El nuevo régimen automotor establecido por el gobierno de Paraguay facilita la instalación de líneas de montaje y fábricas de piezas, en abierto desafío al régimen común que negocian los socios de este país en el Mercado Común del Sur (Mercosur).
El viceministro de Integración, James Spalding, dijo que el decreto del presidente Juan Carlos Wasmosy crea condiciones para la radicación de capitales de inversionistas interesados en ensamblar automóviles, camiones, tractores y motocicletas, o en instalar fábricas de piezas para exportar a países vecinos.
Analistas económicos de la prensa asunceña advirtieron que Paraguay, con el decreto emitido el miércoles, salió a jugar su propio partido al crear su propio régimen automotor con grandes facilidades tributarias.
El gobierno había objetado varios puntos del proyecto de régimen automotor del Mercosur, cuya firma estaba prevista para la cumbre del bloque celebrada en Ushuaia, Argentina, el día 23.
El documento, finalmente, no fue suscripto y quedan pendientes de decisión varios aspectos que carecen de acuerdo de los cuatro países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).
Paraguay criticó en especial los subsidios para atraer a las inversiones automotrices establecidas por los dos socios mayores del bloque (Argentina y Brasil), así como la proyectada protección arancelaria de 35 por ciento para favorecer a las empresas ya establecidas en la región.
La postura paraguaya es contraria a variar el máximo de protección de 20 por ciento para la importación de automotores de extrazona, mientras sigue defendiendo la liberación total de la importación de insumos destinados al armado de los vehículos.
En cuanto a la certificación de origen, Asunción postula 60 por ciento de componentes nacionales en los vehículos para permitir su libre comercio en el bloque, con arancel cero.
Las empresas importadoras y agentes de compañías internacionales radicadas en Paraguay también se opusieron al proyecto de protección arancelaria, por considerar que en Paraguay se producirá una invasión de productos de baja calidad y precio elevado procedentes del resto del Mercosur.
Queda por verse cómo será recibido el nuevo régimen automotor paraguayo en el Mercosur, ya que el flamante sistema se ha metido como una cuña en el esquema montado por Argentina y Brasil para atraer a las grandes multinacionales y crear un polo común automotor.
En ese esquema, la única concesión de los "grandes" a Paraguay sería una cuota para la producción de autopartes.
La Cámara de Distribuidores de Automotores y Maquinarias estimó que el sector importador reúne a 30 empresas que están invirtiendo en recursos humanos y tecnológicos para dar el siguiente paso: establecer en este país líneas de montaje de vehículos o fábricas de piezas.
Las empresas distribuidoras facturan 285 millones de dólares y el año pasado pagaron al Estado paraguayo 76 millones de dólares en concepto de impuesto a la renta y al valor agregado, aranceles y otros tributos internos.
Los importadores también presionaron al gobierno para no aceptar la exclusión de la lista de bienes de capital a las maquinarias agrícolas, viales, de construcción e industriales, todas ellas consideradas vitales para el desarrollo nacional.
El nuevo régimen automotor paraguayo declara de prioridad para el desarrollo nacional la instalación de industrias automotrices, por lo que alargan los plazos de exenciones fiscales fijadas por leyes anteriores.
La industria, por ejemplo, estará exenta de pagar 95 por ciento del impuesto a la renta durante 10 años.
También se fijó un arancel cero para la importación de bienes de capital e insumos de extrazona, lo que amplió el abanico de posibilidades para la instalación de fábricas de piezas y líneas de montaje con producción destinada tanto al mercado interno como a la exportación.
El gobierno informó que no subsidiará los costos laborales ni el consumo de energía de las empresas que se instalen.
De todos modos, las exenciones tributarias son las más competitivas en el Mercosur, a pesar de la ubicación geográfica de Paraguay, país alejado de los litorales marítimos del océano Atlántico como del Pacífico.
Este régimen automotriz se agrega a las leyes de maquila, zonas francas y de inversiones como hechos consumados con los que Paraguay pretende convencer a sus poderosos vecinos que se halla preparado para la batalla en pos de atraer inversionistas. (FIN/IPS/ct/mj/if/98