La escalada guerrillera que sufre Colombia esta semana siembra "desconcierto" en filas del gobierno que asumirá este viernes con Andrés Pastrana al frente, dijo el ministro de Defensa designado, Rodrigo Lloreda.
"En momentos en que hay tantos esfuerzos orientados a buscar la paz", es preocupante que se produzcan estos ataques a guarniciones militares con pérdidas de "vidas humanas" de militares e insurgentes, advirtió Lloreda.
El ministro sostuvo que los ataques que se libran desde el lunes en las selvas de Colombia, de cuyo saldo no hay cifras oficiales, "han sido crudos, dolorosos y sangrientos".
Los enfrentamientos revelan que el país está frente a "una situación muy trágica", se lamentó.
El ataque guerrillero a la base antinarcóticos de Miraflores, en el departamento de Guaviare (sudeste), preocupa en especial a Lloreda, porque confirma que "hay algún tipo de vinculación, así no sea completa, entre la actividad del nercotráfico y algunos grupos insurgentes".
Pastrana condenó éste miércoles "como colombiano y como presidente electo" la escalada guerrillera, pero exhortó a "continuar los esfuerzos por buscar la paz".
Según los últimos informes parciales, la ofensiva de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) dejó un saldo de 248 muertos entre militares, insurgentes y al menos 30 civiles.
El ex guerrillero y dirigente hoy partido político legal Movimiento 19 de Abril (M-19) Otty Patiño estimó que, con estos ataques, las FARC y el ELN procuran colocarse en una posición de fuerza con miras al diálogo que se avecina.
Los guerrilleros creen que "cuanto más tiros se disparen mejor nos va" en la mesa de negociaciones, explicó Patiño. Pero se trata de una "lógica negativa porque la sociedad civil es la que pone los muertos", concluyó.
El hasta este viernes presidente Ernesto Samper declaró que en los ataques "no hubo una sóla norma del derecho internacional humanitario que no se haya violado".
Cuarenta y seis soldados se encuentran desaparecidos, aunque el gobierno no descarta que se encuentren aún combatiendo en las selvas del sureste colombiano.
Samper negó cualquier posibilidad de canjear insurgentes presos por militares tomados como rehenes por la guerrilla, como lo habrían planteado las FARC en un comunicado cuya veracidad aún no se ha establecido.
Manuel Briceño, segundo al mando de las FARC que calificó la ofensiva como una "despedida al gobierno de Samper", habría asegurado en este comunicado tener 180 militares retenidos a los que propuso canjear por guerrilleros presos.
El Departamento de Estado de Estados Unidos condenó este jueves a través de una declaración la ofensiva guerrillera.
"Estamos decepcionados de que, después de las conversaciones de paz iniciales en Alemania y Colombia, la guerrilla se haya involucrado en esos ataques", afirma la declaración divulgada este jueves por la embajada estadounidense.
Washington negó también que personal de la agencia antidrogas DEA hubiese estado en la base militar destruida por las FARC el lunes en Guaviare.
El Comité de Asuntos Hemisféricos del Congreso en Washington también condenó la escalada guerrillera, y llamó a las FARC, el ELN y a los paramilitares de derecha a acogerse al cese al fuego y a negociar la solución al conflicto, al tiempo que reiteraron su apoyo a Pastrana.
Los legisladores estadounidenses manifestaron que "el mensaje de violencia" de la guerrilla merece una respuesta "más fuerte de ayuda al nuevo gobierno" en materia de lucha contra el narcotráfico.
Pero el director de Amnistía Internacional (AI) para América y el Caribe, Carlos Salinas, afirmó que esa ayuda militar estadounidense también está destinada a la lucha contrainsurgente, aunque se la designe "asistencia en la lucha antidrogas". (FIN/IPS/yf/mj/ip hd/98