Diplomáticos occidentales promueven una conferencia regional al estilo de los tratados de Dayton de la ex Yugoslavia para poner fin a la lucha en la provincia separatista serbia de Kosovo.
Pero los albaneses de Kosovo deberán superar las diferencias entre sus facciones rivales. Sólo entonces podrán entrar en conversaciones en la línea de la conferencia realizada en 1995 en Dayton, Estados Unidos, para detener la guerra en Bosnia- Herzegovina.
El arquitecto de Dayton, el enviado de Estados Unidos Richard Holbrooke, intenta superar el estancamiento, respaldado por el vicecanciller ruso Nikolai Afanasyevsky. El canciller alemán Klaus Kinkel cree que las próximas conversaciones podrían ser la respuesta.
"Quizás necesitemos un proceso similar al que tuvo lugar en Dayton", dijo Kinkel el fin de semana al diario de Berlín Tagesspiegel.
La semana pasada, Holbrooke dijo que "en Kosovo trabajamos con los albaneses para fortalecer su cohesión". Afanasyevsky sostiene que los albaneses deben probar la existencia de un frente unido que pueda encarar a Belgrado y la comunidad internacional.
Decenas murieron en Kosovo desde febrero, cuando el ejército de Yugoslavia comenzó a atacar a separatistas albaneses del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK).
El UCK también hizo un llamado al fin de la división, exhortando a los albaneses a terminar con las "vergonzosas disputas" entre líderes políticos rivales.
Pero los grupos gurrilleros albaneses se niegan a ponerse bajo control del gobierno de Kosovo, electo en una votación clandestina en marzo, y liderado por Ibrahim Rugova.
La política de no violencia de Rugova le ganó durante la última década la simpatía de Occidente, pero el líder demócrata no logró la independencia ni la autonomía de Kosovo.
Rugova también es atacado por políticos, algunos de los cuales tienen creciente respaldo popular en la provincia. "Rugova está siendo desplazado por los propios albaneses", afirmó Radojica Barjaktarevic, periodista en Pristina que trabaja para medios independientes en Belgrado.
"La lucha de poder va en dos direcciones", dijo una fuente del Centro de Información de Kosovo (KIC), cercano a la Liga Democrática de Kosovo (DSK) de Rugova.
"Una es la cuestión de quién controlará el creciente poder del UCK, y la otra es si Rugova es el verdadero líder entre nosotros", aclaró.
La influencia de Rugova en Kosovo, donde la mayoría albanesa supera a los serbios en una proporción de nueve a uno, ha sido socavada por los recientes éxitos del UCK, que controla alrededor de 30 por ciento de la provincia a pesar de intensos combates.
Este lunes las fuerzas serbias del presidente Slobodan Milosevic bombardearon el poblado de Pecan y otros dos a unos 64 kilómetros de Pristina, capital de Kosovo, matando a dos personas.
Francia y Gran Bretaña han advertido que pedirán al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas que resuelva una acción militar si las partes en guerra no cesan el fuego. Rusia se opone al uso de las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Rugova pretende que el parlamento electo en marzo, que está dominado por miembros del DSK, nombre un gobierno para "coordinar la actividad política en la provincia y la acción del UCK".
Pero sus opositores llaman a la creación de un "consejo nacional" con representación igualitaria para todos los partidos en la provincia.
El UCK es un ejército semisecreto financiado por albaneses que viven en Estados Unidos y Europa occidental, y tiene armas contrabandeadas por la frontera del norte de Albania. Es dirigido por una estrucutura de comandos que ha desafiado todos los análisis.
Un diplomático en Belgrado aseguró que el UCK está organizado en cinco comandos regionales dentro de Kosovo. Esas regiones se coordinan y comandan entre ellas y con apoyo exterior, pero no parecen estar subordinadas a una autoridad más alta. (FIN/IPS/tra-en/vpz/rj/lp/ip/98