La Organización de las Naciones Unidas (ONU) planea intensificar las negociaciones directas con Iraq para prevenir una nueva crisis tras la decisión de Bagdad de suspender toda cooperación con los inspectores de armas del foro mundial.
Iraq cumplió este jueves su amenaza de no cooperar con la Comisión Especial de la ONU (UNSCOM), encargada de verificar la destrucción de las armas no convencionales de Iraq, al negarse a proveerle escoltas para sus inspecciones, lo cual impidió efectivamente la tarea normal del equipo.
El Consejo de Seguridad de la ONU declaró inaceptable la actitud de Bagdad, y el secretario general Kofi Annan dijo al órgano ejecutivo que "llegó la hora de hacer una completa reevaluación" de las relaciones entre Iraq y el foro mundial".
Annan rechazó este jueves por vía telefónica el pedido del viceprimer ministro iraquí, Tariq Aziz, de cambiar la composición de UNSCOM y trasladar su sede de Nueva York a Ginebra o Viena.
"Ningún estado miembro puede decirle a la ONU cómo debe estructurarse para desempeñar una tarea que le fue encomendada", declaró tras la reunión del Consejo de Seguridad.
"El Consejo exhorta a Iraq a no aplicar su decisión" de suspender la cooperación con los inspectores, instó el eslovenio Danilo Turk, presidente del Consejo.
Sin embargo, Annan hizo alusión a la cooperación de Iraq con la UNSCOM en los últimos tiempos y a que su cumplimiento con las condiciones para el levantamiento del embargo que le impuso la ONU en 1990 no encontró una respuesta satisfactoria en el Consejo.
Bagdad, incapaz de obtener el levantamiento de las sanciones en ocho años, se enfrenta a la "frustración y la desesperación", advirtió el secretario general.
Como resultado, dijo un funcionario de la ONU a IPS, Annan considera "establecer un diálogo más directo entre Iraq y el Consejo de Seguridad" mediante el enviado especial en Bagdad, el embajador Prakash Shah, de India.
Annan indicó que Shah tendrá más actividad en los próximos días pasando mensajes directamente a las autoridades de Iraq para aclarar cualquier malentendido.
En esencia, la actual crisis era previsible desde hace años, ya que los críticos de Iraq en el Consejo de Seguridad, principalmente Estados Unidos y Gran Bretaña -miembros permanentes con poder de veto-, están convencidos de que Bagdad nunca ofrecerá toda la información sobre sus armas prohibidas.
Por su parte, Iraq ya no cree que el Consejo recompense con el levantamiento de las sanciones su cumplimiento con las condiciones establecidas.
Numerosos estados árabes, además de Francia y Rusia, instaron a todas las partes a una transacción. El anterior enfrentamiento entre la UNSCOM e Iraq provocó la amenaza de Washington de ataques aéreos, hasta que en febrero Annan llegó a un acuerdo con Bagdad sobre las inspecciones.
Esos países sugirieron que se den por concluidas las disputas sobre las armas químicas, biológicas y nucleares y se proceda a terminar el embargo.
Pero en una carta dirigida a Annan el miércoles, Aziz sostuvo que Iraq "cumplió todas sus obligaciones de buena fe para que se retire el embargo impuesto a su pueblo, pero este espíritu de cooperación no condujo al levantamiento del embargo".
Aziz culpó por la crisis a UNSCOM y sus "métodos de ofuscamiento y desinformación", que aseguró "perpetúan el embargo de acuerdo con la política de Estados Unidos".
Incluso los aliados de Iraq se muestran impacientes con este tipo de suposiciones y las habituales rupturas de Bagdad en su cooperación con UNSCOM.
La crisis sólo logrará que disminuya el apoyo a las gestiones de Bagdad para ponerle fin a las sanciones del Consejo de Seguridad, declaró el embajador de Estados Unidos ante la ONU, Bill Richardson.
"Iraq está jugando, desafiando a la comunidad internacional y asegurándose de que las sanciones sigan hasta la perpetuidad. Iraq quiere el desarme mediante el ultimátum, y eso no va a ocurrir", aseguró.
A pesar de la línea dura de Estados Unidos con respecto a las sanciones, Washington también dejó en claro que no ejercerá presión militar sobre Bagdad, por el momento.
"No vamos a seguirle el juego a Saddam Hussein", declaró el portavoz del Departamento de Estado, James Foley. El presidente iraquí utiliza el enfrentamiento para "provocar una crisis o cierto tipo de reacción que… le permitirá crear una distracción y quizá disminuir el respaldo a las sanciones", agregó.
Bagdad ya decidió que debe socavar el respaldo a las sanciones, que no serán retiradas en el corto plazo, para que el régimen punitivo finalmente pierda fuerza, opinaron diplomáticos de la ONU.
En la carta de Aziz, el gobierno iraquí protestó porque UNSCOM visitó 9.340 sitios en los últimos siete años y sometió a casi 500 lugares a vigilancia constante.
A pesar de esa actividad y de la versión de Bagdad de que ya destruyó sus armas prohibidas, considerada falsa por UNSCOM, los inspectores de armas prolongan las sanciones al plantear "problemas marginales", escribió Aziz.
El presidente de UNSCOM, Richard Butler, dijo que las quejas de Aziz "no merecen atención" y señaló en un informe al Consejo de Seguridad que Iraq aún debe responder por su programa de armas biológicas, explicar la presencia de rastros de gas VX en misiles destruidos e informar sobre propulsores misilísticos prohibidos.
"Sigo convencido de que con la absoluta transparencia y la honesta cooperación de Iraq, la Comisión podrá concluir sus obligaciones de desarme en un corto período de tiempo", agregó Butler.
La cuestión es si los negociadores de la ONU pueden dejar libre el camino para esa transparencia y el pronto levantamiento de las sanciones.
El Consejo de Seguridad considerará las sanciones en octubre y Saddam Hussein ya indicó que pondrá fin a la labor de UNSCOM si éstas no se retiran antes de fin de año. (FIN/IPS/tra-en/fah/ml-aq/ip/98