/BOLETIN-CIUDADES DEL MERCOSUR/ BRASIL: Reclaman una enseñanza más adecuada al medio rural

El inicio de las clases postergado para fines de abril triplicó el número de alumnos y redujo a la mitad el analfabetismo, las reprobaciones y el abandono en las escuelas de Croatá, en el noreste de Brasil.

El milagro se hizo porque se respetó el calendario agrícola. Las clases, que tradicionalmente comenzaban en febrero o marzo, ya no coinciden con la siembra y la cosecha locales, concentradas entre enero y mayo, período de lluvias.

Los niños siguen trabajando, pero sin perder dos meses de escuela, hecho que llevaba al abandono o mal desempeño. La medida, adoptada en 1989, permitió aumentar a 5.427 los alumnos de Croatá en 1997, que en 1988 eran sólo 1.874.

Este es un ejemplo de lo inadecuado que puede ser la aplicación, en el medio rural, de una enseñanza diseñada según criterios urbanos. Problemas menos evidentes pueden darse en el contenido y la pedagogía, que tienden a no considerar las condiciones y culturas locales, en todo el mundo.

Para discutir estos temas, se realizó en la última semana de julio en Luziania, en el centrooriental estado de Goias, la Conferencia Nacional "Por una educación básica del campo", promovida por agencias de las Naciones Unidas, el Movimiento de los Trbajadores Rurales Sin Tierra (MST), la Iglesia Católica y la Universidad de Brasilia.

El encuentro defendió una educación rural con los "valores culturales del campo", como la relación con la naturaleza, el espíritu de ayuda mutua, su percepción del tiempo.

Mayor atención a las escuelas, con mejores condiciones materiales y maestros formados para atender la realidad del campo, además de año lectivo adaptado al calendario agrícola, son algunos de los reclamos aprobados.

En América Latina, "pese a su tradición agrícola y aún cuando la mayoría de la población era rural, en general la educación no estuvo vinculada a las características de vida y producción de la gente del campo", dijo Jorge Werthein, representante en Brasil de la Organizacin de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Escuelas en malas condiciones físicas, clases en época de cosechas y maestros poco capacitados reflejaban esa escasa atención al mundo campesino.

Con el éxodo, "provocado por las carencias, falta de servicios sociales fundamentales y de perspectivas económicas, se redujo la población rural", pero poco se cambió en las condiciones materiales y los conceptos de la enseñanza en el campo, señaló Werthein.

Pero hubo excepciones. En algunos países, como El Salvador, se realizaron proyectos educativos vinculados a la realidad rural. También en Brasil hubo experiencias importantes, como una en el estado de Pernambuco, en el noreste, de enseñanza participativa, con comunidades campesinas.

Pero debe dedicarse una mayor atención a las diferencias para una educación más eficaz. Para los indígenas, por ejemplo, Brasil ya definió una enseñanza específica, que debe hacerse también en la lengua nativa y de acuerdo a la cultura del grupo.

"Hay que poner la enseñanza en el contexto del desarrollo rural", resumió Ana Catarina Braga, responsable del área de educación del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), copromotor de la Conferencia de Luziania, junto con la Unesco y las organizaciones brasileñas.

Esa primera reunión nacional en favor de una enseñanza específica contó con 900 participantes y aprobó un documento final titulado "Desafíos y propuestas de acción", con 105 recomendaciones divididas en ocho partes.

Las propuestas apuntan a políticas públicas en favor de una enseñanza más adecuada, incluso para desarrollar el campo y una escuela que evite la continuación del éxodo rural, destacó Braga.

Cuadernos sobre los temas discutidos, como enseñanza secundaria y capacitación profesional, formación de maestros y experiencias pedagógicas en el campo, deberán publicarse próximamente, anunció.

El MST, conocido por promover ocupaciones de haciendas que considera improductivas y sedes de organismos gubernamentales para acelerar la reforma agraria, trata de escolarizar a los niños de sus campamentos dispersos por casi todo el país.

Por este motivo, encabeza también la movilización y los reclamos por una educación básica rural y acaba de firmar convenios con tres universidades para preparar maestros para una enseñanza que considera más adecuada a su realidad. (FIN/IPS/mo/ag/dv-ed/98

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