La calma reinaba hoy en Cachemira, en la frontera de India y Pakistán, pero la tensión entre ambas potencias nucleares continúa luego de una semana de combates en la disputada región que causaron al menos 124 muertos.
Funcionarios en Srinagar, capital estival del sector indio de Cachemira, informaron que 49 personas, entre soldados, personal de seguridad y mujeres y niños, murieron bajo el fuego de la artillería paquistaní en los punos fronterizos de Kargil, Uri, Kamalkote, Tangdhar, Bikhama y Baramulla.
Los combates no se diferencian de una guerra total, como las que libraron India y Pakistán en 1965 y 1971, según cientos de aldeanos que huyeron de la zona de Cachemira administrada por Nueva Delhi para refugiarse en campamentos improvisados.
Pakistán ocupa desde 1949 el tercio septentrional de Cachemira y pretende la soberanía sobre la zona austral, administrada por India, a la que ésta denomina estado de Jammu y Cachemira.
Fuentes militares de Islamabad informaron que la artillería india dio muerte a 75 personas en el sector paquistaní.
Pakistán también aseguró haber destruido el cuartel indio de Kargil, pero Nueva Delhi desmintió esa versión.
Así mismo, Nueva Delhi calificó de "falsa y sin fundamento" la afirmación paquistaní de que cuatro aviones de la fuerza área india violaron el espacio aéreo de Pakistán.
Islamabad declaró que los combates fronterizos llevan la situación a una "dirección desconocida", y Nueva Delhi replicó que dará respuesta adecuada a Pakistán.
El ministro de Defensa de India, George Fernandes, sostuvo que los ataques de Paquistán tienen el fin de "obstruir las conversaciones bilaterales y crear una sensación de alarma al proyectar a Cachemira como un punto explosivo".
Mientras, el jefe del ejército de India, O.P. Malik, descartó el riesgo de guerra total. Malik explicó que los generales indios y paquistaníes a cargo de las operaciones en la frontera están comunicación mediante la línea telefónica directa establecida en los años 80.
Esa línea se utiliza al incrementarse la tensión en la zona fronteriza. El año pasado fue habilitada otra línea directa, entre los jefes de gobierno, aunque no ha sido utilizada.
Los dos países llevan medio siglo de antagonismo, en el que se enfrentaron tres veces en guerra, y se acusan mutuamente de exacerbar los combates y retrasar las negociaciones de paz suspendidas hace un año.
El primer ministro indio Athal Bihari Vajpayee y su par paquistaní Nawaz Sharif se reunieron la semana pasada en Colombo, por primera vez desde que en mayo, ambos países realizaron múltiples pruebas nucleares. Las conversaciones no tuvieron resultado positivo.
Sharif declaró que Cachemira es la "cuestión central" entre los dos vecinos y que mientras el problema no sea resuelto no será posible avanzar en otros asuntos, como la delimitación de la frontera marítima, las restricciones de visado y el control del narcotráfico.
La nuclearización de Asia meridional agregó otra dimensión al problema de la seguridad regional, destacó Sharif.
En Colombo, Pakistán insistió en la necesidad de la mediación externa sobre la cuestión de Cachemira, pero India se opuso, aduciendo que la disputa es un asunto bilateral y debe resolverse de manera acorde.
Las conversaciones terminaron cuando Islamabad acusó a Nueva Delhi de intransigencia y falta de volunta para resolver el problema. India replicó que se trataba de una acusación "neurótica" y fuera de contacto con la realidad.
La comunidad internacional, encabezada por Estados Unidos, solicitó a India y Pakistán que resuelvan en forma urgente la disputa por Cachemira, luego de que ambos llevaran a cabo las pruebas nucleares en mayo.
Richard Celeste, embajador de Washington en India, advirtió que los dos vecinos están más "próximos a la guerra"' de lo que estuvieron Estados Unidos y la Unión Soviética durante la guerra fría.
India y Pakistán "tienen armas a minutos de distancia de sus capitales y los combates son casi diarios en la línea de control de Cachemira", dijo Celeste el fin de semana en Mumbai (ex Bombay).
Islamabad quiere que India realice un plebiscito, que prometió hace 50 años pero nunca llevó a cabo, para decidir el futuro del estado de Jammu y Cachemira.
India sostiene que la opción del plebiscito fue superada por posteriores tratados y acusó a Pakistán de "respaldar" a insurgentes de Cachemira que pretenden fundar un territorio islámico independiente. La guerra causó la muerte a 20.000 personas desde 1989.
India también sostiene que Pakistán provoca hostilidades en la frontera para infiltrar en Cachemira mercenarios afganos, sudaneses e iraquíes, en apoyo de los rebeldes.
La paz entre los dos países no será posible hasta que Islamabad ponga fin a esta "guerra por encargo", según Nueva Delhi. Pakistán rechaza las acusaciones.
Las fuerzas armadas indias insisten que los servicios de inteligencia paquistaníes introducen mercenarios en la región de Jammu, donde más de 150 personas murieron desde mayo debido a incidentes con los guerrilleros.
En respuesta, India envió más soldados a la frontera, lo que generó una actitud similar de Paquistán y aumentó la tensión. (FIN/IPS/tra-en/rb/an/aq/ip/98