Las impredecibles inundaciones que traen los monzones destruyen los cultivos y los medios de vida de agricultores de Asia, pero científicos prometieron hoy que nuevos tipos de arroz más resistentes aliviarán el daño.
El Instituto Internacional de Investigaciones sobre el Arroz (IRRI) anunciaron este lunes que experimentos sobre 15 nuevas variedades en predios agrícolas en Birmania, Camboya, India y Tailandia fueron exitosos y que están en los umbrales de una nueva "revolución verde".
Los cultivos de estos tipos de arroz no solo resistirán las inundaciones sino que tendrán mayor rendimiento, informó el IRRI.
Las variedades usuales de arroz, tanto las tradicionales como las modernas, no pueden sobrevivir largos períodos sumergidas en el agua. Mueren a los pocos días de inundación.
Esto convierte a los tifones e inundaciones en una gran causa de daño estacional a los cultivos de arroz de Asia, que produce y consume 90 por ciento del grano que se cosecha en el mundo.
Alrededor de 20 millones de hectáreas de cultivos de arroz de Asia, con frecuencia trabajadas por agricultores muy pobres, son escenario de inundaciones incontroladas e impredecibles.
Estos desastres tienen un saldo aun más costoso debido al hecho de que esos predios son de bajo rendimiento, por lo general menos de una tonelada por hectárea.
Los rendimientos varían mucho debido a los problemas del suelo y a la combinación de sequías e inundaciones en la estación de crecimiento del grano.
"El rendimiento debe aumentar para mejorar la vida y los beneficios de los agricultores. Ese es el destino de las nuevas variedades: triplicar e incluso cuadruplicar las producciones actuales hasta alcanzar 3,4 toneladas por hectárea", según el informe del IRRI.
El rendimiento de la variedad conocida como "arroz irrigado", que representa 75 por ciento de las cosechas del planeta, oscila entre tres y nueve toneladas por hectárea.
Las nuevas 15 variedades de arroz resistente a las inundaciones fueron desarrolladas en la Estación Experimental Huntra y en el Centro de Investigaciones Prachinburi, en Tailandia, donde los científicos continúan analizando qué tipo se adapta mejor al clima y el ambiente de cada país.
El IRRI procurará en el futuro identificar y difundir las variedades más robustas en Vietnam.
Algunas variedades tradicionales son producto de siglos de desarrollo de híbridos a manos de agricultores del sudeste y el sur de Asia. El arroz "de aguas profundas" puede sobrevivir una anegación de hasta 100 centímetros. El "flotante" soporta cuatro metros, y el "de marea" resiste a veces el agua salada.
"Pero, por desgracia, todas esas variedades tradicionales tienen baja productividad", indica el informe del IRRI.
Las variedades tradicionales fueron utilizadas por los investigadores como "padres" de las híbridas, que mantienen sus características de resistencia y forma. "En otras palabras, su amplia diversidad se mantiene en los genes de las variedades mejoradas", sostuvo el IRRI.
Además de investigar en ecosistemas de arroz proclives a las inundaciones, IRRI también trabaja en arroz irrigado, de tierras bajas irrigadas por lluvias y de predios elevados.
Buena parte de sus experiencias en los últimos años se concentraron en el desarrollo de una nueva variedad de altísimo rendimiento a la que se ha denominado "súper arroz", a través de la biotecnología.
Con el aumento previsto del rendimiento del arroz, los expertos prevén una segunda "revolución verde", pero atribuida a las nuevas variedades. La "revolución verde" de los años 60 multiplicó la producción, los agricultores debían usar grandes cantidades de fertilizantes y productos químicos peligrosos.
El trabajo del IRRI para desarrollar el "súper arroz" que podría estar en manos de los agricultores en el 2005 es criticado por expertos. Según ellos, el manejo de los genes del grano produce riesgos inciertos y el enfoque únicamente técnico de la agricultura es insustentable.
En su informe anual 1997-1998, el IRRI sostuvo que los expertos ya colocaron en la nueva variedad la resistencia a "varias pestes y enfermedades provocadas por insectos". Además, trabajan en la mejora del tipo de grano de la planta.
"En los próximos tres años esperamos hacer las mejoras finales y poner a prueba las plantas antes de distribuirlas a programas nacionales", dijo Gurdev Khush, del IRRI.
La lógica del IRRI para el uso de la biotecnología es permitir la mayor producción de arroz para una población en aumento. El instituto estima que los agricultores deberán producir unas 590 millones de toneladas de arroz en el 2025.
El cálculo implica un campo de arroz más irrigado que pase de rendir de cinco toneladas por hectárea en 1995 a 7,9 toneladas por hectárea en el 2025. Este salto no deba lograrse plantando más superficie o utilizando las variedades actuales, lo cual justifica la investigación en biotecnología. (FIN/IPS/tra-en/js/mj-lp/dv/98