La hambruna en el sur de Sudán probablemente se extenderá más allá de la tregua de tres meses declarada en la región de Bahr el Ghazal y durará unos 15 meses más, predijo hoy Carol Bellamy, directora ejecutiva de Unicef.
Bellamy, que la semana pasada regresó de un viaje a Sudán, declaró este lunes a la prensa que "la comunidad humanitaria no considera que la crisis pueda finalizar a corto plazo", sino que, por el contrario, durará al menos hasta la próxima cosecha.
En consecuencia, dijo, se espera que se mantenga hasta octubre de 1999 el volumen de ayuda entregado por la Organización de las Naciones Unidas y las organizaciones no gubernamentales involucradas en la Operación Salvavidas Sudán.
Sin embargo, Bellamy advirtió que la ayuda exterior no resolverá la crisis por sí misma, aunque incluye el mayor programa de entrega aérea de víveres en la historia del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
La directora de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) exhortó a un diálogo de paz para poner fin al conflicto civil entre el gobierno islámico y los rebeldes del sur, de mayoría cristiana.
Aunque la tregua de tres meses declarada hace dos semanas en Bahr el Ghazal por el gobierno y el Ejército de Liberación Popular de Sudán (ELPS) es una buena medida, Bellamy advirtió que es poco tiempo y demasiado limitado a una zona geográfica.
Funcionarios de la ONU estimaron que al menos 1,2 millones de personas sufrirán por la grave escasez de alimentos en el sur del país este año, especialmente en localidades de Bahr el Ghazal, como Wau y Panthou.
Bellamy destacó que la crisis es la peor ocurrida en Sudán desde hace 10 años, cuando 250.000 personas murieron de hambre tras una sequía y fuertes combates entre el gobierno y el ELPS.
"No recuerdo haber visto a personas en condiciones tan extremas como las que vi la semana pasada", dijo Bellamy al regreso de su visita a Wau y Panthau.
"El sufrimiento que presencié en estas zonas afectadas por el hambre era terrible. Los niños, que deberían estar corriendo y jugando, se convirtieron en figuras esqueléticas, demasiado débiles para sostenerse en pie y apenas capaces de alimentarse a sí mismos", relató.
Unicef y el PMA financian programas de alimentación para más de 2.000 niños desnutridos y proporcionan comida terapéutica y suplementaria a personas demasiado debilitadas por el hambre para comer con normalidad.
Así mismo, el PMA arrojará desde aviones 15.000 toneladas de alimentos por mes hasta octubre. Pero Bellamy explicó que las agencias humanitarias se enfrentan a grandes obstáculos, y sus vehículos deben utilizar caminos poco transitables.
"La crisis está lejos de acabar para las agencias de ayuda", dijo Michelle Quintaglie, portavoz del PMA. Aun si cesaran todos los combates, "no podríamos suministrar miles de toneladas de alimentos debido al dificultoso terreno de Sudán", explicó.
Además de ese problema, las agencias de la ONU prevén que la cosecha de este otoño boreal será mala. Si ese es el caso, la crisis, exacerbada como siempre por el enfrentamiento entre el gobierno y el ELPS y el saqueo de otros grupos armados, podría extenderse con facilidad hasta la próxima cosecha de 1999.
Bellamy informó que también recibió críticas por la ineficiencia y la corrupción de las organizaciones de asistencia, que agravaron el problema alimentario.
Unicef adoptó medidas para impedir que los grupos armados se apropien de la comida y también pretende acabar con cualquier conducta de corrupción de funcionarios de la ONU, aseguró.
Pero aunque Bellamy solicitó al gobierno de Sudán datos específicos sobre las acusaciones de corrupción, no obtuvo resultados concretos, explicó. (FIN/IPS/tra- en/fah/ml-aq/dv/98