilidad sobre la UNSCOM se trasladó desde el Consejo de Seguridad al secretario general, un logro clave para Bagdad.
En ese momento, varias naciones reaccionaron contra el despliegue militar estadounidense, y los gobiernos árabes criticaron la respuesta de Washington que, en cambio, nada hizo para castigar lo que ellos consideran violaciones de Israel de los acuerdos con los palestinos.
Pero Iraq sigue castigado: mientras no colabore de modo más consistente con los inspectores de la ONU, el Consejo de Seguridad no disminuirá ni abolirá el embargo económico que le aplica. Richardson advirtió que las sanciones podrían prolongarse "a perpetuidad".
Algunos países proponen relajar el régimen de sanciones, pero mientras Washington y Londres se opongan, esa posibilidad estará excluida, dado que estadounidenses y británicos tienen facultad de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU. (FIN/IPS/tra- en/fah/mk/lc-ff/ip/98