El consumo de drogas sintéticas y cocaína en España aumenta, según las autoridades, mientras se aleja la posibilidad de que se legalice la venta de heroína y marihuana, a pesar de la opinión favorable de numerosos jueces y expertos.
Además, el consumo de heroína baja notablemente, informó Javier Hernández, director del estatal Plan Nacional contra las Drogas.
Hernández sostuvo que estas fluctuaciones no pueden cuantificarse pero sí constatarse por factores indirectos, como la disminución de muertes por sobredosis o la requisa cada vez menor de cocaína y cada vez mayor de drogas sintéticas.
El funcionario opinó que la aparición del sida fue decisiva para que gran número de drogadictos dejen de inyectarse heroína, para evitar el contagio.
Pero, al mismo tiempo, bajó la edad promedio en que se produce la adicción que, en el caso de dos drogas legales, el tabaco y el alcohol, es de 14,1 y 14,7 años. Expertos afirman que el consumo de estas sustancias suele constituir un primer paso hacia las drogas ilegales.
La edad promedio de "enganche" a las drogas derivadas del cannabis (hachís y marihuana) es de 15,6 años, se eleva a 18,9 años en el caso de los alucinógenos y es de alrededor de 21 para las derivadas de la coca (cocaína, pasta base, crack) y del opio, entre ellos la heroína.
Si la baja del consumo de heroína se atribuye al temor al sida, el aumento del de drogas sintéticas se debe, en parte, a su bajo precio y al hecho de que se fabrican también en territorio español.
La policía detuvo en julio a una familia que fabricaba pastillas de éxtasis, utilizando una vieja máquina de las usadas otrora para fabricar aspirinas, con una capacidad de producción de hasta 20.000 pastillas por hora.
El negocio familiar integraba a los padres, dos hijos, dos hijas y sus cónyuges. Producían la droga por encargo y sólo recibían pedidos superiores a 10.000 pastillas.
La familia prosperó y pudo comprar varias mansiones y nueve automóviles de lujo. Ahora esperan en la cárcel ser sometidos a juicio por tenencia y tráfico ilegal de drogas, tenencia de armas, estafa y uso de documentación falsa.
El decomiso de drogas en los aeropuertos, puertos e incluso en barcos en alta mar es frecuente, pero el tráfico y el consumo en vez de disminuir aumentan.
Las autoridades llegaron a interceptar un yate con una tonelada de cocaína cerca de las portuguesas islas Azores, en medio del océano Atlántico, a 1.900 kilómetros de las costas europeas, también en julio.
La Agrupación de Jueces para la Democracia (AJD), una de las tres instituciones que los agrupan, sostiene que se debe modificar la ley de medicamentos para autorizar la venta legal de drogas.
Los aproximadamente 150 millones de dólares que se gastan al año para combatir el narcotráfico deberían destinarse a labores de prevención y educación. La legalización, según el portavoz de AJD, José Antonio Alonso, permitiría conocer las características, por ejemplo, del hachís que se fume.
Alonso citó el caso de Holanda, donde se indica el país de procedencia hachís, cómo ha sido tratado e incluso la cantidad de sustancia activa (tetra-hidro-canabinol o THC) que contiene cada dosis.
Otro juez, Gregorio Alvarez, sostuvo que siempre le ha tocado enfrentarse con "el último eslabón de la cadena". El también juez Antonio Gil Merino dijo que en sus 34 años de experiencia condenó a centenares de "camellos" (traficantes al por menor), pero "nunca a un pez gordo".
El juez Javier Martínez Lázaro declaró al matutino madrileño El País que dentro de 30 o 40 años, "cuando se despenalice la droga, la época actual producirá el mismo escalofrío que la Inquisición".
Mientras, en el panorama político actual, solo la coalición Izquierda Unida, tercera fuerza parlamentaria, apoya la legalización de la venta de drogas, lo que permite prever que no se producirá la despenalización, al menos en el corto plazo. (FIN/IPS/af/mj/ip he/98