El presidente de Cuba, Fidel Castro, afirmó que el actual proceso de globalización es tan inevitable como imprescindible la transformación de sus fundamentos.
Sin cambiar las tendencias globalizadoras "nuestra especie no podría sobrevivir", dijo Castro al intervenir en la Cumbre del Foro del Caribe (Cariforo), que concluyó este sábado en la capital de República Dominicana.
"La globalización es inevitable" y "vano sería oponerse a una ley de la historia", añadió el líder cubano, ante los jefes de Estado y de gobierno de 16 naciones caribeñas que asistieron a la cita regional de dos días en Santo Domingo.
Cariforo, un mecanismo de los países miembros del Grupo Asia- Caribe-Pacífico (ACP) para la asistencia que brinda la Unión Europea a sus ex colonias caribeñas, sesionó con el objetivo de debatir el futuro de las relaciones con el bloque europeo.
La intervención de Castro, reproducida este sábado por la prensa cubana, dio continuidad a sus reflexiones sobre los efectos que acompañarán al actual proceso de globalización, que califica de neoliberal, y la inevitabilidad de una crisis mundial.
En esta ocasión, Castro reclamó el tránsito hacia "la globalización de la fraternidad y la cooperación entre todos los pueblos", del desarrollo sustentable y de la justa distribución y el uso racional de las riquezas materiales y espirituales creadas por la humanidad.
"Tal vez es ya tarde" para transformar el actual proceso, "pero sería mejor no esperar a que fuera demasiado tarde", dijo el presidente cubano.
En su opinión se trata de imponer un orden económico en el que los países pequeños y pobres "no tendrán otro futuro que el de convertirse en una inmensa zona franca donde la industria y el capital de los poderosos obtengan mano de obra barata".
Consideró que los países en desarrollo "reconocen la función que el capital internacional desempeña actualmente en la economía mundial", pero advirtió que a cambio de eso no puede aceptarse el desmantelamiento de la soberanía y los programas nacionales.
Asimismo, criticó la esencia del Acuerdo Multilateral de Inversión que se discute en "el club exclusivo de los países ricos que es la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico".
Ese Acuerdo "pretende mover el capital por todo el planeta reduciendo a la impotencia a los estados y convirtiendo a los países en estaciones de paso donde extraer ganancias máximas y destruir el medio ambiente", afirmó.
Consideró "intolerable" que en ese Acuerdo se pretenda convertir "en norma jurídica de carácter obligatorio los principios extraterritoriales de la ley Helms-Burton", que pretender sancionar a empresas extranjeras que inviertan en antiguas propiedades de ciudadanos estadounidenses en Cuba.
Castro calificó además como amenazante "la economía artificial de especulación financiera desenfrenada que la globalización neoliberal ha estimulado hasta extremos insoportables para el propio sistema".
El mundo se ha convertido "en un gigantesco casino donde se apuestan cada día 1,5 millones de millones de dólares, es decir, una cifra equivalente al valor total de más de 15 por ciento del producto bruto de la economía mundial", afirmó.
"Es por ello que las crisis económicas se desatan, los globos financieros estallan, las migrasiones masivas no se detienen, el clima cambia, las víctimas de las enfermedades prevenibles aumentan y la inestabilidad política y social constituye la regla y no la excepción", añadió.
En medio del proceso de globalización actual el "mezquino" principio de reciprocidad "no sería otra cosa que una injusticia histórica y una brutal arbitrariedad", según el líder cubano.
Advirtió que mientras se exige reciprocidad y apertura indiscriminada de mercado a los países en desarrollo, los industrializados mantienen y fortalecen mecanismos proteccionistas, arancelarios y no arancelarios "con mil diferentes pretextos".
Aseguró que a partir de las disposiciones de la Organización Mundial de Comercio "se busca barrer con cualquier instrumento que proteja el valor de las exportaciones y contribuya al desarrollo integral" de los países del Sur.
La ayuda oficial al desarrollo disminuye continuamente, la deuda externa crece como un "lastre insoportable", el creciente deterioro de los términos de intercambio se convierte en una forma "sutil pero despiada de saqueo", enumeró.
El líder cubano aseguró que sin esquemas preferenciales y un aporte considerable de recursos externos no reembolsables, las economías pequeñas y vulnerables, víctimas de siglos de coloniaje, esclavitud y saqueo, no podrán participar jamás con éxito en la economía mundial.
"En medio de esas tendencias el Caribe enfrenta el serio peligro de una creciente marginalización", pues a los países caribeños se le asigna un lugar cada vez menos importante en el nuevo orden global que se configura.
Castro llamó a no resignarse a que "los países pobres no tengan otra alternativa que seguir compitiendo entre sí" y "hacer cada vez más y más concesiones para atraer los capitales y las tecnologías imprescindibles para el desarrollo".
"La unidad es la única y verdadera fuerza con que cuenta el Caribe", aseguró el líder cubano, y los problemas que viven los países caribeños son inseparables de los del mundo en desarrollo, por lo que "requieren respuestas globales".
Afirmó que el turismo, a través del desarrollo del multidestino, podría conertirse en el motor de la integración regional en Caribe, del comercio y de las inversiones.
"Podríamos proyectarnos al mundo como el destino turístico más atractivo, un destino único y diverso que al mismo tiempo brinde un buen ejemplo en cuanto a la preservación del medio ambiente y nuestros recursos naturales", dijo Castro. (FIN/IPS/da/ag/ip-dv/98