El presidente de Venezuela, Rafael Caldera, pasó a comandar un alarmado movimiento que alerta a la población sobre los riesgos del autoritarismo, cuando el ex lider golpista Hugo Chávez se consolida como favorito a sucederlo por los votos.
Caldera dijo este lunes en una entrevista con un medio local que cualquiera que gane las elecciones deberá reconocer la legitimidad y la naturaleza de las instituciones democráticas, porque si no lo hace "el fracaso será el resultado inmediato".
Cuando faltan seis meses para las elecciones presidenciales del 6 de diciembre, Caldera, un democristiano independiente de 82 años, criticó que se quiera imponer en Venezuela la tesis pesimista que calificó como de "tutela del gendarme necesario".
Caldera utilizó un discurso el domingo, cuando se celebraron 187 años de la Independencia, y una entrevista con motivo del relanzamiento del Diario de Caracas, para criticar la posibilidad de que se imponga en el país un gobierno de fuerza y para deslindar su responsabilidad respecto del fenómeno de Chávez.
Chávez, un teniente coronel del Ejército que fracasó el 4 de febrero de 1992 en el primero de los dos cruentos intentos de ese año por derrocar al gobierno de Carlos Andrés Pérez, fue liberado por Caldera cuando llegó al poder en 1994, tras suspender la causa en su contra.
Todas las encuestas colocan a Chávez, de 44 años, con la mayor opción de triunfo, con un caudal de simpatías que va de 30 a 36 por ciento, después que destronó del primer lugar en los sondeos a Irene Sáez, de 36 años, ex alcaldesa de un municipio de Caracas y conocida internacionalmente como Miss Universo 1981.
El ex líder golpista se nutre del descontento popular por el deterioro de las condiciones socioeconómicas, agudizado por la crisis de los precios del petróleo este año, la corrupción y la falta de renovación del modelo político de partidos, que rige la democracia local desde 1958.
Chávez, quien ahora lidera el Movimiento V República, propone en lo político la disolución del Congreso y la convocatoria de una Asamblea Constituyente que refunde el país, y en lo económico regulación y controles, lo que ha provocado la preventiva fuga de capitales y desestimulado inversiones.
Conserva un discurso y un entorno militar, se declara "soldado" y recoge aliados de los extremos de la izquierda y la derecha, y recibió el apoyo de Patria Para Todos (PPT) y el Movimiento Al Socialismo, que respaldó a Caldera hasta ahora.
Otro candidato, el ex gobernador y empresario Henrique Salas, quien aparece en ascenso en los sondeos y en uno de ellos por encima de Sáez, propone también disolver el Congreso como hizo el presidente peruano Alberto Fujimori, si no cuenta con mayoría suficiente para imponer los cambios que el país requiere.
Caldera argumentó que las ideas patrióticas del libertador latinoamericano Simón Bolivar, citado continuamente por Chávez, "no pueden ser pretexto para gobiernos de fuerza", que se han mostrado, además, como ineficaces en la historia de la región.
La presidenta de la Cámara de Diputados, la dirigente de Acción Democrática (AD) Ixora Rojas, criticó también a los que pretenden "utilizar el manto protector de los votos" para despojar después a la democracia de un elemento esencial como es el Congreso.
El candidato de AD, Luis Alfaro, aseguró este lunes que "cada país tiene el gobierno que se merece" y lo que calificó como "el problema de Chávez" no es sólo de los dirigentes políticos "sino de todos los votantes".
Alfaro, de 76 años, afirmó que los medios de comunicación han contribuido a levantar la candidatura de Chávez, por el espacio priviligiado que a su juicio han dado a su figura, cuando serían entre los sectores que más perderían con su triunfo.
Pablo Medina, secretario general del izquierdista PPT, dijo este lunes que Caldera en su discurso "exageró los peligros del autoritarismo", y que la propuesta de Chávez consiste en crear "una nueva democracia sobre bases constituyentes".
El presidente venezolano aseguró este lunes que su gobierno no tiene candidato en el proceso electoral, pero la población debe saber escoger entre los que le aseguren la paz y la libertad.
Caldera se separó en 1993 del partido socialcristiano Copei, con el que llegó por vez primera vez a la Presidencia (1974-79), para promover una candidatura que llamó "suprapartidaria" y recogió también el apoyo de pequeñas fuerzas de izquierda y de derecha, junto con disidentes de su antigua organización.
El mandatario aseguró al Diario de Caracas que no justificó el alzamiento de Chávez, con su discurso en el parlamento pocas horas después de la intentona, en que aseguró que no se le podía pedir "a un pueblo con hambre que defienda la democracia".
Ese planteamiento, para analistas venezolanos de diferentes tendencias, devolvió al primer plano a Caldera y legitimó la rebelión, con un primer resultado, en 1993, del triunfo del veterano dirigente político y una eventual victoria de Chávez en diciembre, ante el fracaso del actual gobierno.
Caldera afirmó que la liberación y absolución de Chávez y de sus compañeros de aventura, al igual que la de la rebelión de noviembre de 1992, se debió a "a altas razones políticas", debido a que había un reclamo popular de esa medida.
El presidente afirmó que solo conoce al ahora principal candidato a sucederlo "por televisión", en una aparente búsqueda de marcar distancias con el ex comandante.
Desde que Chávez salió de prisión no ha ahorrado críticas al gobierno de Caldera, al que calificó hace un mes como "un hijo bastardo" de su rebelión, porque en su opinión fue su posición ante ella la que lo recondujo a la Presidencia.
Analistas de diferentes tendencias sostienen que Caldera considera que sería funesto entregar la banda presidencial a Chávez el 2 de febrero próximo, y en los últimos días ha redoblado sus alertas sobre el riesgo del autoritarismo.
Pero también ratoficó este lunes que los resultados electorales serán respetados "independientemente de quien gane la Presidencia", mientras rechazó que exista riesgo de golpe de Estado, antes o después de los comicios. (Fin/IPS/eg/ag/ip/98