El humo de miles de varas de incienso se eleva hacia el cielo hoy en Hiroshima, cuyos habitantes recuerdan a las decenas de miles de personas que murieron debido a la bomba nuclear arrojada sobre la ciudad japonesa hace 53 años.
El ataque del 6 de agosto de 1945 fue seguido por otro similar el 9 de agosto, sobre Nagasaki. Juntos, causaron la muerte de unas 200.000 personas, pero miles más mueren cada año debido a los efectos de las radiaciones.
En el 53 aniversario de la tragedia, miles de personas, entre ellas el nuevo primer ministro de Japón, Keizo Obuchi, sobrevivientes, escolares y pacifistas de todo el mundo, incluso de India y Pakistán, permanecieron de pie y en silencio mientras sonaba la campana de la paz y decenas de palomas eran liberadas.
"Seiscientos estudiantes de nuestra escuela murieron", dijo un estudiante de 13 años en inglés vacilante, mientras señalaba una lápida que dice: "Hagamos que la paz prevalezca en la tierra".
Hiroshima está llena de guirnaldas con palomas de papel, arreglos florales, pancartas y letreros, mientras los familiares y amigos de las víctimas realizan su propia conmemoración en privado.
En la ceremonia oficial, el primer ministro Obuchi describió las pruebas nucleares realizadas en mayo por India y Pakistán como algo "lamentable", pero decepcionó a los pacifistas al no comprometerse a retirar a su país de una polémica alianza militar con Estados Unidos, una potencia nuclear.
Delegados de la Conferencia Mundial contra Bombas Atómicas y de Hidrógeno, organizada esta semana por Gensuikyo (Consejo Japonés), esperaban que Tokio mostrara un cambio de actitud tras los ensayos atómicos en Asia meridional.
Japón es el único país que sufrió un ataque con bombas nucleares, y espantado ante la infracción de Nueva Delhi e Islamabad a la moratoria no oficial de 24 años a las pruebas atómicas, impuso sanciones a ambos países.
Las delegaciones india y paquistaní de la conferencia descubrieron que eran centro de considerable atención. "Antes de escuchar la presentación de ambos países, pensábamos que toda la gente de allí estaba a favor de las bombas", era un comentario común.
Los delegados emitieron el martes una declaración conjunta urgiendo a sus gobiernos a "reducir la tensión en la región" y resolver todos las cuestiones en disputa pendientes mediante el diálogo.
La conferencia expresó solidaridad con las manifestaciones y encuentros a favor del desarme nuclear celebrados en India y Pakistán el "Día de Hiroshima".
Cientos de personas, incluidos escolares, se unieron a una marcha antinuclear en la capital de India, en la que cantaron consignas y portaron pancartas con mensajes como "Detengan la locura nuclear" y "No más Hiroshimas, no más Nagasakis".
"La verdadera fortaleza sólo puede basarse en riqueza económica, social y cultural, y no en el vacío de un poder alcanzado a costa de millones de pobres", arguyó Sadaf Srivastava, de la Universidad de Delhi.
Mientras, al menos mil personas realizaron una manifestación por la paz en Karachi, la mayor ciudad de Pakistán, donde se leyó un poema de uno de los más famosos poetas de la India indivisa, Sahir Ludhianavi.
En la capital, Islamabad, se exhibieron cuatro películas documentales relacionadas con el bombardeo nuclear de Japón y el peligro del almacenamiento de armas nucleares.
Esta es la primera vez que se realizan manifestaciones pacifistas y antinucleares el mismo día en ambos países.
"Debemos protestar para sobrevivir", exhortó un profesor universitario de Delhi. "Nosotros, los habitantes de la región, debemos unirnos a través de las fronteras y construir un vibrante movimiento por la paz". (FIN/IPS/tra-en/bs/an/ml/ip/98