Una delegación de activistas canandienses, liderada por la parlamentaria Libby Davies, lanzó esta semana una nueva campaña contra el desarme intentando inspeccionar en Estados Unidos instalaciones para la construcción de submarinos Trident en Groton, Connecticut.
El acceso del equipo al sitio de la construcción fue prohibido, pero la medida reveló que los "ciudadanos tienen un papel que jugar en la verificación de las armas de destrucción masiva", dijo Davies, quien representa a Vancouver Este en la cámara baja de Canadá.
Su experiencia dejó ver la diferencia entre las inspecciones de la ONU de sitios sospechosos de almacenar armas en Iraq y el gran arsenal de armas no inspeccionadas en Estados Unidos.
"Las mayores reservas de armas nucleares y químicas están al sur de la frontera canadiense", alegó Peter Coombes, presidente del grupo Fin a la Carrera Armamentista, con sede en Canadá.
La delegación, que comprende a 10 activistas por el desarme, visitó la Electric Boat Corporation en Groton en la tarde del lunes para inspeccionar las instalaciones para construcción de submarinos lanzadores de misiles Trident.
Tras una breve reunión con autoridades de la compañía, el grupo no obtuvo el permiso para ingresar a la planta y acordó una inspección aérea en helicóptero.
La visita, que fue acompañada por unos 40 activistas más, logró llamar la atención sobre la existencia de armamento nuclear en la planta Groton, dijo Davies.
Antes de visitar Groton, el equipo se reunió con el subsecretario general para el Desarme de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Jayanatha Dhanapala, para asegurarle que la inspección se haría legalmente, y tenía por meta llamar la atención de la sociedad civil sobre la creciente necesidad del desarme.
Davies dijo que la reunión fue "estimulante" y que Dhanapala respaldó un creciente papel para la sociedad civil en el fortalecimiento de los compromisos de los gobiernos con la no proliferación nuclear.
A comienzos de este año, un grupo similar no logró ingresar a una zona de construcción de submarinos Trident en Bangor, Washington, y optó por sobrevolar el sitio, una medida tomada por los inspectores de la ONU han hecho cuando se les negó acceso a las instalaciones iraquíes.
El foco de la segunda inspección en la Electric Boat Corporation fue la continuada construcción de submarinos Trident de parte del gobierno de Estados Unidos.
"La Electric Boat Corporation está mejor escudada del escrutinio público que los palacios presidenciales del (presidente iraquí) Saddam Hussein", dijo Davies, en referencia a la negativa de Bagdad al acceso de inspectores de la ONU hasta que se llegara a un acuerdo en febrero.
Este martes el jefe de inspectores de la ONU, Richard Butler, abandonó Bagdad tras el fracaso de las negociaciones entre el organismo internacional y el gobierno de Hussein.
Según Alyn Ware, director ejecutivo del Comité de Abogados sobre Política Nuclear y participante en la inspección del lunes, cada misil Trident puede transportar una ojiva nuclear con 10 veces la fuerza explosiva de la explosión que en 1945 destruyó Hiroshima.
Cada submarino Trident puede trasladar 96 ojivas nucleares.
Ware destacó que las potencias nucleares, bajo los términos del Tratado de No Proligeración de armas atómicas, están obligadas a concluir en algún momento negociaciones sobre desarme.
Las inspecciones de grupos de ciudadanos pueden ayudar a determinar si las compañías que fabrican armas nucleares están preparadas para el desarme o simplemente siguen adelante con los negocios, alegó Ware. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/lp/ip/98