Los medios de comunicación del gobierno de República Democrática de Congo (RDC, ex Zaire) fomentan el odio contra los tutsis, mientras se acercan a Kinshasa las fuerzas insurgentes que pretenden derrocar al presidente Laurent Kabila.
Kabila culpa a la comunidad banyamulengue, tutsis congoleños, y a los inmigrantes tutsis por la rebelión del ejército que amenaza con derrocar a su gobierno, y prometió, a través de los medios estatales, "extender la guerra a Ruanda", para enseñar "una lección" a los tutsis.
Funcionarios y líderes militares suelen aparecer en el programa La Voz del Pueblo, de Radio Bunia, en la oriental localidad de Bunia, 350 kilómetros al norte de Goma, en la frontera con Ruanda, para instar a los residentes a armarse y matar a los "tutsis ruandeses".
"El pueblo debe utilizar machetes, lanzas, flechas, azadas, palas, rastrillos, clavos, porras, planchas eléctricas, alambres de púa y piedras para matar a los tutsis ruandeses", exhortó el programa radial.
"Cuando vean a un tutsi ruandés, considérenlo su enemigo. Haremos todo lo posible para liberarnos del control de los tutsis", agregó la radio.
Los "medios del odio" que están surgiendo en RDC recuerdan el uso de los medios de comunicación durante el genocidio ocurrido en 1994 en Ruanda. Entonces, la notoria Radio Television des Milles Collines (RTLM) exhortó a los hutus, la mayor parte de la población de ese país, a matar a sus vecinos tutsis.
"Maten a los tutsis, liquídenlos, si no acabarán con ustedes. Ni siquiera perdonen a los pequeños", expresaba la radio ese año.
Los guerrilleros interahamwes, o "los que luchan juntos" en idioma kinyarwanda, mataron hasta un millón de personas, en su mayoría tutsis, tras los mensajes difundidos por la RTLM en 1994 que incitaban a la violencia étnica.
En forma similar a los mensajes que difunden los medios estatales en RDC, la RTLM ordenó el allanamiento de viviendas y proporcionó los nombres de personas que debían ser atrapadas y los métodos para matarlas.
La RTLM instó a las guerrillas hutus a matar a sus víctimas a hachazos, en lugar de usar balas.
Al igual que la RTLM, el gobierno congoleño fomenta públicamente la violencia contra los tutsis, a los que describe como "criminales" y "expansionistas" que no merecen piedad.
"Ahora nos damos cuenta que los tutsis también son culpables de genocidio, como los hutus de Ruanda", declaró por la radio el ministro del Interior Gaetan Kaundji, en un mensaje dirigido durante la semana pasada a una manifestación progubernamental en Kinshasa.
Los manifestantes, estudiantes y partidarios de Kabila, portaban figuras del ex canciller Bizima Karaha y el ex asesor presidencial Deogratias Bugera, ambos banyamulengues que se unieron a la rebelión. La multitud también sacrificó a dos cabras que representaban a los altos funcionarios.
El ministro de Derechos Humanos declaró a la televisión estatal y a Radio Kinshasa la última semana que los ruandeses están matando a refugiados hutus y congoleños leales a Kabila en las zonas bajo control de los insurgentes.
"Es hora de que los gobernantes africanos dejen de utilizar los medios estatales para perpetrar crímenes, con el fin de mantenerse en el poder", manifestó Deo Mushaidi, editor de una revista bimensual de Kigali.
"También es responsabilidad de los periodistas el negarse a ser utilizados por los regímenes para difundir estos mensajes de odio", agregó.
"Los periodistas de Ruanda y los patrocinadores de la RTLM son procesados en el tribunal de la Organización de las Naciones Unidas en Arusha, Tanzania. ¿Por qué no pueden ser procesados Kabila y su gobierno, que están cometiendo los mismos crímenes?", se preguntó el director del medio de prensa Nouvelle Releve, Jean Baptiste Rucibigango. (FIN/IPS/tra-en/jbk/mn/aq/ip/98