Las principales bolsas de América Latina recuperaron hoy parte de sus pérdidas, pero el pequeño alivio no oculta la grave incertidumbre creada en dos semanas por una tormenta de alcance mundial aún no finalizada.
La Bolsa de Sao Paulo, la mayor de América Latina, cerró este viernes con alza de 1,95 por ciento, superada por Río de Janeiro, con 2,41 por ciento.
México también finalizó la jornada con resultado positivo, de 3,22 por ciento, frente a una caída de 6,11 por ciento en la víspera, y el índice Merval, de Buenos Aires, ganó 0,97 por ciento, tras perder 10,6 por ciento el jueves.
Caracas, sin embargo, siguió en su trayectoria descendente, y el índice de la bolsa bajó más 4,52 por ciento.
La pequeña alza en Brasil alimenta esperanzas de haberse tocado el piso, tras una pérdida de capitalización de 35 por ciento acumulada en este mes en las bolsas de Sao Paulo y Río de Janeiro.
Pero los daños mayores se concentran en el área monetaria. El gobierno debe hacer un supremo esfuerzo para contener la fuga de capitales, porque serán inútiles los intentos de atraer nuevos recursos, advirtió el economista José Marcio Camargo, de la Universidad Católica de Río de Janeiro.
No habrá en los próximos tiempos flujo de capitales para los países emergentes, sentenció Camargo. Para un país como Brasil, con elevado déficit de cuenta corriente externa, y dependiente por tanto de recursos del exterior, la súbita interrupción del ingreso de capitales representa un gran problema.
Camargo calificó la crisis actual de la más grave desde 1929, elaño del "crac" de Wall Street, porque desde entonces ninguna turbonada afectó tanto como ahora los centros financieros mundiales. La bolsa de Nueva York acumula una caída de 15 por ciento.
Brasil es vulnerable, pero podría remontar su posición con el ingreso de dólares obtenido por su programa de privatizaciones, consideró Hernán Cortés, asesor internacional del Ministerio de Hacienda de Chile.
De esa recuperación depende no sólo Brasil, sino también Argentina, ligada estrechamente a su gran socio en el Mercado Comn del Sur, que absorbe más de un tercio de sus exportaciones, observó Cortés.
El banco Central de Brasil dispuso desde el lunes una serie de medidas para limitar la fuga de capitales, que según cálculos, se habría llevado ya 9.000 millones de dólares en este mes. Entre las disposiciones tomadas se cuentan la exoneración de impuestos de inversiones y créditos extranjeros.
También se concedió a las inversiones del exterior mayor flexibilidad de plazos y de aplicaciones.
Los hechos evidenciaron que las reservas del Banco Central, que llegaban a principios de este mes a 70.210 millones, no bastan para defender las finanzas del país, como creían las autoridades económicas.
El mercado de cambios se volvió escenario crítico para varios otros pases latinoamericanos. En México, el peso se depreció 30 por ciento desde el primer golpe fuerte de la crisis asiática, en octubre. El dólar superó los 10 pesos este viernes, ante 7,7 hace un año.
El bolívar venezolano perdió 15,27 por ciento frente al dólar en lo que va del año y tres por ciento este mes. Venezuela es considerada el eslabón más débil de América Latina en materia financiera, pese a los desmentidos de sus dirigentes.
Venezuela "tiene una situación de cuenta corriente y de activos que le dan solvencia para enfrentar la situación mejor que otros países, pese a la percepción negativa debida a otros factores", aseguró el director del Banco Central, Armando Len.
Las reservas internacionales de Venezuela alcanzaban el miércoles a 13.870 millones de dólares, con una pequeña reducción en las últimas semanas. Esa cantidad es holgada y las cuentas externas están equilibradas, dijo el ministro de Planificación, Teodoro Petkoff, descartando la devaluación y el control de cambios.
El gobierno venezolano espera mejorar la imagen internacional del país con la aprobación considerada segura, en la próxima semana, de una ley para habilitar al presidente Rafael Caldera a establecer por decreto leyes financieras y sociales para enfrentar la crisis en mejores condiciones.
Un grave problema venezolano, y en menor proporción mexicano, es el bajo precio del petróleo. Las pérdidas de Venezuela por la caída del petroleo se ubican este año en 5.000 millones de dólares, casi un cuarto del total de ingresos por exportaciones.
No hay señales de que las turbulencias terminen en esta semana catastrófica, advirtió el analista mexicano Enrique Quintana, asesor de la bolsa de la capital y de varias firmas financieras.
"Es casi imposible saber en qué momento tocaremos piso, pues el alcance de la crisis internacional es aún una incógnita", admitió Quintana. (FIN/IPS/mo/ff/if/98