Las autoridades de Camerún prohibieron en la radio y la televisión del estado el "dombolo", un ritmo importado de la República Democrática de Congo (RDC, ex Zaire) que va acompañado por un sugerente baile considerado promotor de "conducta indecente" entre los jóvenes.
"Debemos proteger la moral y la cultura de la sociedad nacional de la invasión extranjera", arguyó el gerente general de la Radio/Televisión de Camerún (CRTV), Gervais Mendo Ze.
Mendo Ze hacía referencia a esta especie de rumba que se transformó en un éxito tras el derrocamiento del dictador Mobutu Sese Seko en el antiguo Zaire, el año pasado.
El subdirector de la CRTV, Jean Francois Mebenga, dijo que si bien la música y letra del dombolo pueden ser de buena calidad, el meneo de los cuerpos al bailarlo "no puede ser tolerado".
"Como medios de comunicación del Estado tenemos la obligación de educar a las masas, y cuando transmitimos esta música en nuestra radio y televisión estamos estimulando la inmoralidad en nuestra sociedad, especialmente entre los jóvenes", agregó.
"Nuestro pueblo se está apasionando por este baile, así que fue certera la decisión de prohibirlo", justificó Mebenga.
Mendo Ze precisó que CRTV difundía el dombolo todo el tiempo, como si la música de Camerún no existiera. "Esperamos que la prohibición ayude a revivir nuestra cultura", expresó.
De ahora en adelante, 70 por ciento de la música emitida por el Estado deberá ser nacional, y el 30 por ciento restante podrá ser importada.
Según algunas fuentes consultadas en Yaundé, la decisión también fue influenciada por presiones sobre Mendo Ze por parte de músicos que encontraban difícil sobrevivir en un mercado muy competitivo.
Uno de ellos es Nkotti François, intérprete de la "makossa" de la zona costera de Camerún, un ritmo que tuvo sus mejores tiempos en los años 70 y 80 y que había sido desplazado de las emisiones por el dombolo.
"Esta es una medida positiva. El personal de la CRTV estaba tan ocupado difundiendo música extranjera que olvidó su misión de promover y propagar nuestra herencia cultural", dijo François.
"Ritmos como la makossa, el bikutsi, el mangambeau y el assiko son expresiones de esa cultura, y la prohibición les abre nuevos espacios", agregó.
Pero la medida de prohibición también generó una controversia y el rechazo de fanáticos del dombolo, medios de comunicación y representantes del mundo artístico.
El músico de makossa Francois Misse Ngoh advirtió que "si el dombolo invadió nuestro país fue porque la música de Camerún se ha deteriorado en estos años. Ahora cualquiera toma un tambor, lo mezcla con algún otro instrumento y tararea un poco, y luego lo vende como música".
"No hay ritmo, las letras no tienen sentido… es puro ruido", opinó.
Además, es evidente que la música camerunense tiene una importante influencia congoleña. Muchos músicos adoptan las rumbas y "soukous" de ese país, que luego mezclan con ritmos locales.
En el caso de la makossa, el híbrido se llama "zingue", tocado en todas las discotecas y bailado en forma similar al dombolo.
"Vivimos en una sociedad global y eso incluye a la música. La cultura no tiene fronteras y quienes dicen que el dombolo es inmoral son los músicos flojos, temerosos de la competencia", dijo el intérprete Mpande Star, quien promueve una mezcla denominada "soukous-zingue".
Los diarios también participan del debate. "La prohibición del dombolo contribuye a promover el trabajo facilista y estimula la mediocridad", afirmó la publicación en francés Mutations.
Nouvelle Expression sostuvo que la prohibición es simplemente una muestra de censura cultural, "otra expresión de la naturaleza fascista y totalitaria del sistema", mientras que Le Messager cuestionó el poder de los directivos de CRTV para tomar medidas que afectan a la sociedad.
"Esta es una medida de censura arbitraria que debió estar precedida por un debate público", advirtió el periódico.
Otra publicación, Dikalo, se preguntó si era procedente prohibir el dombolo mientras se permite "la publicidad de bebidas alcohólicas sin ninguna advertencia sobre sus efectos destructivos, especialmente para los jóvenes".
Pero la decisión de las autoridades de CRTV sólo afecta las emisiones del dombolo y no la venta y circulación de las grabaciones. Por esa razón, este ritmo sugerente sigue escuchándose a todo volumen en casas, bares y discotecas de Camerún. (FIN/IPS/tra-en/tm/mn/mk/lc-ml/cr/98