El secuestro de la hija de un aspirante a la Presidencia de Honduras y sobrina del actual mandatario Carlos Flores evidencia la reaparición de bandas organizadas que la policía creía eliminadas.
Tania Facussé, hija del empresario Mario Facussé, primo de Flores, fue secuestrada por tres personas cuando conducía su automóvil hacia su residencia en la lujosa área residencial Lomas del Guijarro, en Tegucigalpa. Le acompañaba una hermana que logró escapar para pedir auxilio sin resultado alguno.
La mujer de 23 años pertenece a una de las familias más ricas e influyentes de Honduras. El presidente Flores, que se dirigió de inmediato a la residencia de su primo, exigió que la liberen sana y salva, al tiempo que anunció una investigación a fondo.
"Este es un momento muy delicado para nosotros. Nos embarga la preocupación y la tristeza, pero no escatimaremos esfuerzos ni recursos para dar con estos delincuentes", dijo.
El director de la Policía Wilfredo Alvarado dijo este miércoles a IPS que el caso de Tania Facussé sin duda "es uno de los golpes más fuertes que las bandas de secuestradores han dado contra los grupos políticos y económicos de este país". "Estamos tras la pista de algunos sospechosos", aseguró.
Alvarado, quien se negó a ahondar en detalles para evitar "distorsiones" en la investigación, comentó que hace un año no se producían secuestros en Honduras. "Creíamos que habíamos eliminado estas bandas, pero todo apunta a que el crimen organizado está más estructurado de lo que imaginábamos", dijo.
El último caso fue el secuestro del hijo del acaudalado empresario y político Ricardo Maduro, quien terminó asesinado a pesar de las recompensas ofrecidas por la familia.
Hace 17 años, guerrilleros de izquierda asaltaron la Cámara de Comercio e Industrias de la ciudad norteña de Cortés y tomaron como rehenes a importantes funcionarios. Desde entonces, nadie había vuelto a penetrar los círculos de seguridad de la clase dominante en Honduras.
Los miembros de la banda de secuestradores encabezada por los hermanos Bustillo lograron escapar de las cárceles de Tegucigalpa y San Pedro Sula mediante acciones sincronizadas, aún no explicadas por la policía, que ponen en duda la seguridad de los centros de reclusión y la credibilidad de sus autoridades.
Los hermanos Bustillo amenazaron por teléfono este lunes a los oficiales de policía preventiva que participaron en su captura, así como al empresario Maduro.
La familia Facussé afirmó que hasta este miércoles no tuvo contacto con los secuestradores y pidió a los cuerpos policiales prudencia en los operativos para evitar un desenlace fatal.
El secuestro de Tania Facussé se produjo 72 horas despúes de que su padre anunciara su intención de pujar por la candidatura presidencial del opositor Partido Nacional para los comicios generales del 2001.
El representante del estatal Comisionado de los Derechos Humanos, Leo Valladares, exhortó a la calma este miércoles, tras confiar en que el caso de Tania Facussé sea un "hecho aislado y no una reedición de los secuestros en este país".
En los últimos dos años hubo numerosos secuestros de comerciantes, productores de café e hijos de políticos, entre otros. En las investigaciones preliminares surgieron sospechas sobre algunos militares y policías.
La inseguridad ciudadana en Honduras es apenas un reflejo de la que sufre toda América Central, donde la violencia y la delincuencia amenazan con trastocar los frágiles procesos de paz iniciados hace una década, según activistas y expertos. (FIN/IPS/tm/mj/ip hd/98