ARGENTINA: Sol y viento en carrera por la oferta de electricidad

La energía solar y la eólica se lanzaron a una carrera por el mercado eléctrico de Argentina, pero mientras la primera es aún cara respecto de fuentes convencionales, la segunda es cada vez más barata y tendrá su propia ley a partir de septiembre próximo.

Juan Carlos Villalonga, de la organizacion ambientalista internacional Greenpeace, dijo a IPS que Argentina tiene "un enorme potencial dormido" en materia de energía eólica y aseguró que "esta tecnología ya está madura para competir con la nuclear, la térmica o la hidroeléctrica".

Sin embargo, para la mayoría de la población que vive en ciudades esta fuente resulta prácticamente desconocida y, de hecho, en estadísticas nacionales de 1996, representa sólo 0,06 por ciento del consumo.

Los datos varían en la sureña región patagónica, donde soplan fuertes vientos. Allí, en varias ciudades radicadas cooperativas eléctricas que suministran el fluido a partir de la energia eólica.

Sólo en Comodoro Rivadavia, en la provincia de Chubut, 13 por ciento del consumo se suministra desde el parque eólico más grande de América del Sur, ubicado allí mismo.

"En 1997, Argentina triplicó la generación de energía eólica y si se mide el potencial del recurso, 30 por ciento de la demanda del país podría ser satisfecha con esta tecnología", aseguro Villalonga.

Esta actividad tendrá fuerte impulso a partir de septiembre, cuando el Congreso sancione una "ley eólica" que promociona el uso de esta energía. No sólo dará seguridad jurídica a las inversiones, sino que subsidiará parte de la producción eléctrica de las empresas que utilicen el viento como fuente.

Villalonga destacó que, en el mundo, la energía eólica creció en esta década a un ritmo de 20 por ciento anual, una expansión sólo comparable al desarrollo de la red mundial de computadoras Internet o de la telefonía celular.

"No sólo en Estados Unidos, Japón o Dinamarca se usa cada vez más (la energía eólica), sino también en países pobres como India o China", afirmó.

En cambio, la energía solar viene más rezagada en Argentina. El ingeniero Aldo Fabri, Coordinador de Investigacion y Desarrollo de la Secretaría de Energía, dijo a IPS que su área lleva adelante un proyecto para proveer de energía solar a 1,4 millones de pobladores rurales dispersos en el país.

El programa, que se aplicará en todo el país, cuenta con financiamiento para una primera etapa del Banco Mundial -45 millones de dólares en préstamos- y del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF, por su sigla en inglés), que aportará 13 millones de dólares como subsidio.

"Nuestro objetivo principal es de tipo social, queremos llegar con una tecnología limpia y barata a una población que hoy se ilumina con velas y querosene", manifestó Fabri.

Para ello, se desarrolla un programa que ya comenzó a aplicarse en algunas zonas, que consiste en la instalación de paneles solares que lleven energía a los hogares.

Según el clima en cada provincia, se instalan pantallas de células fotovoltaicas más grandes o más pequeñas. De todos modos, la Secretaría de Energía no ofrecerá equipos para que cada hogar se provea, sino que incorporó a empresas privadas para que lleven el servicio a los particulares a cambio de una tarifa subsidiada.

Villalonga indicó que Greenpeace no está de acuerdo con la política de la Secretaria, en primer lugar, porque considera que la energía eólica es más competitiva y, por otra parte, señala que la decisión del Estado de llevar energía proveniente de recursos renovables no responde a una conciencia ecológica.

"Lo hacen porque sería muy caro llegar con la energía convencional y a las empresas de esos servicios no les conviene", aseguró.

El dirigente ambientalista también remarcó que las tecnologías energéticas "siempre ingresan de la mano de una política activa del Estado", y no por imperio del mercado.

Según Greenpeace, la Secretaría de Energía no tiene interés en desarrollar en serio la tecnología solar o eólica, ni tampoco en frenar el desarrollo de centrales térmicas proveedoras de mercados concentrados en las ciudades.

Asimismo, manifestó dudas sobre el éxito de un programa basado en la oferta de un servicio que tendrá una tarifa de entre 10 y 15 dólares mensuales, descontado ya el subsidio de 50 por ciento.

"Los pobladores rurales no podrán pagarlo, sería mejor que se les entregue el equipo a pagar en cuotas, y que ellos se sirvan de la energía prescindiendo de la empresa de servicios", afirmó.

No obstante, Villalonga reconoció que en el futuro, la energía solar que hoy tiene un uso marginal en Argentina, podría rebajar sus costos y convertirse en una tecnología tan competitiva como ha comenzado a serlo la eólica.

En este sentido, un informe del Instituto Worldwatch de Estados Unidos destacó que los dispositivos que permiten absorber la luz del sol para convertirla en energía eléctrica bajaron de precio en los últimos años, y podría acentuarse esta tendencia en los próximos años.

En Argentina, esta energía provee de luz eléctrica a muchas escuelas rurales del noroeste del país y su uso ya comenzó a extenderse también en la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país, de 35 millones de habitantes. (FIN/IPS/mv/ag/en/98

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