El presidente de Costa Rica, Miguel Angel Rodríguez, reiteró su promesa de bajar el costo de vida mediante una mejoría general de las finanzas del Estado, pese a las intermitentes señales de alerta que muestra la economía.
En un discurso pronunciado el domingo por la noche, por radio y televisión, el mandatario, en el poder desde el 8 de mayo, prometió un déficit fiscal de 3,72 por ciento y una baja inflación.
A la vez, aseguró que con el presupuesto extraordinario que acaba de enviar a la Asamblea Legislativa se reduce en alrededor de 40 millones de dólares la deuda interna, uno de los problemas más graves del país porque consume aproximadamente 35 por ciento del presupuesto.
Además, el mandatario indicó que la próxima semana enviará a la Asamblea Legislativa el proyecto de ley que abre el mercado de la generación eléctrica y que servirá para satisfacer el crecimiento anual de 10 por ciento en la demanda local de energía.
"La principal de nuestras metas es bajar el costo de la vida. Y sólo hay una forma de lograrlo: reducir el déficit fiscal", dijo el mandatario.
"Hoy puedo anunciarles que el déficit del gobierno central será este año de 3,72 por ciento, una cifra muy inferior a la proyección que encontramos al asumir funciones y la inflación de este año será la más baja de las registradas en los últimos cinco gobiernos en su primer año", agregó.
El mandatario dio a conocer esas cifras a escasos días de que su ministro de Hacienda, Leonel Baruch, asegurara que el déficit fiscal sería de cinco por ciento del producto interno bruto (PIB).
Baruch planteó una delicada situación fiscal debido a gastos no presupuestados por la anterior administración.
El panorama mostrado por el ministro de Hacienda dejó serias dudas en sectores económicos que no se explicaban como podía dispararse así el déficit en el segundo semestre, si en el primero sólo había sido de 1,2 por ciento.
A la vez, la promesa de baja inflación hecha por Rodríguez parece tener la intención de conjurar el temor a mayores aumentos en los precios al consumidor.
Según la Dirección General de Estadística, la inflación de llegó en julio a 1,70 por ciento, la más alta de América Latina, ese mes, para un acumulado de 7,97 en lo que va del año.
"Me parece que, en un mes, es una voz de alarma importante aun cuando es prematuro modificar las estimaciones anuales", declaró a principios de agosto el presidente del Banco Central, Eduardo Lizano.
El funcionario advirtió que Costa Rica no podrá controlar la inflación mientras no se tomen las decisiones necesarias para reducir el déficit del sector público de una manera significativa, entre otras.
Rodríguez atribuyó el nuevo cálculo del déficit en 3,72 por ciento a su decisión del 8 de mayo, su primer acto de gobierno, de recortar el gasto en más de 20.000 millones de colones.
Con esa reducción, dijo, se logró evitar que el déficit fuera superior al cinco por ciento, tal y como se preveía antes de asumir el gobierno. Pero el mandatario no explicó el hecho de que su ministro de Hacienda confirmara esta última cifra a sólo cuatro días de su discurso.
La alocución del gobernante pareció ser la respuesta a las críticas expresadas en los medios de comunicación al cumplirse 100 días de su gestión.
La mayoría de entrevistados coincidieron en que estos tres meses y 10 días habían pasado "sin pena ni gloria", sin acciones importantes que incidieran en el futuro del país.
No obstante, el mandatario prometió que en 1999 su gobierno destinará 6,5 por ciento del PIB en educación, la asignación "más alta en la historia del país" a ese sector.
En infraestructura, aseguró que se desarrolla un plan muy ambicioso que incluye contratos para la reconstrucción de varias autopistas y la construcción de puentes y carreteras nuevas. Todas esas obras serán ejecutadas por empresas privadas. (FIN/IPS/mso/mj/if/98
