Filipinas, que este año celebra el centenario de su independencia, es un país con una identidad confusa en lo que se refiere a su idioma.
Un torbellino de argumentos a favor y en contra del uso del filipino en lugar del inglés en asuntos oficiales surgió luego de que el presidente Joseph Estrada de que usaría el idioma local en sus gestiones.
Estrada anunció la semana pasada que hablará filipino en las reuniones diplomáticas y que usará intérpretes para que le traduzcan. Se trata de "la lengua de nuestros héroes y ancestros", dijo
También ordenó al Departamento de Educación que comience a usar el filipino como lengua de instrucción en todas las universidades y colegios estatales, y en las escuelas públicas.
Hoy, los profesores usan filipino en las clases de historia y ciencia social, y el inglés en las de ciencias exactas y matemáticas. El Departamento de Educación dijo que realizará los cambios para cumplir con las órdenes presidenciales.
Estrada, quien rompió la tradición al pronunciar casi todo su discurso inaugural en filipino, debe gran parte de su imagen nacionalista y de defensor de los pobres, a menudo exagerada, a su escaso dominio del inglés.
Una de sus líneas favoritas durante la campaña electoral era que un buen angloparlante no podía ser un buen presidente.
"Miren a Japón y Corea del Sur. Son los países más avanzados de Asia, y el primer ministro de uno y el presidente del otro no hablan inglés. Yo digo que esos logros no dependen de hablar inglés. Lo que se necesita es servir al país con el corazón", dijo Estrada en un discurso, en filipino, la semana pasada.
Sus afirmaciones generaron un agitado debate en el país, donde se hablan unos 70 idiomas.
Políticos, empresarios y habitantes de otras partes del país y reaccionaron con hostilidad, pues afirman que el dominio del inglés ha sido una ventaja estratégica para atraer a inversores extranjeros.
Muchos políticos perciben en la declaración de Estrada un signo de que el gobierno intenta eliminar el inglés como idioma oficial. Pero deberá aprobarse una ley para adoptar esa decisión, pues la constitución establece que el inglés y el filipino son lenguas oficiales.
Por su parte, habitantes de la región de Visayas, en la zona central, expresaron una antigua reivindicación. ¿Por qué ha de ser filipino el idioma oficial, si quienes hablan visayo son el grupo ligüístico más grande?
El filipino es una mezcla de palabras nativas con otras de origen español (que fue el idioma oficial), malayo y chino, debido a la historia colonial del país y a sus lazos con el sudeste asiático.
La mayor parte de las palabras, sin embargo, proceden del tagalo, un idioma hablado por los habitantes de Manila y las provincias cercanas.
Una de las más antiguas quejas de los visayos es que la base del filipino sea el tagalo, pues los dialectos visayos, principalmente el cebuano, son hablados por más de la mitad de los 70 millones de habitantes del país. Treinta y seis por ciento habla tagalo.
Líderes filipinos intentaron durante décadas crear un idioma nacional para unificar a los ciudadanos, al igual que se intentó en Malasia e Indonesia.
Según el analista político Amando Doronila, las directivas del presidente "más que promover la unidad nacional han reavivado las divisiones regionales y los impulsos de autonomía local".
Algunos educadores dicen que cambiar a una educación exclusiva en filipino puede ser problemático cuando se enfrenten con términos científicos en inglés que no tienen equivalente en el idioma nacional. Otros sostienen que el idioma nativo no se desarrollará si no es usado.
"El filipino es el idioma del mercado y las calles, por lo tanto no podemos detener la tendencia de que el filipino sea el idioma nacional", explicó Doronila.
Algunos dicen que el problema no es qué idioma elegir o usar, sino cómo mantener el dominio de ambos.
Los maestros se quejan de un descenso en el dominio del inglés. El ministro de Educación, Andrew González, dijo que 20 por cieto de los estudiantes de escuela secundaria no puede hablar inglés.
Muchos jóvenes hablan "taglish", una mezcla de inglés y tagalo, y conjugan verbos ingleses con las normas del tagalo.
La familiaridad de los filipinos con el idioma inglés se remonta a la época de dominio del país por los estadounidenses, que a principios de este siglo impusieron su idioma para la enseñanza, a falta de una lengua nacional unificadora.
Pero los expertos afirman que el inglés es el idioma de los negocios y las relaciones internacionales, por lo que es peligroso permitir que Filipinas lo pierda.
"Hablar inglés, el idioma empresarial y diplomático de hoy, y el segundo idioma oficial en nuestro país, no lo hace a uno menos nacionalista o menos filipino" observó Samuel Hernández, de la Universidad Politécnica de las Filipinas.
Doronila opinó que "la consecuencia de la dualidad idiomática es que no profundizamos nuestra propia lengua como deberíamos, y también perdemos dominio del inglés, renunciando por lo tanto a la ventaja tradicional que hemos tenido durante cerca de un siglo".
"En otras palabras, no dominamos bien el filipino ni el inglés", sentenció.
Los críticos de Estrada dicen que una de los motivaciones del mandatario para promover el uso del filipino es su pobre dominio del inglés, algo que él se apresura a admitir.
En las seis semanas que lleva en el poder, los medios de comunicción han dado tanta cobertura a sus anuncios políticos como a sus errores idiomáticos en inglés.
Estrada dijo que cambiar al filipino no causaría tantas diferencias con los medios de comunicación. "No cometeríamos tantos errores de singular y plural", sostuvo.
Atacando a la a prensa, el presidente dijo, en filipino: "Nuestros periódicos son cómicos. Seguramente piensan que yo soy estadounidense, entonces cuando hablo en inglés y cometo errores tales como agregar una 's' donde no corresponde, ellos lo publican en la primera página". (FIN/IPS//tra-em/js/di/mj/cr/98