El gobierno, la oposición y los más diversos economistas coincidieron en que Argentina se presenta sólida ante la crisis financiera internacional, pero también concuerdan en que es necesario salir a la ofensiva para convencer al mundo y distinguirse de otros países emergentes.
Para convencer a los inversores de que el sistema financiero está maduro, los economistas recomendaron esta semana restablecer el equilibrio fiscal, achicar el gasto público, aprobar en septiembre el presupuesto para dos años y sancionar dos reformas pendientes en el Congreso: una impositiva y otra laboral.
Argentina no pudo sustraerse de la crisis generalizada que afecta a las bolsas de casi todo el mundo, registrando en los últimos 12 meses una baja acumula de más de 50 por ciento.
El ministro de Economía, Roque Fernández, aseguró el lunes pasado que Argentina no corre riesgos y auguró que no habrá corridas bancarias como las que hubo durante la crisis que se desató en México a fines de 1994, cuando se retiraron casi 8.000 millones de dólares de las entidades.
"La situación no es tan complicada como en el (efecto) 'tequila"', dijo Fernández, tranquilizador.
Las reservas actuales superan los 23.000 millones de dólares y no hay salida de depósitos. Los bancos, muchos menos que los que había cuando se precipitó la crisis de Mexico, ofrecen más seguridad.
En los últimos años, además, hubo adquisiciones por parte de la banca extranjera que garantizan una mayor solidez al sistema nacional.
Pero Fernández se lanzó a una estrategia que consiste en convencer a inversores y banqueros que Argentina es distinta, que la deuda externa, aunque alta, es de largo plazo, que el país tiene reservas suficientes para afrontar una corrida cambiaria sin devaluar, y que sus bancos son sólidos.
Para ello, instruyó a funcionarios argentinos en Londres y Washington y no se descarta que el propio ministro viaje al exterior a fin de tranquilizar a los inversores y mostrarles que no necesitan cortar el flujo de capitales hacia Argentina como efecto de una eventual devaluación en Venezuela.
El economista y ex ministro de Economía Adalberto Krieger Vasena sostuvo que es "esencial" que Argentina se distinga de los demás países emergentes. Para eso, recomendó fortalecer la situación fiscal, congelar el gasto, aprobar un presupuesto plurianual y evitar el decreto para aprobar la reforma laboral.
"Sería una señal muy negativa que el presidente emita un decreto para sancionar una iniciativa que no responde a los intereses mayoritarios, tanto de los empresarios como de los trabajadores", alertó Krieger.
En este sentido, el presidente "está atando las manos a su equipo económico", sostuvo.
Krieger consideró que la paridad cambiaria de un peso igual a un dólar se va a mantener por mucho tiempo porque hay reservas y solo la tasa de interés podría aumentar en el corto plazo, lo que redundaría en un crecimiento menor del producto interno bruto y del empleo durante el segundo semestre.
En el primero, Argentina había logrado crecer seis por ciento y se estimaba que mantendría ese ritmo en la segunda mitad del año. Pero ahora las predicciones señalan que el crecimiento del segundo semestre rondará cuatro por ciento o menos y que la tasa de desocupación, hoy de 13,2 por ciento, podría aumentar.
La misma opinión manifestó el economista Arnaldo Bocco, de la Alianza de oposición, y el diputado de esa coalición Carlos Alvarez.
Bocco dijo que los bancos habían sido hasta ahora cautelosos con las tasas de interés, que el país está mejor para enfrentar una crisis que cuando se produjo la del tequila y que Argentina es diferente a Venezuela.
Alvarez, por su parte, sostuvo que si la crisis financiera continúa golpeando hay que hacer gestos positivos como retirar el proyecto gubernamental de reforma laboral en el Congreso para dicutir otra que cuente con consenso.
Además, aconsejó avanzar en una reforma impositiva y aprobar un presupuesto para dos años, tal como recomendó Krieger.
Por su parte el economista Juan Alemann, cercano al oficialismo, destacó que la paridad monetaria está garantizada por el nivel de reservas, que el sistema bancario está más sólido que cuando ocurrió el "efecto tequila" y que hay 7.000 millones de dólares en créditos contingentes en caso de una corrida.
"No hay motivos ni ninguna ventaja para devaluar", dijo Alemann. Lo mismo había afirmado el economista argentino Guillermo Calvo, que pronosticó la crisis mexicana de 1994 desde la Universidad de Maryland, en Estados Unidos.
Calvo dijo que la situación no es preocupante y que Argentina no devaluará su moneda. (FIN/IPS/mv/mj/if/98