El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, describió hoy el fracaso de las negociaciones con Iraq sobre armas de destrucción masiva como "una gran dificultad, pero una dificultad que puede superarse".
Las declaraciones de Annan fueron realizadas luego de que Richard Butler, presidente de la Comisión Especial de las Naciones Unidas (UNSCOM) -encargada de verificar la destrucción de las armas no convencionales de Iraq-, abandonara Bagdad este martes, un día antes de lo previsto.
La decisión de Butler se debió al rechazo por Bagdad de las propuestas formuladas por la ONU para asegurar el cumplimiento de Iraq con el compromiso de eliminar sus armas de destrucción masiva, impuesto por la comunidad internacional tras la guerra del Golfo (1991).
Sin embargo, Annan advirtió que la ONU debe esperar a que Butler regrese a la sede del foro mundial, este miércoles, e informe sobre los resultados de su último viaje antes de emitir un juicio.
"Desde el punto de vista de Butler, las negociaciones fracasaron, y permanecer en Iraq no habría conducido a ninguna parte", dijo Annan a la prensa este martes.
Añadió, no obstante, que esta interrupción no significa necesariamente que la ONU se dirija a una nueva crisis en sus relaciones con Iraq, como sucedió este año cuando Bagdad se rehusó por un tiempo a permitir que los inspectores de armas ingresaran a los llamados "predios presidenciales".
Aquella crisis, que casi provocó un ataque aéreo encabezado por Estados Unidos, terminó cuando Annan y el presidente iraquí Saddam Hussein realizaron un acuerdo que abrió los palacios presidenciales a la inspección y preparó el camino para una cooperación que pueda poner fin a las sanciones de la ONU.
Sin embargo, explicó Annan esta semana, el memorando de entendimiento firmado entre él y el viceprimer ministro Tariq Aziz el 24 de febrero no pretendía solucionar todas las diferencias pendientes entre Iraq y el foro mundial.
El gobierno de Iraq está claramente decepcionado ante la falta de progreso hacia el levantamiento del embargo que le fue impuesto tras la invasión de Kuwait, en 1990, a pesar de que, según afirma, ya cumplió con todos los requisitos.
Sin embargo, funcionarios de la ONU sostienen que Bagdad debe proveer más información para que haya alguna posibilidad de que el Consejo de Seguridad levante las sanciones. (FIN/IPS/tra-en/fah/ml/ip/98