Los planes de Laos de convertir la energía hidroeléctrica en el pilar de su economía están amenazados por la crisis financiera de Asia, en especial de Tailandia, su vecino y principal comprador de energía.
La represa de Nam Theun Hinboun, de 210 megavatios, se inauguró en abril en medio de brindis con champagne y cantos de monjes budistas, con la intención de venderle a Tailandia gran parte de la energía allí producida.
Pero el colapso de la economía del vecino ha opacado las perspectivas de éste y otros complejos de producción de electricidad en Laos.
Esto deja al país, uno de los más pobres de Asia, con una gran deuda, contratos de compra cancelados y graves daños sociales y ambientales.
"La crisis económica acentúa lo que mucha gente ha estado diciendo desde hace tiempo: que la energía hidroeléctrica es un negocio muy arriesgado para un país pobre como Laos", observó Aviva Imhof, coordinador de la Red Internacional de los Ríos para la zona del río Mekong.
Algunos analistas estiman que la economía de Tailandia se contraerá ocho por ciento en 1998 y más todavía en 1999, y hay aun quienes pronostican una década de recesión.
Tailandia redujo en gran forma sus planes de expansión energética. La Agencia de Generación de Electricidad de Tailandia (AGET) aprobó a fines del año pasado un plan de desarrollo de 15 años basado en la reducción de la demanda energética de 10 a 12 por ciento.
El plan incluye el recorte de las compras a productores locales de energía, la postergación de varios proyectos energéticos y la suspensión de la compra de electricidad a algunas usinas en Laos hasta por lo menos el año 2006.
Las medidas de la AGET ponen en evidencia los riesgos inherentes a la dependencia de la energía hidroeléctrica como producto principal y de Tailandia como único cliente, señalaron observadores.
En 1995, autoridades de Laos admitieron que el precio al que Tailandia compraría la energía producida en Theun Hinboun era demasiado bajo.
La situación se hizo aún peor con la devaluación del baht, la moneda tailandesa, que perdió casi la mitad de su valor desde que se impuso su flotación en julio de 1997.
Esto redujo los ingresos de las represas de Laos, ya que Tailandia paga la mitad de sus compras de energía en bahts y la mitad en dólares.
En el caso de la presa de Nam Theun Hinboun, la devaluación de la moneda tailandesa hizo bajar la recaudación anual esperada de 25 a 19 millones de dólares.
El Banco de Desarrollo de Asia, principal financista de Nam Theun Hinboun, definió la obra como "un proyecto ganador" que le iba a producir "grandes ganancias a sus inversores".
Pero en mayo, el gobierno de Laos y empresas privadas de energía hidroeléctrica anunciaron que será difícil la financiación de este tipo de proyectos en el futuro, debido al impacto de la devaluación del bath.
Las dudas sobre la confiabilidad de la AGET como comprador y sobre la solvencia de muchos socios tailandeses que participan en proyectos energéticos en Laos hacen que los prestamistas comerciales sean reticentes a brindar financiación.
Como resultado, a pesar de los cuantiosos recursos humanos y fiancieros invertidos en el sector hidroeléctrico, Laos sólo vendería en el año 2000 una fracción de la energía que originalmente esperaba vender, y recibiría sólo una fracción de la ganancia prevista.
En lugar de los 350 millones de dólares que el país aspiraba a ganar anualmente, posiblemente gane unos 40 a lo sumo, estimó la Red Internacional de los Ríos.
"Con una dependencia tan alta de un sector notoriamente riesgoso como el de la energía hidroeléctrica, la economía podría tener más problemas en los años venideros", advirtió Aviva Imhof, de la Red.
"Es cada vez más difícil atraer la financiación necesaria a un país considerado de alto riesgo político y económico", agregó.
Laos tiene también otros problemas financieros. Su moneda, el kip, ha estado cayendo, al igual que las inversiones extranjeras.
En el primer trimestre de 1998, las inversiones de tailandeses en Laos llegaron a 57 millones de dólares, representando 90 por ciento de toda la inversión extranjera.
Los proyectos de desarrollo energéticos se enlentecen en el país, y según cálculos de IRN, la deuda de la estatal Electricité du Laos, que en 1996 era de 12,5 millones de dólares, se va a multiplicar por cinco al llegar al año 2000, ascendiendo a 64 millones de dólares.
La energía hidroeléctrica está en el centro de la estrategia de desarrollo de Laos desde que se iniciaron las reformas de mercado a fines de los 80, siguiendo los consejos del Banco Mundial, el Banco de Desarrollo de Asia, agencias de las Naciones Unidas y el sector privado.
El país cuenta con condiciones aparentemente ideales para la producción de energía hidroeléctrica: escasa población (4,6 millones), una mezcla de territorios altos y bajos, y una serie de ríos afluentes del Mekong con la capacidad de generar más de 18.000 megavatios.
Con estas características, bancos y donantes multilaterales comenzaron a promover a Laos como el futuro "Kuwait del sudeste asiático".
Así se logró un acelerado desarrollo hidroeléctrico, con acuerdos para la construcción de proyectos energéticos entre el gobierno laosiano e inversores de América del Norte, Europa y Asia.
En este momento, hay unas 10 represas en negociación o construcción. Theun Hinboun, sobre el río Theun, es la primera que se completa, y el proyecto hidroeléctrico más grande construido en el país en 20 años.
Sesenta por ciento de la represa es propiedad de Electricité du Laos, 20 por ciento de la firma GMS Power, de Tailandia, y 20 por ciento de un consorcio nórdico.
En la provincia de Champassak, en el sur, se está construyendo el dique de Houay Ho, de 150 megavatios, que se terminaría a comienzos de 1999. Se trata de un emprendimiento conjunto entre Daewoo, de Corea del Sur, y un consorcio tailandés-laosiano.
El resto de los proyectos permanecen detenidos debido a la falta de acuerdos de compra de energía con AGET, la empresa tailandesa de electricidad, y los problemas para obtener financiación.
La represa de Nam Theun Hinboun ha sido blanco de críticas de los residentes debido a la baja en la captura de pescado y la pérdida de agua potable.
El 21 de julio, más de 40 organizaciones no gubernamentales de 12 países escribieron al Banco de Desarrollo de Asia en protesta por la forma en que la institución ha manejado el proyecto, y lo acusaron de proteger más los intereses de los inversores que de los ciudadanos afectados.
No obstante, Laos sigue promoviendo el desarrollo de la energía hidroeléctrica como pilar de su economía.
El ministro de Industria y Artesanías, Soulivong Daravong, dijo en la inauguración de la represa de Theun Hinboun: "En los planes de desarrollo de los próximos años, el sector energético está en el más alto nivel". (FIN/IPS/tra-en/di-ml/if en/98