La decisión del presidente de Perú, Alberto Fujimori, de recurrir a la presión diplomática y evitar la fuerza para el retiro de las tropas ecuatorianas que, según Lima, entraron en territorio peruano, tuvo una tibia aprobación popular y fue rechazada por algunos sectores de oposición.
Fujimori viajó el jueves a Brasilia para entrevistarse con el presidente Fernando Henrique Cardoso, y este viernes se reunió en Buenos Aires con el mandatario argentino Carlos Menem. Tras conversar brevemente con Menem, aseguró que el tratado de paz con Ecuador está próximo.
Argentina y Brasil conforman junto con Chile y Estados Unidos el grupo de países mediadores en el conflicto ecuatoriano-peruano, en su condición de garantes del Protocolo de límites firmado por las dos partes en Río de Janeiro en 1942.
Poco después del arribo de Fujimori se anunció en Brasilia un acuerdo para aliviar la tensión entre Ecuador y Perú, que parecía preludiar un nuevo choque armado en la franja en disputa en la fronteriza cordillera del Cóndor, escenario de una guerra en 1995.
El convenio, firmado en la embajada de Brasil en Ecuador, determina la separación de las tropas ecuatorianas y peruanas en la zona en litigio, que estaban a 100 metros de distancia unas de otras.
De ese modo, el presidente ecuatoriano Jamil Mahuad aceptó ordenar el repliegue de los 300 soldados que habían ingresado tres kilómetros más allá de la frontera establecida por el tratado limítrofe de 1942, según la versión peruana.
El acuerdo firmado contempla la creación de una nuva zona de seguridad de 50 kilómetros de largo por 12 o 15 de ancho, que será controlada por la Misión de Observadores Militares Ecuador-Perú (MOMEP), integrada por representantes de los cuatro países garantes.
Una encuesta efectuada por una emisora de radio de Lima reveló este viernes que la población respalda, con alivio, la decisión de Fujimori, porque desactivó un inminente choque armado entre soldados de ambos países que habría interrumpido las negociaciones diplomáticas y podría desembocar en otra guerra.
Pero, según la misma investigación, la opinión pública peruana no está muy segura de si el acuerdo de separación de tropas y la creación de una zona bajo control internacional temporal conducirá a un acuerdo definitivo de paz entre ambas naciones.
En círculos políticos opositores, las posturas se dividen entre quienes aprueban la permanente búsqueda de una solución pacifica y definitiva mediante negociaciones diplomáticas y aquellos que demandan el uso de la fuerza o, por lo menos, un ultimátum a Ecuador.
"De que éxito diplomático de Fujimori hablan, si los soldados ecuatorianos salen de la zona que invadieron porque hemos aceptado, aunque sea temporalmente, disminuir nuestra soberanía sobre una porción de nuestro territorio nacional", comentó el congresista opositor independiente Fernando Olivera.
Por su parte, el opositor izquierdista Santiago Pedraglio considera positiva la situación, "porque se logró preservar la soberanía mediante el repliegue de las tropas ecuatorianas, y, al mismo tiempo, evitar la confrontación militar".
El diplomático retirado peruano Alfonso Arias Schereiber, quien participó en el diálogo con Ecuador, considera que "los incidentes provocados por los militares ecuatorianos, como el sembrado de minas en territorio de Perú y la infiltración de tropas, demuestran la vulnerabilidad de las negociaciones".
En su opinión, los cuatro paises garantes tendrían que exigir a Quito un pronto acatamiento a lo establecido por el Protocolo de Río de Janeiro, el Tratado de Paz, Amistad y Limites de 1942.
Ecuador cuestiona el tratado porque sus redactores incurrieron en un error de nomenclatura geográfica y le fue impuesto bajo ocupación militar.
El entredicho provocó desde entonces dos guerras en las inmediaciones de la cordillera del Cóndor, un tramo de 42 kilómetros donde no se concluyó la demarcación fronteriza.
Después de la guerra de 1995, los cuatro países garantes establecieron un mecanismo para supervisar la separacion de fuerzas en la zona disputada, la MOMEP, mientras se abrían las negociaciones diplomáticas.
Las conversaciones se han dividido en cuatro temas: resolver la cuestión limítrofe, establecer las condiciones de navegación ecuatoriana por el río Amazonas, proyectar obras de cooperacion con respaldo financiero internacional y crear un mecanismo de seguridad.
Las conversaciones por los dos primeros asuntos están, al parecer, próximas a finalizar con acuerdos aceptables para ambas partes. En cuanto al tercero, la cooperación cuenta con el apoyo de Washington, que promueve una bolsa de 2.000 millones de dólares. El cuarto punto se reserva para el final de las conversaciones.
Mientras, 10 militares de cada uno de los cuatro países garantes conforman la MOMEP. Utilizan helicópteros para evitar las minas sembradas y patrullan una zona de 528 kilómetros cuadrados, en el flanco oriental de la cordillera del Cóndor.
Fujimori llegó este viernes a Asunción, donde el sábado asistirá a la investidura de Raúl Cubas como presidente de Paraguay. También Mahuad viajará a Asunción, y se cree posible una reunión entre ambos. (FIN/IPS/al/mj-ff/ip/98