Medio millar de cultivadores de coca de Bolivia que marchan hacia La Paz permanecerán en Cochabamba hasta el próximo martes, en medio de duras críticas del gobierno y medios de comunicación, que asocian ese movimiento con el narcotráfico.
Los cocaleros partieron de Villa Tunari, población de la región productora de coca y cocaína del Chapare, a unos 160 kilómetros de Cochabamba, ciudad a la que llegaron el jueves.
De allí, continuarán su caminata a La Paz, a 370 kilómetros de Cochabamba, para expresar en la sede de gobierno su protesta por la "militarización" del Chapare y la defensa de sus cultivos de coca.
El gobierno calificó de "narcomarcha" la "marcha por la vida, soberanía, coca y territorio", como la llaman sus protagonistas.
"La marcha de los cocaleros es en defensa de la actividad del narcotráfico, porque todos sabemos cuál es el destino de la coca que ellos producen", declaró el miércoles pasado el ministro de Gobierno (interior), Guido Nayar.
El funcionario se refirió así a las más de 30.000 hectáreas de coca que se cultivan en la región del Chapare, de cuya producción más de 95 por ciento se utiliza en la fabricación de cocaína, mientras sólo el restante cinco por ciento se destina al consumo legal de hojas, tradicional en Bolivia.
Nazar sostuvo que los cocaleros se oponen al Plan Dignidad del gobierno de Banzer, que se propone sacar a Bolivia del circuito de la coca y la cocaína para el 2002, lo que supone eliminar toda la coca del Chapare antes de ese año.
Mientras tanto, Evo Morales, diputado y principal dirigente de los agricultores del Chapare, aseguró que la marcha de los cocaleros es en defensa de los cultivos de coca, que, dijo, constituyen el sustento de las familias que habitan el Chapare.
La mayoría de los agricultores que viven en el Chapare son migrantes que dejaron las minas de occidente cuando fueron cerradas, y otros son campesinos que abandonaron sus tierras del altiplano debido a la sequía, según los sindicatos.
Ahora, los agricultores del Chapare tienen un nivel de vida tres veces superior al de los del resto del país, según cálculos de organizaciones independientes.
Esto se atribuye a la economía de la coca y a las obras que sucesivos gobiernos construyeron en la zona como parte del desarrollo alternativo.
Esa es, precisamente, la forma de vida que los agricultores del Chapare ven amenazada con la aplicación del Plan Dignidad, pero el gobierno asegura que no retrocederá a pesar de las protestas.
"No vamos a suspender por ningún motivo el cumplimiento de la Ley del Régimen de la Coca y Sustancias Controladas. La lucha contra el narcotráfico continuará en el Chapare cortando coca y, si se puede incrementar el ritmo de erradicación, lo vamos a hacer", advirtió Nayar.
En su primer año de gestión, cumplido el día 6, el gobierno de Banzer demostró una mayor rigidez que sus antecesores en el cumplimiento de los planes de erradicación de cultivos de coca.
En los últimos doce meses, el gobierno destruyó más de 9.000 hectáreas de coca en el Chapare, extensión superior al promedio de 7.000 hectáreas de los años anteriores.
En lo que va de 1998, las fuerzas antidroga destruyeron en el Chapare 700 fábricas de cocaína y 910 pozas para la maceración de la droga.
Además, 360 cocaleros de diferentes sindicatos de esa región fueron detenidos por delitos de narcotráfico, según el Ministerio de Gobierno.
Entretanto, los agricultores advierten que nada detendrá su marcha hasta La Paz y que continuarán su caminata "con o sin represión".
En respuesta al temor de una posible intervención de las fuerzas policiales, Nayar aseguró que la Policía no detendrá la marcha si ésta se mantiene pacífica y no interfiere en el libre tránsito de vehículos en la carretera por donde avanzan los cocaleros.
Bolivia es considerado el segundo productor de coca en el mundo, después de Perú, y también el segundo productor de cocaína, después de Colombia. (FIN/IPS/jcr/mj/ip/98
