El presidente de Bolivia, general Hugo Banzer, llega este jueves al fin de su primer año de gobierno fortalecido y con las acciones que impulsará en lo que queda de su quinquenio ya delineadas.
Banzer realizó esta semana su última demostración de fuerza política, al expulsar de la coalición de gobierno a uno de sus principales aliados, y espera para ese mes renovadas protesas de cultivadores de coca que rechazan sus planes de erradicación de sembrados destinados al narcotráfico.
El mandatario completó la semana pasada el ciclo de grandes reformas hacia la modernización del Estado con la elección parlamentaria del primer Tribunal Constitucional. Poco antes se había elegido el primer Consejo de la Judicatura y la primera Defensoría del Pueblo de este país.
Banzer se muestra satisfecho de que en un año deshizo casi por completo todas las reformas de su antecesor, Gonzalo Sánchez de Lozada, aun a costa de empeorarlas. A algunas les hizo un simple cambio de nombre, para no heredar nada de su acérrimo rival político.
Los principales avances del primer año de gobierno de Banzer son su iniciativa de convocar a un "diálogo nacional", que recoge las preocupaciones de la sociedad civil respecto de la pobreza y el narcotráfico, y el diseño de un plan para sacar a Bolivia del circuito de las drogas antes del 2002.
En lo político, Banzer demostró su habilidad para controlar una compleja coalición gobernante, bautizada "megacoalición" por los periodistas a causa de la abrumadora mayoría con la que contaba en el Congreso.
Banzer expulsó el lunes de la coalición a la populista Conciencia de Patria (Condepa), tercera fuerza política del país, porque juzgó que los problemas internos de ese partido dañaban la imagen de su gobierno.
Además, Condepa se había convertido en un socio incómodo y con una conducta errática. Su presencia en la coalición ponía en duda la coherencia del gobierno, pues exigía a Banzer nuevas cuotas de poder cada vez que el presidente reclamaba sus votos en el parlamento.
El mandatario vio disminuir su popularidad al eliminar el subsidio vitalicio anual de casi 250 dólares a todo ciudadano mayor de 65 años, procedente de fondos de las empresas capitalizadas (privatizadas), creado por el gobierno anterior.
Banzer abolió este subsidio con el argumento de que no era sustentable, y anunció que lo reemplazará con otro de menor monto, a pesar de que se había comprometido en su campaña electoral no solo a conservarlo sino a aumentarlo.
En materia de política internacional, Banzer expuso con energía el centenario reclamo boliviano de acceso soberano al océano Pacífico por territorio de Chile en todo foro internacional al que asistió.
El asunto fue "repuesto en la agenda multilateral" porque Banzer se refirió a la demanda "en ocho cumbres de jefes de Estado", dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Javier Murillo.
El presidente anunciará este jueves en su mensaje a la nación que dará prioridad a partir de su segundo año de gestión a la lucha contra la pobreza.
Sin embargo, los sindicatos no le creen. Por el contrario, afirman que su gestión se caracteriza por el incumplimiento de las numerosas promesas electorales a favor de los más necesitados.
"El futuro es poco esperanzador. No creemos que se den soluciones a los más necesitados, porque la única forma de salir de la pobreza es creando fuentes de trabajo, y eso es lo que menos se hace", dijo este miércoles Milton Gómez, máximo líder sindical de los trabajadores de este país.
Banzer tuvo este primer año una oposición sindical tranquila, pero se prevé que los cultivadores de coca ejerzan desde este mes una fuerte resistencia a los planes gubernamentales de erradicar la coca excedentaria de la región del Chapare, en el centro del territorio nacional, antes del 2002.
Más de 90 por ciento de la coca que se produce en esa región tiene como destino el narcotráfico, según el gobierno. (FIN/IPS/jcr/mj/ip/98