La Organización de las Naciones Unidas (ONU) está atrapada en una disputa entre el Departamento de Justicia de Estados Unidos y el gobierno del estado de Michigan por los presuntos abusos sexuales que padecen las presidiarias de ese estado.
A Radhika Coomaraswamy, Relatora Especial de la ONU sobre Violencia contra las Mujeres, no se le permitió visitar tres prisiones de Michigan acusadas de agresiones sexuales contra las detenidas.
El gobernador de Michigan, John Engler, declaró que el gobierno federal presentó una "demanda judicial sin fundamento" al acusar a su estado de violar los derechos de las prisioneras, y que facilitó la investigación de la ONU, en principio por razones políticas.
"La ONU es una herramienta involuntaria del Departamento de Justicia para desacreditar al estado de Michigan a pesar de la evidencia objetiva de que no se violaron los derechos civiles ni constitucionales de las mujeres detenidas", dijo Engler en una carta al Alto Comisionado de los Derechos Humanos.
Coomaraswamy acaba de visitar prisiones federales y estaduales, así como centros de detención de la Oficina de Inmigración y Naturalización, en los estados de Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut, Georgia, California y Minnesota, pero no pudo ingresar a las cárceles de Michigan.
La funcionaria iba a entrevistar a detenidas del Centro de Mujeres Florence Crane, el Centro de Mujeres Camp Branch y el Centro Correccional para Mujeres Scott, pero Engler se lo impidió el día antes de la visita.
Coomaraswamy lamentó no tener la oportunidad de mantener un diálogo constructivo con el gobierno de Michigan sobre las "muy graves acusaciones de abuso sexual" que existen contra las tres cárceles. La relatora especial tampoco pudo reunirse con los legisladores del estado.
Engler sostuvo en su carta que Coomaraswamy ignoraba la demanda del Departamento de Justicia contra el estado y las razones políticas que la motivaron.
"Presentaron la demanda a pesar de las intensas gestiones del estado para certificar que las acusaciones del Departamento de Justicia no tienen fundamento", señaló.
"Debo concluir que el Departamento de Justicia espera utilizar a la Relatora Especial como una espada contra Michigan en este litigio innecesario. No puedo permitir, como cuestión de estrategia legal y sentido común, que el estado participe en esta iniciativa", declaró Engler.
Las investigaciones preliminares indican que "los ataques sexuales por parte del personal de seguridad están extendidos en las cárceles de mujeres en Estados Unidos", aseguró Coomaraswamy.
Este tipo de abuso "parece estar generalizado (en las cárceles), sobre todo en el estado de Michigan. Algunos estados tomaron iniciativas positivas para combatir el problema", dijo.
El estado de Georgia estrenó un programa integral para combatir los abusos sexuales en las prisiones de mujeres. En Minnesota también hay una cárcel ejemplar que puede servir como modelo, explicó Coomaraswamy.
Pero la funcionaria criticó a la Prisión Estatal Valley para Mujeres, de Chowchilla, estado de California, donde ocurrirían agresiones sexuales, según las acusaciones.
Whitney Brown, de la organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW), dijo a IPS que las prisiones para mujeres de Michigan "son de las peores" en este país.
Brown es una de los autores de un detallado estudio realizado en 1996 por HRW sobre el abuso sexual que padecen las mujeres en las prisiones de Estados Unidos. La activista está finalizando una nueva investigación que publicará en septiembre.
El estudio denunció que en las prisiones estaduales de este país, desde Georgia hasta California, los guardias hombres abusan sexualmente de las detenidas con total impunidad.
"Los funcionarios con autoridad para evitar estas violaciones suelen negar su existencia o no toman las medidas adecuadas para impedirlas. En consecuencia, los abusos sexuales en las prisiones estatales para mujeres se están convirtiendo en un problema nacional explosivo", advirtió HRW.
En proporción, Estados Unidos tiene el mayor número de prisioneros del mundo, señaló el estudio. Desde 1980, la cantidad de mujeres detenidas en las cárceles del país aumentó casi 400 por ciento, más del doble del incremento de los hombres.
El estudio indicó que 52 por ciento de las detenidas son mujeres negras, que representan sólo 14 por ciento de la población femenina de este país. Al menos la mitad de las detenidas experimentaron algún tipo de abuso sexual en las cárceles, sostuvo HRW. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/aq-ml/hd/98