El democristiano Jamil Mahuad prestó juramento hoy como el 95 presidente de la historia de Ecuador con un llamado a su par peruano, Alberto Fujimori, para la firma de la paz.
En un emotivo discurso de inauguración de su mandato de cuatro años, Mahuad anunció que continuará las negociaciones de paz con Perú, para resolver los problemas de límtes que en 1995 llevaron a los dos países a la guerra.
El nuevo presidente ecuatoriano, de 49 años, propuso a Fujimori acometer "un esfuerzo conjunto, responsable y solidario", pensando en el futuro de los dos pueblos, para firmar la paz.
"Somos un pueblo que rechaza la guerra porque cree en la paz. Pero nuestro rechazo real e inequívoco al conflicto no debe ser confundido con debilidad o falta de voluntad nacional para defender nuestra heredad", aseguró.
Ecuador y Perú enfrentan los tramos finales de un proceso negociaciones para zanjar un centenario litigio de límites en la zona amazónica del Alto Cenepa, con la asistencia de Brasil, Chile, Argentina y Estados Unidos, los cuatro países garantes del Protocolo de Río de Janeiro, de 1942, que puso fin a otra guerra.
El mandatario ecuatoriano hizo también un llamado a evitar "los riesgos de un conflicto armado, y a desmilitarizar la zona de conflicto para rodear a las conversaciones de paz "del ambiente de tranquilidad que necesitan para arribar a puerto seguro".
Mahuad lamentó la ausencia de Fujimori, quien suspendió su anunciada presencia en Quito para la transmisión del mando con el argumento de una presunta infiltración de tropas ecuatorianas en suelo peruano.
Pero debemos aprovechar oportunidades futuras "para conocernos más, entendernos mejor y mejorar el nivel de vida de nuestra gente", afirmó el nuevo presidente, con cuya asunción Ecuador normalizó su vida democrática, tras 18 meses de gobierno interino después de la destitución de Abdala Bucaram.
El nuevo mandatario tomó juramento ante los presidentes Hugo Banzer, de Bolivia, Andrés Pastrana, de Colombia, Miguel Rodríguez, de Costa Rica, y Rafael Caldera, de Venezuela, y el príncipe Felipe de Borbón, heredero de la corona española.
Entre los invitados especiales estuvo el ex presidente de Polonia, Lech Walesa, líder del sindicato Solidaridad, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, e Irene Sáez, candidata a la presidencia de Venezuela.
Mahuad juró sobre una nueva Constitución, que entró en vigor este lunes, tras haber sido aprobada por una Asamblea Nacional Constituyente a principios de año.
El nuevo presidente afirmó que Ecuador es "un país muy rico con gente muy pobre", y anunció que establecerá una política de defensa de la biodiversidad biológica del país, una de las más ricas del mundo, para promover el desarrollo sustentable.
Hizo una invitación a la inversión privada para el desarrollo del turismo, que hoy genera 300 millones de dólares anuales al país y anunció el impulso de políticas para aumentar las reservas de petróleo.
También anunció un programa social para combatir la pobreza. Ecuador tiene un 60 por ciento de pobres y una de las más altas relaciones de deuda externa por habitante.
Ofreció "sanear la economía y controlar el déficit fiscal", la más pesada carga que hereda del gobierno interino de Fabián Alarcón, y se comprometió a "entregar en cuatrao años un país con menos de 10 por ciento de inflación, cinco por ciento de crecimiento anual y 7.200 millones de dólares en exportaciones".
El déficit llega hoy a siete por ciento del producto interno bruto, la inflación se proyecta a 40 por ciento a fin de este año y el gasto social es inferior a 15 por ciento del presupuesto.
El nuevo mandatario, graduado de administración pública en la Universidad de Harvard, Estados Unidos.
Lal Chug, un experto en finanzas estadounidense invitado por la Universidad Internacional de Quito, dijo este lunes que los inversionistas "ven favorablemente la transición que está experimentando el país, principalmente porque el nuevo presidente fue elegido democráticamente y tiene una buena reputación".
Ecuador, con 12 millones de habitantes, tiene una deuda externa de cerca de 15.000 millones de dólares, una de las más altas por habitante en América Latina, y un crecimiento económico previsto para este año menor a dos por ciento.
El país requerirá invertir más de 2.500 millones de dólares en los próximos años para reconstruir las provincias de la costa pacífica, afectadas por el fenómeno climático de El Niño. Mahuad anticipó que gestionará parte de esos fondos ante el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. (FIN/IPS/amr/ag/ip/98