La leyenda negra que pesaba sobre las pantallas de las computadoras por sus supuestos efectos en la salud comenzó a desmoronarse hoy bajo los argumentos de agencias especializadas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desestimaron la influencia de los campos electromagnéticos emitidos a través de las pantallas en los problemas de salud observados entre algunos usuarios de esas terminales visuales.
Por el contrario, la OMS estimó que las dolencias pueden originarse en razones vinculadas con el ambiente de trabajo: la calidad del aire, la tensión laboral y aspectos ergonómicos, como la postura en el asiento ante la pantalla.
La proliferación de las computadoras en los últimos 30 años determinó la expansión del uso de terminales visuales en los lugares de trabajo y en los domicilios de los países industrializados.
Estimaciones citadas por la OMS indicaron que en el 2000 habrá en servicio 150 millones de unidades en todo el mundo. Para esa época, 60 por ciento de la fuerza de trabajo de Estados Unidos y Canadá usará esas terminales.
La OMS informó este lunes de que sus conclusiones sobre la inocuidad aparente de las pantallas coinciden con las obtenidas por la Comisión Internacional de Protección contra los Rayos no Ionizantes, un órgano de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT).
La OMS descartó también la utilidad de gran parte de los productos ofrecidos en el mercado para protección contra los campos y las radiaciones, como los tableros, las pantallas de escudo y otros dispositivos destinados a "absorber las radiaciones".
"Esos artículos no tienen el menor efecto protector contra las emisiones de las terminales de pantallas visuales", dictaminó la OMS.
Cuando el uso de las pantallas comenzó a difundirse, se creó a su alrededor una pésima reputación como causantes de toda una serie de males: dolores de cabeza, mareos, fatiga, catarata, consecuencias desfavorables para el embarazo y erupciones cutáneas.
A fines de la década del 70 nació la idea de que el trabajo con pantallas de computadoras podía modificar los resultados de un embarazo, recordó la OMS.
Los ejemplos citados en la época referían a grupos de mujeres embarazadas que trabajaban con ess terminales y habían presentado un número elevado de abortos espontáneos y de nacimientos de niños con malformaciones.
Las denuncias, observó la OMS, llevaron a la realización de numerosos estudios epidemiológicos y a experimentaciones en Europa y América del Norte, donde se habían presentado los presuntos casos.
En conjunto, ninguno de esos estudios logró demostrar efecto alguno de los campos electromagnéticos emitidos por las terminales de video sobre los procesos vinculados a la reproducción, aseguró la OMS.
Por el contrario, los estudios permiten pensar que si existe alguna consecuencia relacionada con la reproducción, se debe asociar a otors factores profesionales como la tensión (estrés) propio de ese tipo de trabajo.
El estudio de la OMS determinó también que no ha sido posible poner en evidencia ningún vínculo entre las cataratas y otras afecciones oculares y el trabajo con pantallas.
En situaciones extremas, admitió, la luminosidad y el reflejo de las pantallas han sido identificadas como causa de fatiga ocular y de dolores de cabeza.
La terminal de video se asemeja a una pantalla de televisión, con la diferencia de que presenta la información procedente de una computadora en lugar de una señal televisiva.
La terminal clásica produce imágenes en un gran tubo catódico al dirigir un haz de electrones de alta energía desde el cátodo hacia una pantalla de vidrio especial recubierta de material fosforescente.
El haz de electrones crea una imagen a partir de las señales electrónicas enviadas por la computadora, que son controladas por las bobinas ubicadas en la parte posterior del tubo catódico, que barren los electrones en direcciones vertical y horizontal.
El circuito electrónico utilizado para crear la imagen produce campos eléctricos magnéticos estáticos y campos electromagnéticos de baja y alta frecuencia.
El estudio de la OMS precisó los alcances de los campos eléctrico y magnético y la radiación óptica producidos por las terminales de video, que cubren casi todo el espectro electromagnético.
La radiación óptica emitida comprende el ultravioleta, la radiación visible y la infrarroja. La luz visible forma la imagen que la pantalla debe producir y la infrarroja aparece bajo forma de calor disipado por la terminal.
En cuanto a la ultravioleta, las cantidades emitidas por el tubo son pequeñas, inferiores a las que pasan por una ventana en un día de invierno, tranquilizó la OMS.
Respecto de los campos eléctricos y magnéticos, su emisión se registra en tres gamas de frecuencia diferentes.
Las bobinas de deflexión horizontal emiten campos que operan entre 15 y 35 kilociclos por segundo. Los campos de frecuencia muy baja, de 50 a 60 hertzios, son generados por la fuente de energía, los transformadores y las bobinas de deflexión vertical.
La tercera gama refiere a débiles señales, registradas a radiofrecuencias más elevadas, que proceden del circuito electrónico interior de la terminal de video y de señales originadas en la computadora.
También están presentes los campos eléctricos estáticos, dijo la OMS, en especial cuando hay baja humedad, y se producen por la acumulación de carga eléctrica debido a los bombardeos de electrones sobre la pantalla.
En el tubo catódico se producen rayos X de muy baja energía, pero la pantalla de vidrio es suficientemente gruesa para absorberlos por completo antes de que puedan escapar de la terminal de video. (FIN/IPS/pc/mj/he/98