/BOLETIN-AMBIENTE/ INDIA: Ardiente verano parece el fin del mundo

La capital de India atraviesa el verano más caluroso del siglo, signado además por interrupciones en los servicios de agua potable y electricidad, huelgas en hospitales y una intensa ola de crímenes.

La población de Nueva Delhi, exhausta por la confluencia de las calamidades, comenzó a atribuir la temperatura de hasta 46 grados y las magras lluvias del monzón a las pruebas nucleares realizadas a comienzos de mayo por orden del gobierno del partido de derecha religiosa hindú Bharatiya Janata.

"Los ciudadanos de Nueva Delhi están hartos de esta vida", advirtió el popular diario en inglés The Times of India al analizar los problemas.

La policía tuvo que establecer un cerco en torno a las instalaciones de las empresas de electricidad para evitar que el personal fuera agredido por ciudadanos indignados con los cortes de energía. Las promesas de regularización del servicio no se cumplieron.

Mientras tanto, las precipitaciones del monzón, que por lo general comienzan a principios de julio, fueron reemplazadas por lluvias esporádicas que empeoraron las condiciones de vida al elevar la humedad hasta niveles difíciles de aguantar.

Por si esto fuera poco, los aguaceros en la parte alta del río Yamuna, que atraviesa Nueva Delhi, generaron inundaciones y afectaron el funcionamiento de la planta de tratamiento de aguas de la ciudad, que se vio obligada a interrumpir el ya raleado servicio de abastecimiento.

Pero aún hay más. Cada día hay más robos a plena luz del día, atracos a ómnibus, secuestros, violaciones y asesinatos. La policía admite que es incapaz de contener, prevenir o investigar con eficiencia estos delitos. En los primeros siete meses del año hubo 372 asesinatos, muy por encima de los 52 del año pasado.

El gobierno decidió intervenir, pero de un modo que generó burlas en la población: creó una comisión investigadora para analizar la ola delictiva.

Además, actitudes reiteradas a lo largo de los años por las autoridades agravaron las huelgas de médicos, enfermeras y custodios de hospitales. Cada vez que enfrentaba un paro, el gobierno suele solucionarlo con promesas de aumento salarial que nunca fueron cumplidas.

Al mismo tiempo, los habitantes de Nueva Delhi enfrentan una inusitada alza del costo de la vida. Las frutas y verduras alcanzaron precios sin precedentes este verano.

Para colmo, gran cantidad de viejos ómnibus fueron sacados de circulación, sin que se hubiera dispuesto la compra de nuevas unidades para reemplazarlos.

El primer presupuesto federal presentado en junio por el gobierno no representó ningún alivio. El aumento de la gasolina arrastró otros precios y anuló el efecto beneficioso de una reducción impositiva.

Los ricos de la capital están libres de estos inconvenientes porque tienen generadores eléctricos, utilizan pozos de agua, contratan guardias de seguridad, mandan a sus hijos a estudiar en el extranjero y también viajan para recibir tratamiento médico cuando se enferman.

Pero para la inmensa mayoría de pobres la falta de recursos, los políticos ambiciosos, la corrupción, la represión, el desempleo y la falta de ayuda oficial son la realidad de cada día.

"La gente no se siente desesperanzada porque la situación esté fuera de control, sino porque no hay perspectivas de mejoría", dijo Rakesh Luthra, un conocido abogado de esta capital.

La policía admite abiertamente que el imperio de la ley ya no rige, sino la ley de la selva.

Por otra parte, muchos habitantes desconfían de la policía y nunca se acercan a este cuerpo, a menos que no tengan alternativa. "La policía acosa al querellante y los tribunales demoran años en resolver", comentó la abogada Malvika Rajkotia.

El comentario popular asegura que los avatares del clima son consecuencia de las pruebas de armas nucleares de mayo y que el aumento de precios y la escasez son consecuencia directa de las sanciones dispuestas por Estados Unidos y otros países de Occidente por detonar las bombas.

Desapareció la euforia con la cual se recibió el anuncio de que el país es una potencia nuclear. Ese sentimiento fue reemplazado por el pesimismo.

Un diplomático retirado que reclamó reserva sobre su identidad comentó que India es una potencia nuclear sin recursos para financiar esa condición. De nada sirve la capacidad atómica, si no se logra garantizar los servicios básicos a las personas, comenzando por agua, electricidad y alimentos, dijo. (FIN/IPS/tra- en/rb/an/lc-mj/ip dv en/98

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