El gobierno de Chile realiza las últimas gestiones para un acuerdo con parlamentarios y empresarios sobre la rebaja de los aranceles externos que asegure el éxito del proyecto que enviará al Congreso el martes próximo.
El ministro de Hacienda, Eduardo Aninat, mantiene reuniones con empresarios y legisladores de las regiones agrícolas, quienes demandan una disminución diferenciada de las tasas aduaneras, lo cual pondría término al arancel externo único del país.
La rebaja arancelaria, comprometida por el presidente Eduardo Frei desde que el parlamento aprobara en 1996 la asociación de Chile con el Mercado Común del Sur (Mercosur), llevaría en forma gradual la actual tasa de 11 por ciento a seis por ciento.
En mayo, Frei anunció que el Poder Ejecutivo propondría una disminución inmediata de tres puntos en 1999 y de un punto en cada uno de los dos años siguientes, para llegar a seis por ciento en el 2001.
Esta fórmula es rechazada por los agricultores, quienes consideran que una mayor liberalización de las importaciones de granos, carnes y otros productos tradicionales conduciría al sector a la crisis.
El jueves, 72 de los 120 diputados anunciaron su rechazo a la rebaja uniforme de aranceles y pidieron un trato especial para la agricultura, discrepando del gobierno y de algunos sectores empresariales.
Los 72 parlamentarios, que representan a las regiones agrícolas del sur del país, podrían hacer fracasar el proyecto de ley del gobierno, si es que se mantiene la disminución uniforme, confirmada por Aninat a comienzos de esta semana.
Los fabricantes de manufacturas vinculados a la pequeña y mediana industria rechazan igualmente la rebaja de aranceles, que deterioraría aún más su capacidad para competir con productos asiáticos abaratados por devaluaciones.
Sin embargo, el sector financiero y el comercio, así como los grandes industriales y mineros, respaldan con entusiasmo el proyecto del gobierno, que les permitiría disponer de insumos y equipos importados a menor precio.
Walter Riesco, presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio, que reúne a los grandes gremios empresariales, abogó el viernes por la rebaja inmediata de tres puntos para aumentar la competitividad internacional de la economía chilena.
Riesco argumentó que en las actuales condiciones de impacto de la crisis asiática es imprescindible que Chile amplíe la apertura externa, iniciada bajo la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90), pionera en este aspecto en América Latina.
Sin embargo, senadores como el ex ministro de Hacienda Alejandro Foxley, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), de Frei, plantean que por la crisis asiática no es conveniente una rápida apertura en gran escala de la economía chilena.
Foxley es partidario de la rebaja uniforme, pero a un ritmo más lento, de un punto por año, lo cual remitiría la tasa aduanera de seis por ciento al 2003.
Aninat, también del PDC, negocia con los diversos sectores políticos y empresariales y espera lograr un acuerdo sobre la disminución uniforme a cambio de "compensaciones reales" para los productores agrícolas tradicionales.
Esas medidas, que serían anunciadas el lunes, incluirían no sólo salvaguardias comerciales para productos sensibles como los granos, leche y carne, sino también políticas orientadas al fortalecimiento de las regiones agrícolas.
El otro punto pendiente para Aninat son los mecanismos para compensar en las cuentas fiscales los menores ingresos que determinará la rebaja de los aranceles, para lo cual es probable que proponga nuevos impuestos al tabaco y las gasolinas. (FIN/IPS/ggr/ff/if/98
