Gobierno, organismos financieros, bancos de inversión y economistas, apoyados en datos macroeconómicos, reiteraron que Argentina está sólida para enfrentar la crisis financiera mundial pese a la profunda caída de la Bolsa de la capital.
El presidente Carlos Menem aseguró el viernes que "la crisis es de neto corte bursátil y no afecta la economía, que sigue sólida y bien fundada".
"Hay reservas para descartar una devaluación, crecieron los depósitos en los bancos y no hay fuga de capitales", dijo, e incluso auguró que este año la economía crecerá seis por ciento.
El Fondo Monetario Internacional admitió que, hasta el momento, la crisis no penetró la economía argentina, aunque subsiste el temor por el impacto que pudiera tener en este país una aceleración de la crisis en Brasil, principal cliente de Argentina y socio mayor del Mercado Común del Sur (Mercosur).
Los técnicos de la banca de inversión Goldman Sachs y Lehman Brothers confían en el sistema de libre convertibilidad de la moneda argentina y están seguros de que no habrá devaluación, al igual que la firma Santander Investment y Deutsche Bank.
Del mismo modo se pronunciaron los economistas respecto de la solidez del modelo argentino, aunque discreparon en cuanto al impacto en la economía real.
Para Ricardo López Murphy, Argentina "está relativamente fuerte, con endeudamiento colocado a largo plazo y vencimientos no muy concentrados".
"Tenemos reservas importantes, alrededor de 24.000 millones de dólares, y un déficit fiscal que no es tan agudo como para dejarnos en desventaja", agregó.
No obstante, López Murphy, quien pertenece a la Alianza de oposición al gobierno de Menem, admitió que el financiamiento es cada vez más caro para el país y que es inevitable una fuerte disminución del ritmo de crecimiento para 1998 y 1999.
Los precios de los productos básicos, que cayeron a sus niveles más bajos en los últimos 20 años, tendrán consecuencias inevitables en la marcha de la economía.
El informe de la consultora Broda señala que, sin incluir la caída de agosto, las bajas de precios hasta julio ya implican una pérdida de 1.400 millones de dólares al país.
Las empresas que venden a Rusia productos agrícolas y siderúrgicos por 200 millones de dólares anuales temen que se detenga la demanda en momentos en que ampliaban sus unidades de negocios con vistas a alimentar los pedidos crecientes de la ex Unión Sovietica.
Por su parte, y pese al optimismo presidencial, el Ministerio de Economía proyecta para 1999 una rebaja de casi un punto en el pronóstico de crecimiento, de 5,6 a 4,8 por ciento. Tambien se prevé una menor recaudación tributaria.
Si bien la crisis financiera internacional provocó una caída pronunciada de la Bolsa este mes (el cierre del jueves, con un derrumbe de 10,6 por ciento, fue el peor de América Latina), los economistas destacan que es necesario diferenciar a Argentina de otros países emergentes.
De ese modo, afirman, deben demostrar que el país está cambiado respecto de la crisis mexicana de 1994, cuando el sistema financiero era más vulnerable.
Actualmente, y pese a la caída en el valor de los títulos, la tasa de interés entre bancos bajó medio punto porcentual el jueves, las reservas que son garantía para el régimen de convertibilidad aumentaron en agosto respecto de julio y los depósitos se mantuvieron estables.
En 1994, 8.000 millones de dólares se fugaron de los bancos. (FIN/IPS/mv/mj/if/98