La guerra entre el gobierno de Angola y la rebelde UNITA parece a punto de reanudarse, a juzgar por la campaña de reclutamiento de ambos bandos y el aumento de las incursiones armadas, indicó hoy la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
"El riesgo de reanudación de las hostilidades ha aumentado significativamente", advirtió este lunes el secretario general de la ONU, Kofi Annan, en un informe dirigido al Consejo de Seguridad.
"Evidentemente, UNITA ha mantenido una importante capacidad militar pese a sus declaraciones pasadas sobre la desmilitarización de sus fuerzas", agregó Annan.
Según otra fuente de la ONU que pidió reserva, las fuerzas armadas de Angola comenzaron una serie de redadas nocturnas de jóvenes en la capital, Luanda, para que combatan en zonas controladas por UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola), en el centro y este del país.
"Incluso funcionarios de ONU dicen que tienen que pagarle al ejército o sacar del país a sus familias para que no sean reclutadas para pelear", dijo la fuente a IPS, y agregó que tanto el gobierno como los rebeldes parecen dispuestos a realizar una nueva ofensiva.
La Misión Observadora de las Naciones Unidas en Angola (MONUA), una fuerza de pacificación integrada por más de 700 soldados, recabó pruebas de que UNITA intentó reocupar unas 70 localidades que debía entregar al gobierno según el tratado de paz de 1994.
El líder de UNITA, Jonas Savimbi, no entregó en los últimos meses cuatro bastiones rebeldes -incluida su sede, en Bailundo- pese a varias rondas de conversaciones con la mediación de la ONU.
Mientras, el ejército "comenzó a sembrar campos de minas alrededor de sus posiciones en las regiones de Huambo, Saurimo y Luena", además de realizar "entrenamiento militar y prácticas de tiro cerca de centros de población", indicó Annan en su informe.
Tras la muerte en junio del enviado de la ONU Alioune Blondin Beye, en un accidente de avión, los esfuerzos políticos por reconciliar al gobierno y la UNITA han fracasado, aunque ambas partes compartieron el poder durante el último año de gobierno.
El presidente José Eduardo dos Santos advirtió el mes pasado que Angola se encuentra en un estado de "guerra no declarada".
La situación se ha deteriorado tanto que Annan amenazó en las últimas semanas con retirar a MONUA, cuyo último mandato vence el día 15.
Sin embargo, Annan recomendó que el Consejo de Seguridad renueve el mandato de la misión de paz hasta mediados de septiembre, para permitir que el enviado especial Lakhdar Brahimi planifique sus acciones futuras.
La principal preocupación del foro mundial consiste en que, si sus tropas se retiran ahora, ambos bandos reanuden la guerra, como ocurrió luego de 1992, cuando UNITA perdió las elecciones y comenzó la peor etapa de la prolongada guerra civil.
La mayoría de los 500.000 angoleños que fallecieron debido al conflicto civil murieron en los dos años siguientes.
Esta vez, señaló la fuente, el gobierno está convencido de que puede derrotar a UNITA, que ha perdido la mayor parte de sus principales aliados, entre ellos Estados Unidos y el expulsado y luego fallecido dictador de Zaire (actual República Democrática de Congo), Mobutu Sese Seko.
Sin embargo, es probable que ninguna de las partes llegue a mantener pleno control del vasto interior del país africano, opinó la funcionaria.
En todo caso, agregó, la lucha sigue siendo por el control de los recursos nacionales, constituidos principalmente por reservas de petróleo en el norte y yacimientos de diamantes en muchas zonas del noreste dominadas por los rebeldes.
La presión sobre los rebeldes ha sido acompañada por un nuevo empuje de las negociaciones. Brahimi se reunió la semana pasada con Dos Santos y Savimbi, y se prevé que informará a Annan la semana próxima sobre las perspectivas de una solución pacífica. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/ml/ip/98