La Alianza opositora de Argentina cumple un año este domingo y mantiene la posibilidad de ser gobierno en 1999, pero ahora tiene un competidor en el oficialismo con su mismo discurso: atender la agenda social, la asignatura pendiente de la gestión del presidente Carlos Menem.
La Alianza de centroizquierda nació sorpresivamente el 2 de agosto de 1998, de un acuerdo entre la Unión Cívica Radical y el Frente País Solidario.
Poco más de dos meses después ganó los comicios legislativos de octubre y se erigió en alternativa de poder para 1999 con la propuesta de dar batalla al desempleo, la pobreza, la exclusión social y la corrupción.
El mismo planteo hizo esta semana el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde, el aspirante a presidente del Justicialismo para 1999 que precipitó la renuncia de Menem a promover su candidatura por tercera vez consecutiva y ya se lanzó a hacer campaña con un discurso casi opositor.
Menem consideraba que, aun cuando la Constitución le impide presentarse de nuevo, tendría abierto el camino gracias a su gestión de 10 años en los que abrió la economía, eliminó regulaciones, privatizó empresas públicas y estabilizó los precios, con un crecimiento promedio de seis por ciento anual.
Pero lejos de hacer hincapié en los logros del actual gobierno, el candidato del Justicialismo observó que la imagen presidencial ronda hoy 18 por ciento y prefirió dar un giro a su discurso.
El domingo último, Duhalde provocó el enojo del sector "menemista" del Justicialismo al plantear que el modelo económico de estabilidad conducido por Menem "está agotado" y tiene "aspectos negativos", entre los que mencionó "la pobreza, el desempleo, la exclusión social y la injusta distribución de la riqueza".
"Con la desregulación y la apertura económica cambiaron las reglas de juego y perdieron visiblemente los trabajadores", señaló el gobernador justicialista, y añadió: "tenemos que cambiar el modelo, superarlo, porque la hiperexclusión social es tan mala como la hiperinflación", remató.
Los planteos de Duhalde, que está enfrentado con Menem por el liderazgo del partido, se asimilan mucho a los de la Alianza que, en todo este año, no logró todavía presentar un proyecto de gobierno, ocupada como está en afianzar la unión, neutralizar los conflictos internos y pelear por las candidaturas para 1999.
La Alianza y Duhalde proponen que el Estado recupere su función de controlar y repartir, recaudar en forma más efectiva y atender las demandas de una mejor educación, salud, justicia y seguridad.
Al mismo tiempo, señalan puntos débiles de la gestión de Menem, como el desempleo y la distancia cada vez mayor entre ricos y pobres.
Ninguno plantea desandar el camino de las privatizaciones, la apertura, la desregulación y por supuesto, al menos por ahora, del programa de convertibilidad impuesto por el ex ministro de Economía Domingo Cavallo en 1991, y percibido por la opinión pública como el corsé que mantiene los precios bajo control.
Un solo asunto distingue claramente a Duhalde de los opositores. Duhalde no sólo integró la formula presidencial junto con Menem en 1989, para la primera administración, sino que ejerce el cargo de gobernador en su provincia desde hace seis años.
En cambio, la Alianza aún no gobernó y tiene un discurso más fiscalizador de las irregularidades y presuntos actos de corrupción que se le achacan al Justicialismo en sus diferentes distritos.
En materia de encuestas, la Alianza encabeza hoy las preferencias del electorado. Una de sus favoritas, la diputada Graciela Fernández Meijide, lideraba a principios de julio los sondeos de la encuestadora Mori con 24 por ciento de respaldo, seguida por otro candidato aliancista, el alcalde de Buenos Aires Fernando de la Rúa.
En tercer lugar se ubicaba el gobernador Duhalde con 13 por ciento de apoyos, y luego el ex cantante y ex gobernador justicialista Ramón "Palito" Ortega, considerado el favorito del presidente Menem. (FIN/IPS/mv/ml/ip/98